La controversia en torno a Armando Benedetti, embajador de Colombia ante la FAO, resurgió con fuerza en medio de nuevas filtraciones que revelan una conversación grabada con la exrepresentante Aída Merlano. En esta ocasión, las críticas se centran en las expresiones machistas dirigidas hacia Laura Sarabia, actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), lo que provocó un contundente reclamo feminista.
Las grabaciones, que han sido objeto de análisis y debate, evidencian un patrón de comportamiento que no es nuevo en Benedetti. La manera de expresarse hacia Sarabia se suman a anteriores episodios de descalificaciones y maltratos verbales, lo que arrojó luz sobre un problema sistémico que persiste en la sociedad y en el ámbito político.
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Ante la difusión de estos audios, Sarabia no dudó en alzar su voz para denunciar la misoginia y el sexismo implícitos en las palabras de Benedetti. En una publicación en sus redes sociales, calificó las expresiones del embajador, que fueron difundidas por un medio de comunicación, como “misógino, ruin y lo más doloroso para una mujer”, al resaltar la gravedad del problema.
Este nuevo episodio de controversia política reavivó el debate sobre la presencia de figuras con comportamientos machistas en el Gobierno. Desde la designación de Hollman Morris como gerente del sistema de medios públicos de Colombia (Rtvc), cuestionamientos similares surgieron en torno a la coherencia entre el discurso oficial de igualdad y la realidad de ciertas designaciones.
Las acusaciones contra Morris involucran a cuatro mujeres: Patricia Casas, que presentó una denuncia contra el periodista por violencia intrafamiliar y económica; Carolina Valencia, por acoso laboral y maltrato psicológico en el ámbito laboral; María Antonia García, por acoso sexual; y Natalia (homónimo), también por acoso sexual y laboral.
Cada una presentó oficialmente sus quejas y declararon que fueron blanco de intimidaciones y acoso, lo que planteó interrogantes sobre si el Gobierno está tomando medidas efectivas para proteger a las mujeres, especialmente en un ámbito tan prominente.
Las críticas no se limitan solo a ellos, sino que también alcanzan al primer mandatario, Gustavo Petro, que fue interpelado por su llamado a proteger a las mujeres y promover la igualdad de género, mientras simultáneamente respalda la designación de personas con antecedentes de comportamientos machistas.
Indignación feminista ante la falta de acciones concretas contra el machismo en el Gobierno
En este contexto, el movimiento feminista expresó su indignación y decepción ante la falta de acciones concretas para abordar estas conductas. Lina Guisao, analista política, señaló en el diario de El Tiempo que estos episodios generan una decepción en el movimiento feminista, que había respaldado al presidente durante su campaña.
Para Guisao, es fundamental que se lleve a cabo un ejercicio constante de denuncia y que se exija una respuesta contundente frente a estas situaciones.
La crítica también se dirigió hacia los medios de comunicación que replican las expresiones machistas de Benedetti. Si bien es importante informar sobre estos acontecimientos, algunos argumentan que centrarse únicamente en las palabras del embajador desvía la atención del problema estructural que subyace detrás de ellas, de acuerdo con la lideresa para el medio en mención.
En este sentido, la mujer señaló que era necesario un análisis más profundo de las causas y consecuencias de estas actitudes machistas en el ámbito político y social.
“Entre más poder tiene una mujer, es probable que haya más violencia. Hay una correlación entre independencia, autonomía y libertad de la mujer y la violencia. La violencia política contra la mujer en Colombia tiene que ver con un pensamiento que no permite la diferencia, señaló la mujer para el medio en mención.
Así mismo, la mujer agregó que: “Matar al diferente, silenciar al diferente, amenazar al diferente son prácticas que están en toda la sociedad colombiana y que cuando hay grupos armados no solo es una amenaza, se vuelve una práctica”.
El llamado por parte de Lina Guisao a la acción es claro: es hora de que el Gobierno y la sociedad en su conjunto tomen medidas concretas para enfrentar el machismo y promover una cultura de respeto.