La prestigiosa revista National Geographic destacó la biodiversidad de Colombia, por contar un ecosistema con aproximadamente 8.803 especies endémicas, entre las que se incluyen un alto número de anfibios, aves, mamíferos, reptiles y peces que solo existen en el territorio nacional, así como plantas y líquenes.
Entre toda esa variedad de especies, la publicación resaltó a cuatro por su majestuoso pelaje y color, para lo cual tuvo en cuenta los datos proporcionados por un reporte del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt:
Paujil de pico azul (<i>Crax alberti</i>)
El paujil de pico azul, clasificado como un animal en peligro crítico por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, habita los humedales del norte de Colombia, específicamente en zonas cercanas a la Sierra Nevada de Santa Marta, el valle del Sinú y el río Magdalena.
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Esta ave, parte de la familia de los Galliformes, se caracteriza por su pico de color azul y su plumaje de plumas negras brillantes. Aunque su población ha experimentado una disminución, con un estimado de entre 1000 y 2500 individuos para el año 2016, la principal causa de este declive se atribuye a la pérdida de hábitat y la caza para comercio.
Lagarto azul de Gorgona (<i>Anolis gorgonae</i>)
El lagarto azul de Gorgona, endémico de la isla colombiana del mismo nombre, se distingue por su coloración azulada y habita en las selvas de Gorgona, prevalente en los troncos húmedos de los árboles.
Esta información se recopila en un artículo taxonómico de la Enciclopedia de la Vida, una base de datos que reúne información sobre todas las especies conocidas. La cantidad exacta de individuos de esta especie en la isla es incierta debido a su carácter evasivo. Sin embargo, se encuentra en peligro de extinción, amenazado tanto por la depredación del basilisco de cabeza roja, una especie invasora, como por la deforestación, problema que se agravó tras la construcción de la Cárcel de Gorgona en los años ‘50.
Tití cabeciblanco (<i>Saguinus edipo</i>)
El tití cabeciblanco, originario del neotrópico colombiano, se diferencia de otros miembros de su género, Saguinus, por una distintiva cresta de pelo largo y blanquecino que se extiende desde su frente hasta la nuca y cae sobre sus hombros, según informa la Animal Diversity Web, un recurso en línea que ofrece información sobre la historia natural, distribución, clasificación y biología de la conservación de animales.
Estos primates forman grupos de entre 1 y 19 individuos y habitan en las selvas y bosques tropicales del noroeste de Colombia. Su dieta se compone en un 40% de insectos y un 38.4% de frutas. La principal amenaza para su supervivencia es la deforestación de su hábitat y su comercialización ilegal dentro del tráfico de animales exóticos.
Rana dardo dorada (<i>Phyllobates terribilis</i>)
La rana dardo dorada o rana venenosa dorada, perteneciente a la familia Dendrobatidae, habita exclusivamente en la selva amazónica cerca de la costa pacífica de Colombia, en áreas tales como los drenajes del río Saija, la Quebrada Guangui y La Brea, como indica la Animal Diversity Web.
Este anfibio se encuentra en zonas de tierras bajas, específicamente en humedales que registran precipitaciones de entre 1.25 y 5 metros anuales, y viven en el suelo del bosque, donde dependen del agua dulce para el desarrollo de sus crías.
Se distingue por su intenso color dorado y aunque parece tener dientes debido a una protuberancia en su boca, en realidad no los posee. Su piel contiene un veneno alcaloide, rico en batracotoxinas, que provoca parálisis muscular. La Animal Diversity Web señala que una cantidad de solo 2 a 200 microgramos de este alcaloide puede ser fatal para los humanos.