Este es el lago más grande de Colombia: una joya ubicada a pocas horas de Bogotá

Ubicado a 3.015 metros sobre el nivel del mar, con 55 kilómetros cuadrados de extensión y una profundidad máxima de 60 metros, este cuerpo de agua es el más grande del país

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Con una extensión de 55 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 60 metros, el Lago de Tota ofrece un amplio abanico de actividades para todos los gustos - crédito Canva
Con una extensión de 55 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 60 metros, el Lago de Tota ofrece un amplio abanico de actividades para todos los gustos - crédito Canva

El Lago de Tota, ubicado en el departamento de Boyacá, se erige como un destino de ensueño para los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre. Con una extensión de 55 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 60 metros, este cuerpo de agua es el más grande del país.

Rodeado de tierras de cultivo y ubicado a aproximadamente cuatro horas de la capital colombiana (Bogotá) el Lago de Tota es un refugio para aquellos que buscan escapar del ajetreo y el bullicio de la ciudad. Situado en jurisdicción de los municipios de Cuítiva, Tota y Aquitania, y cerca de localidades como Sogamoso, Duitama y Tunja, este oasis también tiene una gama de actividades para todos los visitantes.

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Ubicada a 24 kilómetros de la ciudad de Sogamoso y a una altitud de 3.015 metros sobre el nivel del mar, la laguna ofrece un entorno de tranquilidad y serenidad. Sus aguas cristalinas albergan una gran variedad de especies, entre las que destaca la trucha arco iris, conocida por su carne rosada.

Una de las sorpresas más gratas para quienes exploran las orillas del Lago de Tota es la presencia de una playa de arena blanca y aguas turquesas, que evocan los paisajes paradisíacos del Caribe. A pesar de las bajas temperaturas, algunos intrépidos viajeros no dudan en sumergirse en las heladas aguas.

Este cuerpo de agua se reconoce como un enclave encantado, enmarcado por montañas y densos bosques, que alberga aguas claras y una diversidad extraordinaria de vida animal y vegetal. Asimismo, la laguna representa un sitio perfecto para la práctica de la pesca, el camping y una variedad de deportes adicionales.

El Lago de Tota es el lugar perfecto para explorar sus rincones ocultos, practicar kayak o disfrutar de excursiones  - crédito Canva
El Lago de Tota es el lugar perfecto para explorar sus rincones ocultos, practicar kayak o disfrutar de excursiones - crédito Canva

Tota se presenta como un destino ideal para la práctica actividades al aire libre, como el ciclomontañismo, el kayak, la navegación a vela y el buceo. En las cercanías del lago, se pueden encontrar diversos alojamientos que ofrecen una amplia gama de servicios, incluida la organización de excursiones de avistamiento de aves, caminatas guiadas y más.

Para aquellos que deseen visitar el Lago de Tota desde Bogotá, la opción más práctica es dirigirse al terminal del Norte de la ciudad, desde donde parten autobuses con destino a Sogamoso.

El costo del pasaje por trayecto ronda los 40.000 pesos colombianos, y una vez en Sogamoso, los viajeros pueden tomar otro autobús que los lleve hasta Cuitiva, el pueblo más cercano al lago. En el camino, también tienen la oportunidad de detenerse en Playa Blanca, donde pueden disfrutar de las vistas.

¿Cuál es el mito de la Laguna de Tota?

En tiempos antiguos, cuando la aridez dominaba la región, el Lago de Tota no era más que un vasto hueco desolado. Pero la intervención de Bochica, profeta y sabio venerado por los muiscas, cambió el destino de este lugar árido para siempre.

Guiados por Bochica, los habitantes del poblado aprendieron el arte de la cerámica y el tejido, junto con el respeto y la comunicación con los dioses. Así surgió un sacerdote, designado como mediador entre los dioses y la gente, quien recibió una piedra verde de pureza suprema como símbolo de su autoridad.

El Lago de Tota es el espejo de agua más grande de Colombia - crédito Canva
El Lago de Tota es el espejo de agua más grande de Colombia - crédito Canva

Sin embargo, la desolación persistía, pues un malvado dios y una serpiente negra asolaban la región, trayendo sequía, hambre y enfermedad. Ante esta calamidad, el sacerdote Monetá se entregó a la penitencia y la oración, buscando el favor divino para su pueblo.

Convocando a la población a una peregrinación hacia la cúspide de una roca cercana, Monetá lideró un homenaje a Bachué, diosa de las aguas y la fertilidad. En medio de danzas y ofrendas, la serpiente negra fue derrotada por una valiente bailarina, cuyo gesto final liberó un disco de oro que acabó con la bestia y desencadenó la providencial revelación.

Con el arrancar de la piedra de su pecho, Monetá la lanzó sobre el cadáver de la serpiente, de donde brotaron las aguas verdeazuladas que llenaron la Laguna de Tota, poniendo fin al hambre y la sed en la región.

Hoy en día, las islas que emergen en la laguna son recordatorios petrificados de aquel acontecimiento legendario.

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