Para nadie es un secreto que Colombia está atravesando por una de las peores y más evidentes alertas de explotación sexual a menores de edad en la historia. Cada vez son más las situaciones y los casos de este tipo que se presentan y el departamento de Antioquia es el más afectado.
Este es el lugar elegido por los turistas provenientes del extranjero para llevar a cabo sus actos delictivos y abusar de niños y niñas, pues es la zona en donde más se ven involucrados estos personajes.
Tal como lo evidencia el caso de Stefan Andrés Correa, un hombre de 42 años que hace poco fue capturado antes de abordar un vuelo de Miami hacia Medellín, con una escala en Bogotá, que llevaba un tiempo negociando con un traficante sexual de la ciudad paisa para ir hasta la zona y abusar a menores de edad.
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De acuerdo con la información suministrada, el profesional de la industria farmacéutica es oriundo de Ecuador, pero nacionalizado como estadounidense y alcanzó a ingresar al túnel de abordaje del vuelo AV5 de Avianca que despegaba a las 11:28 de la mañana, el jueves 18 de abril, desde Miami con destino a Bogotá, pero cuando estaba atravesando el filtro de seguridad y ya había escaneado su tiquete su plan maestro cambió.
En ese momento, cinco oficiales lo hicieron apartarse de la fila y empezaron a requisar su equipaje en el que encontraron lo que iba a servir para el inicio de una de las más grandes investigaciones transnacionales de explotación sexual de niños colombianos.
Según datos recogidos por El Tiempo, esta red explota a menores de los 9 a 14 años, en ella hay pederastas, narcotraficantes, dueños de establecimientos turísticos, personas de China, canadienses y especialmente estadounidenses.
A Stefan Correa venían haciéndole un seguimiento porque una de las niñas víctima de la red criminal les entregó a agentes federales y a miembros de la Dijín información clave para identificarlo, así que la requisa que le hicieron en el aeropuerto ya estaba planillada.
En las revelaciones de la pequeña víctima se conoció cómo era la forma de accionar. Ella y sus compañeras eran llevadas a fiestas de disfraces en donde distribuían drogas y licor, luego un hombre, al que le decían ‘Cris’ o ‘Stefano’, tenía acceso para abusar de ellas mientras las grababa.
Estos exclusivos bares y los hoteles a donde Stefan Correa asistía para cumplir sus terribles deseos ahora están siendo localizados, ya que hay información e imágenes obtenidas que permiten reconocerlos. De esta manera se espera establecer quienes son los socios e iniciar los procesos legales correspondientes.
Sin embargo, esta no fue toda la información obtenida, pues en uno de estos sitios las autoridades estadounidenses y colombianas lograron recolectar datos y algunas pruebas que dejó Correa sobre los procesos previos que hizo el hombre para llegar a abusar de menores.
Fue así como descubrieron que Correa ya había ingresado a Colombia 45 veces desde 2022 y también que frecuentemente enviaba dinero a una cuenta bancaria y por Nequi.
“En uno de los celulares, que Correa identificó como suyo, se hallaron varios videos en los que tiene sexo con una joven niña que parece tener entre 12 y 14 años. En otro móvil, que Correa también identificó como suyo, se encontraron videos en los que tiene sexo con otra niña que parece tener entre 9 y 11 años. El rostro de Correa está completamente expuesto en ambos videos”, señala el indictment, que es el documento con la información en contra del estadounidense en donde las autoridades federales consignan de manera cruda lo que encontraron en su morral Gucci al cual tuvo acceso El Tiempo.
Los investigadores indicaron que algunas de las niñas en su momento se arrepintieron de sostener relaciones con él y fueron violadas mientras que la proxeneta esperaba en un baño.
Este documento también arroja que en la investigación y revisión de los dispositivos electrónicos de Stefan Correa se encontraron conversaciones con una mujer que sería una de las proxenetas, la cual le brinda información de la edad que tienen las niñas.
Según se pudo confirmar con la versión de la pequeña víctima que colaboró con la Dijín, por cada encuentro con este hombre les pagaban 300 mil pesos y la misma cantidad de dinero le daban a la proxeneta, pero además las ‘encantaba’ con promesas de regalos de celulares.
“Para garantizar que las niñas accedieran a sus aberraciones y para que estuvieran disponibles cuando él viajara, les regalaba iPhones y les cubría la manutención”, señaló un investigador.
La versión de la víctima indicó que los hechos de Correa se ejecutaban en el mismo lugar a donde fueron llevadas las dos niñas (una de ellas trans) que fueron encontradas en marzo con el también estadounidense Timothy Livingston. El lujoso hotel Gotham City, ubicado en el sector de Provenza, en Medellín.
Por el momento se espera que las autoridades den con la red criminal, ya que a partir de otros testimonios y con los datos de la cuenta bancaria y de las llamadas que Correa sostuvo con la proxeneta en Colombia, se puedan ubicar a las demás personas que se dedican a esta explotación de menores y a los narcotraficantes que proveen de droga a los abusadores.