En un panorama de esperanzas truncadas y proyectos inconclusos, la Universidad Nacional de Colombia, sede Tumaco, se encuentra en una situación de incertidumbre y decepción que afecta directamente a sus 355 estudiantes.
Inicialmente prometida como un centro de formación de primer nivel, con capacidad para albergar a 300 estudiantes anualmente en 55 carreras profesionales, la realidad actual dista mucho de las expectativas. En lugar de edificaciones adecuadas, los alumnos se ven forzados a recibir clases en contenedores que carecen del espacio y las condiciones necesarias para un ambiente académico propicio.
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La ministra de Educación durante el gobierno de Juan Manuel Santos, Yaneth Giha, había colocado la primera piedra del proyecto en 2018, anunciando un futuro prometedor para la educación en el Pacífico colombiano. Sin embargo, los sucesivos obstáculos y la falta de avances concretos han transformado lo que debería ser un bastión del conocimiento en un espejismo de desarrollo que acaba de ser desvelado por el portal Cambio.
Ese medio recuerda que la situación se agravó con el abandono de las obras destinadas a la verdadera infraestructura universitaria, las cuales se han visto consumidas por la vegetación desde su cese en 2019, cuando el presidente ya era Iván Duque, acercando peligrosamente el proyecto al temido estatus de “elefante blanco”.
El compromiso inicial, apoyado por una inversión que ascendía a 157.000 millones de pesos (incluyendo las fases 1 y 2 del proyecto), pretendía beneficiar a miles de jóvenes.
A pesar de la inversión considerable, que superó los 48.000 millones de pesos desde 2016, lo único presente es un conjunto de contenedores marcados con el logo de la “Sede Tumaco UN”, equipados mínimamente para suplir las necesidades básicas de los estudiantes. Adjunto a estos contenedores, se encuentra un gimnasio al aire libre, abandonado y corroído, lejos de ser el espacio de esparcimiento que se prometía.
De acuerdo con el medio mencionado, la dirección del proyecto ha pasado por varias manos, incluyendo la del recién nombrado rector de la Universidad Nacional, José Ismael Peña, que, como vicerrector entre 2021 y 2024, tuvo responsabilidades sobre la gestión de los recursos y el avance de las obras.
A pesar de las declaraciones de desconocimiento sobre los detalles del proyecto, la gestión de Peña ha estado bajo examen, especialmente en un contexto donde su elección ha generado protestas estudiantiles en Bogotá.
La financiación holandesa, que aportó 12 millones de euros (aproximadamente 40.000 millones de pesos) al proyecto, está bajo amenaza de ser reevaluada dado el estancamiento y las complicaciones continuas.
Un intento reciente por reactivar las obras resultó en una licitación desierta en diciembre de 2023, lo que ha llevado a la Universidad a considerar la contratación directa, despertando preocupaciones adicionales sobre la viabilidad y transparencia del proceso. La firma Serco Construcciones e Infraestructura de Manizales, se muestra como la única interesada en retomar las obras, a pesar de su reciente formación y limitada experiencia.
La comunidad educativa de Tumaco y los estudiantes de la Universidad Nacional enfrentan la disyuntiva entre la necesidad de avanzar en sus carreras y la frustrante realidad de su infraestructura universitaria. Este proyecto, concebido como un legado de progreso para la región, se ha convertido en un símbolo de los desafíos que enfrenta el sistema educativo en Colombia para cumplir con sus promesas de desarrollo y bienestar para las comunidades más alejadas del centro del país.
El contraste entre las ambiciones iniciales y la situación actual plantea serias preguntas sobre la gestión de recursos, la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura educativa y la capacidad del estado para garantizar la educación de calidad en todas las regiones. Los ojos están puestos en las próximas acciones de la Universidad Nacional y los colaboradores del proyecto para resolver esta encrucijada y cumplir con el compromiso asumido con la juventud de Tumaco y el Pacífico colombiano.