Pese a la afinidad que han mostrado las agremiaciones de trabajadores con el mandatario colombiano, se ha percibido una desviación notable con la propuesta de este último para propiciar una marcha. Varios grupos sindicalistas nacionales han anunciado su decisión de no participar en las movilizaciones previstas para el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, o realizar actividades alternativas en señal de protesta.
Este cambio se debe a la percepción de que el presidente Gustavo Petro ha intentado apropiarse de esta fecha históricamente significativa para los movimientos obreros. La controversia surge como un reflejo de las tensiones entre ciertos sectores del sindicalismo y el actual gobierno, de acuerdo a lo que también publicó Semana.
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El 21 de abril del año en curso, el presidente Gustavo Petro, a través de su cuenta en la plataforma X (anteriormente Twitter) instó a los trabajadores a permitirle hablar en su tribuna durante la conmemoración. Sin embargo, esta solicitud fue interpretada por algunos líderes sindicales como un intento de instrumentalización de las marchas para fines políticos propios.
No obstante, los trabajadores de la educación sí han disentido de esta visión. Desde asociaciones como Fecode se ha defendido la propuesta del jefe de Estado. Jhon Willy Carmona, afirmó que “creemos que el papel de las EPS y la intermediación; la ley 100 y el neoliberalismo, lo que ha generado ha sido una prestación del servicio muy malo principalmente para el pueblo, por eso apoyamos también reimpulsar una reforma que garantice la salud como un derecho. (...) El primero de mayo debe ser una fiesta democrática de movilización en defensa de los y las trabajadoras y del pueblo en general, los y las invitamos a salir masivamente en todos los puntos a nivel nacional”, dijo.
De hecho, han manifestado un férreo apoyo al Gobierno a través de las redes sociales, al mismo tiempo que han reposteado publicaciones de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), asociación que sí está en contra de las marchas propuestas por el Gobierno. Con un mensaje unificado, publicaron que este “1 de Mayo Día Internacional del Trabajo Todos y todas a las calles Por los derechos de los colombianos. Por la educación y la salud. Por las reformas sociales. En Bogotá, marchas masivas con participación de delegaciones de municipios y departamentos”.
Esto dicen los sindicalistas
Por ejemplo, Jorge Espinosa Pérez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) para la región de Bogotá-Cundinamarca, subrayó la importancia de mantener la autonomía del movimiento sindical, y destacó una división interna entre apoyar al gobierno o preservar su independencia.
“Lo que el presidente haga bien lo vamos a reconocer y aplaudir. Pero las equivocaciones que cometa las vamos a criticar y vamos a movilizarnos”, expresó Espinosa, a la vez que evidenció una postura crítica pero equilibrada hacia la administración de Gustavo Petro.
Por su parte, Diógenes Orjuela, expresidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), criticó abiertamente la actitud del presidente por considerarla una invasión a un espacio que históricamente ha pertenecido a los trabajadores, desde 1889, cuando se comenzó a reivindicar una serie de luchas de los trabajadores -en especial la jornada laboral de 8 horas.
“Los trabajadores no van a aceptar que sus marchas se comparen con las del Gobierno”, argumentó Orjuela, en atención la conservación de las luchas históricas que han congregado a todos los trabajadores que se unen a estas perspectivas.
En el terreno práctico, algunos dirigentes como Jorge Iván Diez, vicepresidente de la CGT en el país, han optado por convocar actividades alternativas que no se alineen con la marcha convocada por Petro, de manera independiente. De hecho, han pretendido reforzar la idea de que “no es el día en el que el jefe de Estado, de manera inoportuna, inaceptable y oportunista, se toma estas actividades de los trabajadores”.
La situación refleja un momento de reflexión dentro del movimiento sindical colombiano sobre su rol y su relación con el poder político. La decisión de algunos grupos de abstenerse de marchar o de realizar actividades propias el 1 de mayo señala un esfuerzo por preservar la autonomía y el espíritu crítico que históricamente ha caracterizado a los sindicatos en su lucha por los derechos laborales.
Este acontecimiento se produce en un contexto donde la CUT, por otro lado, ha decidido marchar al lado de Petro, lo que demuestra que las posturas de las agremiaciones no son del todo alineadas dentro del movimiento obrero colombiano frente a la administración actual. Además, resurge el recuerdo del “estallido social” del 28 de abril de 2021, lo que añadiría una capa adicional de complejidad a las dinámicas políticas y sociales que envuelven estas marchas.