El farmacéutico estadounidense Stefan Andrés Correa, detenido en el aeropuerto de Miami momentos antes de abordar un vuelo con destino a Colombia, se ha convertido en el eslabón clave de una investigación internacional que busca desentrañar una vasta red de explotación sexual que victimiza a menores con edades que oscilan entre los 9 y los 14 años.
La captura de Correa, que tuvo lugar el jueves 18 de abril, se efectuó luego de que las autoridades aeroportuarias, alertadas por su comportamiento y reiterados viajes a Colombia, que no tenían nada que ver con su trabajo, decidieran inspeccionar su equipaje de mano, dando pie al descubrimiento de pruebas contundentes que apuntan hacia una organización criminal de gran escala.
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El Tiempo pudo conocer que la operación policial se basó en testimonios proporcionados por una de las niñas víctimas de la red de explotación sexual de la que era cliente el estadounidense; la menor brindó a los agentes federales del país norteamericano y miembros de la Dijín de Colombia, detalles que permitieron la identificación de Correa.
Según el medio citado, la niña narró cómo ella y otras niñas eran conducidas a fiestas de disfraces, donde se les suministraba drogas y alcohol antes de que las sometieran a abusos sexuales por parte de un hombre al que se referían como ‘Cris’ o ‘Stefano’ (Stefan Andrés Correa), quien además las grababa durante los actos.
Dichas revelaciones condujeron a las autoridades a focalizar su atención en exclusivos bares de Medellín de los que, ‘coincidencialmente’, Correa un cliente habitual.
Con base en esa información, las autoridades empezaron a hacer un análisis detallado de los movimientos migratorios y financieros de Correa y descubrieron que había ingresado a Colombia en 45 ocasiones desde 2022.
El Tiempo reveló que en la investigación de la justicia colombiana y estadounidense se detalló que el acusado pedófilo realizaba constantes transferencias a cuentas en el Banco de Colombia y a través de Nequi, al parecer pertenecientes a la red de explotación sexual de la que era cliente.
La detención y seguimiento de Correa fue liderado por Anthony Salisbury, del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, quien logró localizar al sospechoso en su domicilio en Miami Dade y frustró sus planes de regresar a Colombia para seguir violando menores de edad.
El medio citado accedió a la acusación formal contra Correa, que incluye evidencia impactante encontrada en sus dispositivos personales en los que tenía múltiples videos donde se le observa cometiendo abusos sexuales contra niñas.
“En uno de los celulares, que Correa identificó como suyo, se hallaron varios videos en los que tiene sexo con una joven niña que parece tener entre 12 y 14 años. En otro móvil, que Correa también identificó como suyo, se encontraron videos en los tiene sexo con otra niña que parece tener entre 9 y 11 años. El rostro de Correa está completamente expuesto en ambos videos”, indica la acusación contra el pedófilo.
Las autoridades encontraron cerca de 50 videos en los que el acusado sostiene relaciones sexuales con, por lo menos, diez enores diferentes, a las cuales las obligó a ceder ante sus pretensiones.
Además se descubrieron comunicaciones entre Correa y una mujer, presuntamente implicada como proxeneta en la red, donde se negociaban los encuentros sexuales con menores.
En los chats quedó en evidencia la predilección de Correa por niñas “pequeñas y delgadas” y su disposición a ofrecer regalos y manutención a cambio de su disponibilidad.
“En cada una de estas instancias la traficante le dijo a Correa que las niñas que tenía disponibles para sexo comercial tenían entre 11 y 12 años. Correa además le enfatizó su preferencia por niñas pequeñas y delgadas”, dice la acusación contra Stefan Andrés Correa, revelada por el medio citado.