Los vecinos del conjunto residencial Sebastián de Belalcázar, en Cali, están cansados de las agresiones de un hombre y su hijo contra otros residentes, al punto que se han convertido en un dolor de cabeza y en un motivo de temor.
Las acciones de este dúo, captadas en videos de seguridad, se han caracterizado por intimidaciones y amenazas que han incluido el uso de armas blancas. Según el testimonio de una de las víctimas, Adriana Ramírez, que se pronunció públicamente en Noticias Caracol, ha sido físicamente y amenazada de muerte por esos vecinos.
De tal manera, los vecinos afectados han preferido acudir a las autoridades para solicitar la intervención de la Fiscalía para garantizar su seguridad.
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Uno de los últimos episodios sucedió en contra del administrador. El registro de las cámaras de seguridad permitió evidenciar el modo en el que uno de los dos residentes señalados -el padre- increpó al administrador de la unidad. En el acto, incluso, además de aparentes gritos, hay un cabezazo contundente en contra del funcionario.
En dicha grabación, se escucha a uno de los agresores menospreciar al administrador del conjunto residencial con duras palabras: “Usted no es administrador ni es gente. Usted no es gente, usted es una porquería, hermano”, afirmó el agresor.
Según reportó el medio local El País, este caso no es un hecho eventual, o aislado en la comunidad. “Este personaje ha sido agresivo con la comunidad. Ha dañado, ha intimidado, amenazado de muerte a las personas. Ayer a una persona del barrio le tocó declararse culpable. A mí me agredió y me pegó, y aparte de eso, me sacó cuchillo”, testificó una de las residentes, quien destacó que “él se inventa cada cosa, él se agrede para decir que lo golpeamos, o sea, él es una amenaza para la comunidad”.
También dijo: “Él me amenazó nuevamente y me dejó dicho en portería que me iba a pegar un tiro por otra razón, o sea, él se inventa cada cosa. Él es una una amenaza para la comunidad, o sea la gente no salió porque porque la gente teme, la gente le da miedo y esto no es así. Yo doy la cara... a mí no me da miedo y dejo claro de que a mí ese señor me quiere matar y su hijo -porque su hijo también- y ellos pues tienen muchas cosas que que no están bien en la convivencia”.
Los vecinos, en especial Adriana Ramírez, han afirmado que temen por sus vidas, en vista de que a veces han tenido que declararse culpables, pues tras las agresiones del señalado, este de autolesiona para cambiar la versión ante las autoridades.
Ahora bien, no solo es violencia física contra residentes y adminitrativos, también con las instalaciones. “Ellos agreden, dañan las cámaras y hacen muchas cosas que no están bien en la comunidad”, destacó la entrevistada.
Las implicaciones de estos incidentes son significativas y apuntan a una urgente necesidad de intervención para proteger a los ciudadanos. Según la afectada, la violencia ha llegado a perturbar la paz de la comunidad, tanto, que se ha generado un clima de miedo y reticencia entre los vecinos a hablar, por temor a represalias.
Este caso resalta la problemática más conocida de estos días de intolerancia en la ciudad, que ahora se cataloga como una de las principales causas de homicidios. Las autoridades, por su parte, insisten en la necesidad de adoptar medidas concretas para abordar los crecientes niveles de agresión y violencia que afectan a la comunidad. La situación en el sur de Cali pone de manifiesto la importancia de fortalecer las estrategias de seguridad y prevención, así como de promover el diálogo para resolver conflictos de manera pacífica, evitando que escalen a situaciones de mayor riesgo.