Se conocieron nuevos detalles del homicidio de un urólogo en Medellín, que mantiene consternada no solo a la comunidad médica, sino a la ciudadanía en general. Con un manuscrito de 369 páginas se pudo establecer los motivos por los que el homicida acabó con la vida del galeno.
El viernes 26 de abril de 2024 se conoció un aterrador detalle acerca del asesinato que se perpetró en un consultorio de la Clínica Medellín, en la mañana del 18 de abril de este mismo año.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
De acuerdo con las confesiones que hizo John Ferney Cano González, el hombre que asesinó al urólogo Juan Guillermo Aristizábal Vásquez y luego se quitó la vida, el fatal hecho se dio como una venganza que aparentemente estuvo planeando por mucho tiempo.
En el texto que tiene como última fecha de edición el 29 de febrero de 2024, el asesino hizo un recuento de su historia, relató de manera muy cruda detalles de su vida y se despidió de su hermano, a quien le confesó que asesinar al médico era la única manera de sentirse bien con él mismo.
“Querido hermano, el destino me ha brindado la posibilidad de castigar por propia mano a quien, por unos miserables pesos, osó lesionarme gravemente. He meditado durante bastante tiempo esta decisión, y he llegado a la conclusión de que necesito hacer esto para sentirme bien conmigo mismo”, se lee en el manuscrito citado por la emisora Caracol Radio.
En el texto dirigido a su familiar resaltó que el urólogo Aristizábal era su “único enemigo” y quien en vez de ayudarlo, empeoró un problema de salud que lo llevó a presentar dolores insoportables.
Además, aseguró que sólo recibió “mentiras, burlas e hipocresía de ese vil traidor y su ayudante, ya que ella me dijo que ese médico era muy bueno, algo de lo que difiero indudablemente. Y no conforme con sus mentiras, llegó a burlarse en mi propia cara por lo que me había sucedido. No debí confiar en esas dos personas”.
La confesión del crimen
Además de confirmarle sus planes a su hermano, en la página 362 del libro que escribió durante varios años, y que tituló Memorias de un loco sensible, Cano González confesó el crimen de manera cruda y concreta.
“Este caso está resuelto, se trata de una venganza por una lesión física que, a su vez, causó un malestar mental”, escribió el hombre de 34 años.
Aunque en el desarrollo del libro habla de toda su vida y menciona sin titubeos los problemas de violencia intrafamiliar que vivió en el interior de su familia, siendo el menor de siete hermanos, en varias partes del libro e incluso desde el inicio, habla de un “mal procedimiento médico” que lo llevó a vengarse.
Desde el principio del manuscrito el asesino hizo una especie de cartel de los urólogos que lo trataron antes y después de la intervención quirúrgica por parte de Juan Guillermo Aristizábal Vásquez; sin embargo, lo señala a él como el directo responsable de que su vida se volviera miserable.
Así mismo, relató que el 21 de octubre de 2021 marcó el “inicio de su tragedia”, debido a una circuncisión que le realizó el médico que terminó asesinando. Aseguró que le pagó al urólogo para que resolviera su caso sin tener que afrontar las demoras que supone realizar procedimientos a través de las EPS.
Indicó que lo estafó, igual que los abogados a quienes contrató para conseguir que el médico asesinado pagara por la “multilación” que le hizo.
En otra de las páginas empezó a dar indicios de lo que tenía planeado. Con total crudeza relató lo que quería hacer contra el urólogo.
“Ese infame se ha topado con la persona equivocada, lo odio como nunca había odiado a alguien. Es un sentimiento indescriptible, de solo pensar en esa escoria imagino en mi mente fulminarlo en reiteradas ocasiones con una pistola hasta perforar todos sus asquerosos órganos, especialmente su putrefacto corazón”, se lee en el manuscrito.
El homicidio del urólogo
El 18 de abril de 2024 John Ferney Cano González ejecutó el homicidio que, de acuerdo con sus confesiones en el manuscrito, llevaba planeando por mucho tiempo.
En el consultorio 902 de la Clínica Colombia atacó al médico a quien confesó detestar desde el día en que lo intervino quirúrgicamente. En los hechos resultó otra persona herida.
Luego de cometer el crimen, el asesinó le prendió fuego al lugar, generando una emergencia que fue atendida por la Policía y organismos de socorro de la capital antioqueña. Finalmente, también se quitó la vida, como lo había anticipado en el libro.
“No hables de esta situación, mucho menos con la policía o fiscalía. Tú tienes el derecho de guardar silencio, y te pido que lo guardes para mí. Procura sellar mi ataúd, para que los demás dejen de insinuar cosas que no son. No quisiera ser exhibido, y tampoco que se pongan los típicos carteles con mi nombre, evita todo eso, te lo pido por favor”, le escribió a su hermano.