Recientes noticias han dado a conocer que los índices de compra de vivienda comenzaron a caer en el 2023, y, pese a que muchos apuntaron a que la circunstancia estaba relacionada con las altas tasas de interés -que fueron bajadas por el Banco de la República- agremiaciones constructoras afriman que el problema continúa.
En contraste, el Gobierno demuestra una percepción con otro tono. De hecho, se evidencia una división marcada entre las perspectivas de la Administración a través del Ministerio de Vivienda, y la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).
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Un análisis que publicó al respecto el medio nacional El Tiempo, en expresiones recientes la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, ha mostrado un optimismo basado en indicadores de estabilización post-pandemia y una recuperación gradual.
Entre tanto, Guillermo Herrera, presidente de Camacol, ha dibujado un escenario menos alentador, argumentando que el sector aún se enfrenta a una crisis que requiere de acciones urgentes para su reactivación.
Las diferentes visiones
De acuerdo con lo publicado por el medio, la ministra Velasco sostiene que “hay razones objetivas para ser optimistas. (...) Las cifras las analiza cada uno y nosotros hemos explicado la visión que tenemos de eso. Las cifras nos muestran muchas cosas y hay que desmenuzarlas y analizarlas”.
Entre las cifras que sostienen la contraposición de Camacol, se destaca la notable reducción en las ventas de vivienda durante el primer trimestre de 2024, al punto de ser las más bajas en los últimos quince años, y podría estar relacionada, además, con propuestas gubernamentales como el programa Mi Casa Ya. Esta tendencia de caída se contrasta con el enfoque gubernamental que apuesta por mejoras económicas y la reducción de tasas de interés como signos de recuperación.
Dijo la jefe de la cartera de Vivienda: “el análisis muestra que la construcción sufrió después del 2019; pero ahora, con la disminución de las tasas de interés y las mejores en la condición de la economía, muestra recuperación”.
‘Mi Casa Ya’: una de las posibles causas
Un punto crítico en este debate es la modificación del programa Mi Casa Ya, especialmente en cuanto a los mecanismos de preventas y la introducción de trámites adicionales como el Sisbén. Según lo que emitió el medio nacional, mientras que Camacol señala estos cambios como obstáculos para el sector, desde el Ministerio de Vivienda se defienden las modificaciones con el argumento que han funcionado correctamente, tal como señala Velasco: “Estamos haciendo asignaciones semanales, los constructores nos aplauden y nos han dicho que está funcionando bien.”
Del mismo modo, la discusión se ha extendido al ámbito de los subsidios para la compra de vivienda. En esta materia Camacol ha solicitado un aumento en el número de estos aportes gubernamentales ante lo que consideran una oferta creciente que supera los recursos disponibles. Sin embargo, el Ministerio mantiene su postura de asignar 50.000 subsidios anuales, sujetos a la aprobación y situación fiscal determinada por el Congreso de la República.
Otro punto es la preasignación de subsidios para vivienda de interés prioritario (VIP) también ha sido un tema de análisis. Por parte de Camacol, se critica que esta estrategia no contribuye significativamente a la reactivación del sector, en vista de que estas viviendas son solo el 6% del total de ventas, aunque la ministra Velasco resalta su efectividad para alcanzar a las familias más necesitadas.
La situación laboral dentro del sector de la construcción representa otro ángulo de esta compleja realidad. El presidente de Camacol advierte sobre el riesgo que corren más de 500.000 empleos debido a la disminución de actividad, una situación que el Gobierno busca minimizar señalando que existen áreas de estabilidad y crecimiento dentro del marco más amplio del sector.