La fisiculturista Rosalba Gámez se ha convertido en una figura emblemática en Barranquilla, tanto en el ámbito deportivo como en el social, por su impresionante desarrollo muscular y sus triunfos en competencias internacionales de powerlifting.
Gámez, que comenzó su entrenamiento a los 23 años para combatir una anemia crónica, ha transformado su físico de 45 kilogramos a 92, según lo informó Tu barco, lo que ha requerido una dedicación absoluta que incluye sesiones de entrenamiento de dos horas y media al día, y un exigente régimen alimenticio de siete comidas diarias.
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El camino de Gámez hacia el éxito no solo ha sido físico, sino también personal y profesional. Cambió su carrera de Licenciatura en Educación Prescolar por la de instructora de fitness, con el fin de influir positivamente en la vida de sus alumnos, y para demostrar que la feminidad no se ve afectada por el desarrollo muscular.
La Universidad del Atlántico figura entre las instituciones que marcaron su formación inicial, aunque su pasión la llevó por caminos inesperados. Su participación en torneos como ‘Soul Power’ la ha consolidado como una referencia en el powerlifting, donde ha obtenido numerosos triunfos.
Además de enfrentarse a los retos físicos y técnicos de su deporte, Gámez ha tenido que lidiar con el estigma social y los prejuicios en torno a la mujer en el fisicoculturismo. Pese a los comentarios y juicios, ha mantenido una postura firme en cuanto a su identidad y su papel como mujer en el deporte, inspirando a muchas otras, como su alumna Yuleimis Castro, a seguir sus pasos en el mundo del fisicoculturismo.
“Tiene cuerpo de hombre”, “Dejó de verse femenina”, “Está deforme”, son algunos de los comentarios que se pueden encontrar en algunas de sus publicaciones en redes sociales.
Su esposo, Ronald de Arco, ha sido un pilar fundamental en su carrera, ofreciendo apoyo tanto en el gimnasio como en la vida personal. Gámez y De Arco comparten no solo una relación sentimental sino también la pasión por el fitness, lo que ha fortalecido su vínculo, según se informó en un reportaje de El Heraldo, hace dos años.
Rosalba Gámez no solo es un testimonio de transformación personal y superación de adversidades, sino también un símbolo de empoderamiento y ruptura de estereotipos. Su historia destaca la importancia de la disciplina, la pasión por lo que se hace y la capacidad de influir positivamente en la vida de los demás.
¿Qué es el <i>powerlifting</i>?
El powerlifting, o levantamiento de potencia, es un deporte de fuerza que consiste en tres pruebas principales: la sentadilla, el press de banca y el peso muerto.
En competencias profesionales, cada competidor tiene tres intentos en cada prueba, y el objetivo es levantar la mayor cantidad de peso posible en cada una. La suma total de los mejores intentos en las tres pruebas determina el ganador en cada categoría de peso.
Este deporte pone a prueba la fuerza máxima de los atletas y requiere tanto técnica precisa como preparación física rigurosa. Se practica tanto de manera amateur como profesional y cuenta con federaciones nacionales e internacionales que organizan competiciones regulares.
En el powerlifting, la gestión de tiempos de descanso entre series y competiciones es crucial, generalmente oscilando entre 3 a 5 minutos para optimizar la recuperación muscular. Las cargas se manejan mediante programas que varían en intensidad y volumen, buscando el aumento gradual para fomentar la adaptación muscular y alcanzar el pico de rendimiento para la competición.
Las metas en esta disciplina varían desde aprender técnicas adecuadas y construir una base sólida de fuerza, hasta superar récords personales o clasificar a competencias de mayor envergadura. La periodización del entrenamiento y una estrategia de competencia adaptada son fundamentales para el progreso y éxito del atleta.