Con la reciente captura del estadounidense Stefan Correa en Miami, acusado de viajar a Colombia a abusar sexualmente de menores 14 años, la ciudad de la eterna primavera volvió a recordar el drama que ha vivido por cuenta de los extranjeros que han convertido a Medellín en un nido de explotación sexual.
En lo que va corrido de 2024, ocho ciudadanos extranjeros han sido capturados en una serie de operativos que han resonado tanto en territorio colombiano como en Estados Unidos. “No vamos a permitir que se sigan presentando esta clase de hechos”, afirmó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
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De hecho, el turismo sexual se ha convertido en el talón de Aquiles de la actual administración, pues el abuso a menores se estaría promoviendo en diferentes naciones del mundo. Incluso, el grueso de estas detenciones involucra a ciudadanos de diversa procedencia, incluyendo seis estadounidenses, un individuo de China, y otro de nacionalidad turco-alemana.
Federico Gutiérrez ha destacado la colaboración internacional en estos operativos, resaltando la coordinación con el Gobierno de Estados Unidos y la emisión de circulares de Interpol, como elementos clave en la lucha contra estos crímenes. “Nosotros estamos actuando, luego de cuatro años de abandono en este tema”, enfatizó el alcalde.
Entre los casos más notorios figura el de Timothy Alan Livingston, encontrado en un hotel de Medellín con dos menores de edad y quien, tras ser puesto en libertad de manera controvertida, es ahora objeto de una búsqueda internacional por Interpol.
Además, las operaciones contra la explotación sexual a menores empezaron desde enero de 2024, con la detención en Nueva York de Angad Amit Beharry, exagente de la policía, implicado en la compra de contenido sexual de una bebé de 22 meses. Desde entonces, el alcance de las acciones contra la explotación sexual de menores se ha ampliado significativamente, implicando a delincuentes que habían operado con impunidad durante años.
“Se les estaba dando todas las libertades a estos extranjeros para que cometieran esta clase de actos aberrantes, pero nosotros los estamos atacando y dando a conocer, porque no queremos que sigan explotando a nuestros niños, niñas y adolescentes”, resaltó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
Richard Vicent Polanski, químico estadounidense de 48 años, fue el primero en ser capturado en Bello, Medellín, seguido por su compatriota Dominick A. Divicenzo de 40 años, y finalmente, el turco-alemán Mustafá Mase, de 53 años, fue aprehendido en Apartadó, Urabá antioqueño. Estos arrestos se dieron entre el 25 de febrero y el 18 de marzo.
Polanski fue sorprendido en un inmueble en el barrio Obrero de Bello con cuatro menores, y se reveló que tenía antecedentes por seis casos similares en la ciudad de Medellín, acumulando un total de 65 movimientos migratorios en su historial.
Al día siguiente, en Medellín, dentro de un apartamento en el parque del barrio La Floresta, fue detenido Divicenzo tras quejas vecinales por ruido excesivo; con él, se encontraron dos menores siendo explotadas sexualmente. Por último, Mase fue capturado el 18 de marzo en Apartadó, después de investigaciones que lo vinculaban con la producción de material de pornografía infantil y actos sexuales con menores de 14 años, utilizando redes sociales como medio para contactar a sus víctimas.
El caso de Zhan Liu, un ciudadano chino de 42 años, detenido en abril por involucrarse con una menor que presentó una cédula falsa. A pesar de estar actualmente en libertad, sigue vinculado al proceso judicial. “Actualmente esta persona se encuentra en libertad, pero vinculada al proceso. Estamos presentando todas las evidencias porque no podemos permitir que haya impunidad en estos hechos”, afirmó Gutiérrez.
Mientras tanto, la respuesta legal ha evolucionado para enfrentar este flagelo con mayor eficacia. Recientemente, se aprobó un proyecto en la Comisión Primera del Senado que busca endurecer las sanciones contra el proxenetismo con menores de edad, elevando las penas de prisión de 26 a 45 años.