En una iniciativa que generó polémica en redes sociales, la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, y su secretario de Gobierno, Edward Amaya, llevaron a un grupo de estudiantes de diferentes colegios públicos al Complejo Carcelario y Penitenciario con Alta y Media Seguridad de Ibagué (Coiba), más conocido como la cárcel de Picaleña, en el que se encuentran algunos de los presos más peligrosos del país.
La jornada, que se denominó como una “terapia de choque” y que buscaría que los adolescentes y jóvenes experimenten en carne propia el impacto de estar recluido en un centro carcelario, y de este modo incentivarlos para no caer en conductas delictivas, ha causado reacciones a favor y en contra. En especial por las imágenes que se conocieron de la actividad, en la que se vería la rudeza del ejercicio.
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“Iniciamos esta estrategia, en la que queremos que ellos se enfrenten a una realidad que tal vez desconocen. Queremos jóvenes que sean capaces de soñar alto, de tomar buenas decisiones y de transformar este territorio”, indicó Aranda con relación a la estrategia de su Gobierno para concientizar a los estudiantes sobre el grave impacto de la criminalidad.
Según se vio en las imágenes que fueron replicadas en los perfiles de la administración municipal, los jóvenes se reseñaron como cualquier otro recluso y se sometieron a intensas requisas antes de ingresar al complejo. Posteriormente, los alumnos fueron vendados en sus ojos, hasta llegar al comedor del establecimiento de reclusión, en donde recibieron una “calurosa” bienvenida por los guardias del Inpec.
La estrategia, que hace parte del programa Delinquir no paga, tuvo como primeros participantes a los estudiantes de la Institución Educativa Leonidas Rubio Villegas, pero se extenderá, según anunciaron, a otros colegios e instituciones, con el fin de reeducar a los jóvenes.
“El objetivo de este programa es salvar vidas, mostrarles la realidad a los jóvenes de décimo y once que están a punto de graduarse y salir a la vida real. Y que se den cuenta de que ellos viven en una burbuja, sensibilizar también a los padres de familia, de que delinquir es el peor camino”, afirmó Amaya con respecto a la actividad que se llevó en esta cárcel, considera de alto riesgo por parte del Gobierno.
Según se informó por parte de la administración, los estudiantes entran a las 7:00 a. m. y salen a las 12:00 m. “Hacen un recorrido por algunos lugares del centro penitenciario e incluso se brindan charlas por algunos reclusos que cuentan sus experiencias y los hechos por los cuales están en ese lugar”, añadió el secretario de Gobierno, en jornadas que se llevan a cabo con consentimiento informado.
Idea de llevar a estudiantes de secundaria a la cárcel generó controversia
Sin embargo, en redes sociales han trascendido comentarios en contra de este tipo de programas, pese a que cuenta con el respaldo del Instituto Nacional Penitenciario. En especial por su denominación de “terapia de choque”, que fue comparada, incluso, con las que lleva a cabo el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, al mostrar la forma en que son recluidos los capturados por delitos de alto impacto.
“Y que tal fomentar la empatía y la solidaridad con las personas privadas de la libertad. La educación no es a través del miedo, es a través del fortalecimiento de los valores y el análisis crítico de los contextos sociales. Hablemos entonces de la violación a los derechos humanos en las cárceles.”, dijo uno de los ciudadanos a través de la red social Instagram, en el perfil de la Alcaldía que replicó esta iniciativa.
“Que experimenten en ‘carne propia’, eso es más una estrategia de choque, violenta y agresiva. NADA respetuosa con la adolescencia y juventud de Ibagué”, comentó otro de los usuarios. “La forma en la que inicia el video no muestra pedagogía y respeto. ¿Los adolescentes lloraron? ¿Les gritaron para experimentar en carne propia lo que se hace en la cárcel?”, se cuestionó otra internauta.
Hay quienes han denominado este tipo de actividades como una forma de maltrato psicológico a menores de edad. “Los valores empiezan en el hogar, en mi concepto, nada pedagógico, por el contrario, traumatizante”, expresó otro de los ciudadanos que está en desacuerdo con la medida, que en contraste también ha recibido un fuerte respaldo por parte de simpatizantes del gobierno local.
Concejal de Ibagué se pronunció sobre el polémico programa
En su perfil de X, el concejal Andrés Zambrano, del partido Alianza Verde, calificó la estrategia de la administración municipal como “totalmente ineficaz”, debido a que en su concepto ignoraría que algunos de los punibles de más alta comisión en Ibagué, como el hurto en sus distintas modalidades, “están asociados a las condiciones de pobreza y bajas oportunidades”.
“De nada sirve llevar a los jóvenes a la cárcel para que vean a lo que se enfrentarían si seguimos teniendo la más alta tasa de desempleo juvenil; si la cobertura educativa en Ibagué sigue siendo inferior al 100% y en educación superior apenas alcanza el 50%”, expresó el cabildante, que pidió que se lleven a cabo soluciones reales y que, en vez de ser llevados a las cárceles, sean acercados a las universidades.
“Hay que llevarlos al mundo de las oportunidades, no a las cárceles a aterrorizarlos”, puntualizó Zambrano, que le salió al paso a la “terapia de choque” propuesta por Aranda, además de lamentar que los jóvenes no tengan oportunidades deportivas, culturales y de ocio que los alejen del camino del delito.