Transmilenio no es el único medio de transporte que, a diario, recibe críticas y denuncias de sus pasajeros. La inseguridad está a la orden del día en sistemas de buses y metro en las grandes ciudades, como denunció en un video reciente la colombiana identificada en redes sociales como Aniam.
Aniam, residente desde hace más de dos años en Nueva York, decidió prevenir a turistas colombianos que visiten la Gran Manzana, sobre lo que parece disgustarle más de la ciudad: el metro.
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“He visto unas cosas... de no creer. Hace poco nos pasó algo mientras viajábamos en pareja, con nuestro bebé en el coche, y aprendí varias cosas. Nunca entren solos a ninguna estación. Al pasear, obviamente, el metro es la forma más fácil de conocer la ciudad, porque los lleva de un lado a otro súper rápido y hay muchas líneas. El tema es que hay que tener ciertas precauciones”.
Un día, de regreso a su casa, decidieron abordar el último vagón para no tener que caminar tanto al llegar a la estación que queda a unas cuantas calles; pero, craso error: lo hicieron faltando dos minutos para que el metro pasara y un hombre extraño los abordó.
“Era un señor, en unas condiciones... no sé cómo explicarlo, creo que era un habitante de calle. No tenía zapatos, no tenía pantalones... llevaba encima una manta y por su cara parecía estar drogado. Sentí mucho susto, estaba muy cerca de mí”.
El hombre acercó sus dedos a la cara de Aniam y su pareja, pero ellos estaban paralizados, sin saber qué hacer hasta que ella tomó el coche con su bebé, se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el costado opuesto”.
“El señor se vino detrás, gritando a más no poder. No sé que estaba gritando, no me acuerdo, pero nos dijo de todo, a todo volumen y empezó a tirarnos unas tapas que llevaba en la mano. Entonces, al llegar a donde estaban los demás pasajeros me arrinconé en una pared y por fin logré respirar”.
Asustada y con su hijo en el coche empezó a orar, pero el hombre la emprendió contra su pareja, quien trató de reaccionar, pero se contuvo por el bien de todos.
“El señor se fue e intentó sacarle algo del bolso a otra pasajera que salió corriendo. Él seguía gritando, fue todo un show y yo trataba de no mirarlo, solo estaba ahí parada con el coche, hasta que en algún momento se salió de la estación, se fue y logré descansar. Fue intenso, me asusté mucho, es una experiencia que no quisiera repetir”.
Sin embargo, esta al igual que otras situaciones incomodas o peligrosas la han ayudado a entender que, específicamente, en el metro de Nueva York deberían tomarse tres medidas básicas para el cuidado propio.
“1. Usen tapabocas 2. Nunca estén solos, asegúrense de estar rodeados de otros pasajeros para tener a quién pedirle ayuda y 3. Nunca hagan contacto visual, nunca miren a nadie que pueda verse drogado o alterado, porque se ponen agresivos”.
Podrían parecer obvias, pero son de gran ayuda, sobre todo para los turistas que no estén acostumbrados a evitar el contacto visual en sus países de origen.
“Siempre que voy en el metro no miro a nadie, voy con tapabocas y puedo sonar exagerada, pero siento que se ha desmejorado mucho el metro porque hace años venía de vacaciones y no sentía este temor. Puede que sea porque ahora vivo acá y veo todo lo que pasa, pero después de todo esto les recomiendo seguir los tres trucos” de supervivencia en el metro.