La diseñadora colombiana Nancy González, de 71 años, extraditada a Estados Unidos en agosto de 2023 después de su captura en julio de 2022 en Cali, ha estado en prisión durante 14 meses relacionados con el caso. Su condena ha generado atención internacional, destacando un reportaje que compara su trayectoria con la de Griselda Blanco, reflejando el impacto de sus acciones en la industria de bolsos de lujo.
El Daily Mail abordó la historia de la diseñadora de moda, creadora de bolsos de lujo valorados en 2.000 dólares, accesorios que han sido seleccionados por celebridades como Victoria Beckham y Britney Spears.
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La mujer ganó fama entre las celebridades por su innovadora utilización de pieles exóticas, logrando que figuras destacadas de Hollywood como Salma Hayek, Kris Jenner, y el elenco de Sex and the City lucieran sus bolsos de alto valor.
En cuanto al medio, Daily Mail hizo una comparación entre el caso de González y la figura de Griselda Blanco, retratada por Sofía Vergara en la miniserie de Netflix Griselda, enfocada en la vida de la célebre narcotraficante colombiana que dominó el comercio de cocaína en Miami durante los años 70. Según declaraciones de coacusados y antiguos empleados, González, conocida por su detallada gestión, organizaba a unos 40 pasajeros para que transportaran cada uno cuatro bolsos de diseñador en vuelos comerciales antes de prestigiosos eventos de moda.
En noviembre, González reconoció la introducción ilegal de bolsos hechos con piel de caimán y pitón, desde febrero de 2016 hasta abril de 2019. Dichas especies se encuentran bajo protección de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), tratado al cual tanto Estados Unidos como Colombia son países firmantes.
La diseñadora, de 71 años, fue extraditada a Estados Unidos en agosto de 2023, después de ser detenida en Cali en julio de 2022, acumulando ya 14 meses en prisión por el caso. González pidió a amigos, familiares y trabajadores de su empresa de diseño en Colombia que llevaran los bolsos consigo en aviones o en su equipaje de mano durante vuelos comerciales hacia Estados Unidos.
Tras ser introducidos ilegalmente a Estados Unidos, los bolsos eran entregados o enviados a las salas de exposición de Gzuniga en Nueva York. Aquí, detallistas de productos de lujo adquirían los productos para su posterior venta en tiendas especializadas. Según autoridades estadounidenses, este esquema abarcó cientos de carteras y bolsos, con un precio promedio de venta al público superior a los 2.000 dólares.
La defensa solicitó al juez Robert N. Scola que dictaminara la pena de la diseñadora como cumplida, argumentando que los meses pasados en detención deberían considerarse suficientes. Destacaron el perfil de González como una madre soltera de dos hijos que se hizo un nombre luchando contra grandes firmas de moda, apelando a su esfuerzo y dedicación. Resaltaron cómo un desliz no solo le costó su negocio, sino también su hogar. Por otro lado, la Fiscalía contradijo estos puntos, alegando que González era plenamente consciente de sus violaciones legales, adoptadas en beneficio de su compañía.
Antes de que se le dictara sentencia González, dijo lo siguiente: “Desde el fondo de mi corazón, pido disculpas a los Estados Unidos de América. Nunca fue mi intención ofender a un país al que debo una inmensa gratitud. Bajo presión, tomé malas decisiones”.
A diferencia de la “madrina” (Griselda Blanco), cuya historia se define por actos de violencia y delitos graves, Nancy González ha llevado una vida alejada de cualquier tipo de infracción penal. Su camino se ha caracterizado por actividades y actitudes que no guardan relación con el mundo del crimen organizado, mostrando un claro contraste entre ambas figuras. Este contrapunto subraya la diversidad de trayectorias dentro de contextos similares, donde las decisiones personales marcan la diferencia en el rumbo de la vida de cada individuo.