El peso colombiano y el mexicano experimentaron un destacado crecimiento a lo largo del 2023, aumentando su valor frente al dólar en porcentajes sobresalientes, con el primero registrando un alza superior al 15%, y el último aproximadamente un 4.6%.
Sin embargo, expertos de Natwest Markets y Bbva sugirieron que este periodo de auge podría estar acercándose a su fin, ubicando a ambas monedas en una fase de reevaluación debido a diversos factores económicos y políticos.
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Entre las razones destacadas se encuentran un menor diferencial de tasas de interés con Estados Unidos, así como la contemplación de reformas económicas en Colombia que podrían implicar un riesgo adicional.
La reciente tendencia de revalorización de estas divisas se ha visto enfrentada por el cambio de postura del Citigroup, que ha decidido retirar su anterior recomendación de sobreponderar tanto al peso colombiano como al mexicano. La decisión se toma en un contexto de aversión al riesgo que está afectado negativamente a las monedas de América Latina.
Incluso, el peso colombiano, el cual había atraído a inversores gracias a su alta tasa de interés y el incremento en los precios del petróleo, ha sufrido una depreciación superior al 5% frente al dólar estadounidense en recientes sesiones, revirtiendo ganancias anteriores.
Contribuyen a la inestabilidad de la moneda colombiana varios factores: las posibles reformas al sistema de pensiones propuestas en el país, que añadirían volatilidad al mercado, y las iniciativas del presidente Gustavo Petro, que incluyen la propuesta de una nueva asamblea constituyente y el ajuste en las metas de déficit fiscal.
El escenario se complica con una política monetaria más conservadora por parte de la Reserva Federal de EE.UU., que contrasta con las reducciones de tasas de interés por parte del banco central colombiano, diluyendo el atractivo de la moneda en el mercado del carry trade.
En suma, aunque el peso colombiano y el peso mexicano han gozado de un periodo de apreciación notable, el ambiente económico y político actual plantea nuevos desafíos que podrían limitar su desempeño en el corto plazo. La combinación de factores internos y externos determinará la trayectoria futura de estas divisas en el escenario financiero global.
A pesar de las turbulencias económicas globales, el peso colombiano podría mantenerse estable, gracias al alza en los precios de la energía. Estrategas de mercados como Armando Armenta, de AllianceBerstein, sugirieron que la reciente recuperación en el valor del petróleo ofrece al gobierno colombiano un margen para gestionar mejor el déficit fiscal, disipando temores sobre el riesgo crediticio del país. Estas observaciones se suman a un contexto donde la inflación alta restringe la posibilidad de significativos recortes de tasas de interés.
“Con el US$/COP y los precios del petróleo en estos niveles, el Gobierno tendrá margen para superar las previsiones de déficit fiscal, calmando las preocupaciones sobre el riesgo crediticio”, afirmó Armenta en entrevista en Bloomberg.
El analista Bartosz Sawicki, de la correduría polaca Cinckciarz.pl, reconocido por sus acertadas predicciones sobre la moneda durante el primer trimestre, coincide en que, si bien el peso colombiano se mantendrá resiliente, su atractivo para los inversores podría no ser tan fuerte como lo fue en el pasado.
Según Sawicki, los ajustes en la tasa de interés no deberían generar presiones severas sobre la divisa, pero este escenario propone un límite en su potencial de apreciación. Estas declaraciones aportan claridad al panorama financiero de Colombia, contextualizando las expectativas del mercado en medio de incertidumbres económicas.
“No serán un problema para la divisa, no someterán al peso a fuertes presiones”, manifestó Sawicki a Bloomberg.
En este orden de ideas, la perspectiva para el peso colombiano se ve influenciada por factores internacionales, como el precio del petróleo, y políticas internas de manejo fiscal y monetario. La interacción de estos elementos sugiere una estabilidad de la moneda en el corto a mediano plazo, aunque con ciertas limitaciones en su potencial de crecimiento.
Esta visión comprensiva sobre el futuro del peso colombiano resalta la importancia de la gestión del riesgo crediticio y las políticas monetarias en un contexto de inflación y precios fluctuantes de la energía. Aunque el escenario parece desafiante, las estrategias del gobierno colombiano y la resiliencia de su moneda ante factores externos ofrecen un rayo de esperanza en la estabilidad financiera del país.