El cantante Sebastián Ayala, conocido en el panorama musical por su aporte al género de la música popular, es considerado como un ejemplo de superación y éxito dentro de la industria.
Nacido en El Tambo, Nariño, pero criado en Cauca, Ayala tuvo una infancia marcada por difíciles circunstancias, incluyendo una temporada en la que estuvo en la cárcel por narcotráfico junto a su padre, un suceso que lo llevaría a adentrarse en el mundo musical como una vía de escape y transformación personal.
“Mis inicios en la música fue por un pequeño desliz, por un cacharro que tuvimos con mi papá. Yo estuvo encerrado ocho meses en casa por cárcel y nos metieron por narcotráfico (...) En el transcurso del Tambo al Cauca nos cogieron con mi papá. Estuvo en casa por cárcel porque era menor de edad y estaba estudiando, por eso no me metieron a un reformatorio”, reveló el cantautor con una entrevista con la directora de Olímpica Stereo.
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Desde realizar una colaboración monumental con Jhonny Rivera y Andy Rivera hasta pagar las deudas de su familia y ofrecer a su madre una vida de mayor comodidad, Ayala generó una trayectoria de inspiración. En sus inicios, exploró el género del reguetón antes de descubrir su verdadera pasión por la música popular, género en el cual decidió invertir su talento y esfuerzos.
“Solía ir de la escuela a casa y mientras estaba en mi hogar, solía reflexionar. En ese momento, pedí prestado un micrófono a un vecino que era pastor y comencé a cantar reguetón. Estaba muy motivado en ese entonces”, expresó el músico para el medio.
El mejor momento en su carrera surgió tras elaborar un tema y viajar a la finca de Jhonny Rivera, en un esfuerzo por proponer una colaboración musical. A pesar de recibir inicialmente una respuesta negativa, la intervención de la hermana de Rivera fue crucial para realizar un remix de la canción Mi Decisión, que incluyó las voces de Rivera y su hijo Andy, convirtiéndose rápidamente en un éxito en YouTube y otras redes sociales.
Mi Decisión Remix no solo marcó un antes y después en su carrera, sino que también se convirtió en una de las canciones más destacadas del año, acumulando más de 185 millones de visualizaciones en YouTube. Este éxito le permitió no solo solidificar su nombre en el género, sino también mejorar sustancialmente sus condiciones de vida y las de su familia. Además, ha sido capaz de pagar las deudas pendientes, incluida la hipoteca de la casa de su madre, y brindarle a ella una vida más cómoda y libre de las exigencias del trabajo diario.
Como reflejo de su progreso, sus tarifas por presentación han experimentado un aumento significativo, pasando de cobrar entre $700.000 y $800.000 con pista y sin grupo, a tarifas que oscilan entre 3 y 15 millones de pesos por evento.
“Cuando teníamos Mi Decisión, no el remix, sino que la tenía grabada yo solo, cobraba 700, 800 con pista y sin grupo. El primer show con grupo fueron 3 millones cuando salió Mi Decisión. Después de 3 a 7, luego a 12 hacia 15 (millones de pesos)”, reveló el cantante del género popular en un entrevista con Tropicana.
Este joven cantante se ha abierto camino en la música popular, demostrando que el talento y la perseverancia pueden transformar adversidades en éxitos. Las aspiraciones de Ayala no se detienen debido a que apunta a hacer colaboraciones con figuras como Jessi Uribe, El Charrito Negro y Pipe Bueno, y proyectando la realización de un EP de sus propias canciones.