La Fiscalía General de la Nación recopiló evidencia suficiente para establecer que los ciudadanos brasileños Claudio Ferreira da Silva y Jarlison da Silva Martínez estarían implicados en el ataque perpetrado el 15 de junio de 2022, dentro de un restaurante en Leticia (Amazonas).
Ese ataque iba dirigido contra Alfonso Celso Caldas de Lima, un capo brasilero que había cruzado la frontera y se encontraba almorzando en el restaurante Rincón del Consomé, en la capital del Amazonas, cuando sus dos compatriotas acabaron con su vida.
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Los proyectiles no solo lo alcanzaron a él, sino a otros comensales, dejando heridos a algunos de ellos y provocando la muerte de una ciudadana neerlandesa identificada como Manon Van De Zande, de 27 años.
Las personas que resultaron heridas en ese hecho fueron identificadas como Alexander Do Nacimiento Cordeiro y Víctor Braian Da Silva Martín, quienes a pesar de su estado crítico de salud, consiguieron ser estabilizados por el personal médico del hospital al que fueron trasladados.
Según se pudo determinar, Alfonso se encontraba en una reunión con su abogado tratando temas personales cuando los atacantes abrieron fuego contra él sin previo aviso.
“Resultan lesionadas tres de cuatro personas y en una mesa contigua, donde se encontraban ciudadanos holandeses, resulta lesionada una persona. Estas cuatro personas son trasladadas al hospital de Leticia, donde lamentablemente fallecen dos, uno de nacionalidad brasilera”, afirmó en ese entonces el coronel William Javier Lara Avendaño, comandante de la Policía de Amazonas.
Las pruebas presentadas por la Fiscalía indican que los dos presuntos sicarios brasileros habrían ingresado armados al local y efectuado disparos de manera indiscriminada. Las grabaciones de cámaras de seguridad captaron las actividades de vigilancia previas realizadas por los acusados hacia la persona objetivo del atentado.
Ferreira da Silva fue llevado ante un juez de control de garantías, mientras que el presunto cómplice fue considerado ausente. Un fiscal especializado en Homicidios Colectivos les atribuyó cargos por homicidio agravado, tentativa de homicidio, y delitos relacionados con armas de fuego y municiones. Ambos sospechosos fueron sujetos a medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario.
Para encontrar a los dos posibles responsables y llevarlos ante la justicia, la Fiscalía General de la Nación Seccional Amazonas conformó un grupo de trabajo en colaboración con las autoridades de Brasil, incluyendo una fiscal de la Delegada para la Seguridad Territorial, un equipo del CTI Nivel Central, así como miembros de la SIJIN, DIJIN y SIPOL.
También tuvo en cuenta testimonios de los dos individuos heridos durante el ataque, intercambió información con la policía de Tabatinga (Brasil) y procedió con la realización de entrevistas a testigos, así como con la inspección del sitio de los eventos y del escenario del crimen.
Adicionalmente, el ente acusador llevó a cabo actividades de reconocimiento del vecindario, estudios de planimetría y altimetría, análisis con luces forenses, recolección de muestras de sangre, inspección técnica del cuerpo y realización de protocolos de autopsia.
Sicario de 15 años señalado de ocho homicidios fue capturado en Barranquilla
En un operativo destacado realizado en el barrio San Martín, al suroccidente de Barranquilla, las fuerzas de seguridad de Colombia lograron la captura de un joven de apenas 15 años, conocido bajo el alias “JD”, quien es señalado como autor de al menos ocho homicidios en los últimos seis meses en la capital del Atlántico. Este adolescente, reclutado por organizaciones criminales para ejercer como sicario, intentó evadir la presencia policial, pero fue detenido gracias al apoyo tecnológico, incluido el uso de un dron, que permitió un seguimiento detallado de sus movimientos.
Las autoridades policiales habían puesto su atención en JD inicialmente por delitos de tentativa de homicidio y porte ilegal de armas, frente a lo cual se había emitido una orden de aprehensión. Sin embargo, la investigación posterior reveló su presunta implicación en una serie de homicidios, lo que amplió significativamente el alcance de las acusaciones en su contra. Las fuerzas de seguridad destacaron el papel de las herramientas tecnológicas, que jugaron un papel crucial para impedir que el joven delincuente escapara, lo que subraya la creciente importancia de la tecnología en la lucha contra el crimen.
A lo largo de su corta vida, JD ya ha sido detenido en seis ocasiones anteriores, enfrentando cargos que incluyen porte ilegal de arma, tráfico de estupefacientes y lesiones personales. Esta serie de arrestos previos resalta una trayectoria delictiva preocupante y pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las autoridades para frenar la violencia y el crimen organizado, en especial cuando involucra a menores de edad.
“En el desarrollo de las indagaciones contra este joven también se pudo recopilar información que lo vincularía con por lo menos ocho casos de homicidios ocurridos en los últimos seis meses en la capital del Atlántico”, indicaron las autoridades. Estas revelaciones notifican la gravedad de las acciones atribuidas a JD y la intensidad de la violencia que ha azotado a Barranquilla, elevando la urgencia de intervenciones efectivas para restaurar la paz y la seguridad en la región.
La captura de JD no solo representa un éxito operativo para la Policía Metropolitana de Barranquilla sino que también es un golpe significativo a las redes de criminalidad que operan en la ciudad. La judicialización de este adolescente aún espera la imposición de nuevos cargos por los homicidios recientemente vinculados a su accionar, lo que podría llevar a consecuencias legales más severas y posiblemente marcar un precedente en la lucha contra el uso de menores en actividades criminales.
Este caso pone de relieve las complejas dinámicas del crimen organizado en Colombia, donde incluso los jóvenes son arrastrados a ciclos de violencia y criminalidad. Además, ilustra los esfuerzos continuos de las autoridades para abordar estos desafíos mediante el uso innovador de la tecnología y el seguimiento exhaustivo de los sospechosos para asegurar su captura y eventual procesamiento judicial.
La continua lucha contra la violencia y el crimen organizado en Colombia exige no sólo estrategias de seguridad y tecnología avanzadas, sino también esfuerzos conjuntos para prevenir que los jóvenes sean cooptados por redes delictivas. La captura de JD refuerza la importancia de estas acciones en la creación de entornos más seguros para todos los ciudadanos.