En una operación coordinada y ejecutada por soldados de la Brigada 30 del Ejército Nacional, lograron desmantelar y destruir un total de cinco banderas alusivas a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el corredor vial que conecta el municipio de Río de Oro (Cesar), hasta el corregimiento de Otaré, en el municipio de Ocaña (Norte de Santander). Esta acción contundente representó un golpe significativo contra la presencia y propaganda del grupo armado ilegal en la región.
La Brigada indicó que “una vez se tuvo conocimiento de estas (banderas instaladas), las unidades desplegaron una operación para llegar hasta los puntos y verificar que en las zonas no hubiera presencia de artefactos explosivos para atacar a los militares”.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
La operación se llevó a cabo tras recibir información sobre la presencia de estas banderas, que simbolizan la presencia y el control territorial del ELN en la zona. Inmediatamente, las autoridades militares desplegaron un dispositivo para verificar la ausencia de artefactos explosivos o cualquier otro tipo de trampa que pudiera representar un peligro para las tropas durante la operación de desmantelamiento.
La Brigada 30 del Ejército indicó que se presentaron formalmente “las denuncias pertinentes al Mecanismo de Monitoreo”, dado que, desde su perspectiva, la colocación de las banderas representa una “prueba fehaciente de que el proselitismo es usado como herramienta por grupos al margen de la ley, para mantener en zozobra a la comunidad de la región del Catatumbo”.
Una vez garantizada la seguridad del área, los soldados procedieron a desmontar y destruir las banderas del ELN. Este acto simbólico no solo representó un golpe contra la presencia física del grupo armado, sino también un mensaje claro de rechazo a la violencia y la intimidación que estos intentan imponer en la región.
Así, los vídeos y las imágenes de estos acontecimientos se difundieron rápidamente en plataformas de redes sociales, donde se observa a los militares retirar una bandera colocada en el suelo de una zona rural, para luego proceder a su quema y exhibir las cenizas resultantes.
Esto ocurre en un contexto en el que el Gobierno liderado por el presidente Gustavo Petro estaba comprometido en diálogos con el grupo guerrillero. Sin embargo, debido a la persistencia de sus acciones terroristas y al incumplimiento de los acuerdos establecidos, por ahora, dichos diálogos se encuentran en pausa.
Diálogos de paz con el ELN siguen congelados
El jueves 11 de abril de 2024, el país se vio sacudido por el anuncio del ELN sobre la suspensión temporal de los diálogos de paz con el Gobierno colombiano. Esta decisión se produce en medio de tensiones crecientes entre las dos partes, con el grupo guerrillero acusando al Gobierno de llevar a cabo acciones que socavan la confianza y la buena fe necesarias para avanzar en el proceso de paz.
Según declaraciones del ELN, el congelamiento de los diálogos se debe a lo que consideran un “doble manejo” por parte del Gobierno. La organización señaló que, mientras se llevaban a cabo las conversaciones de paz, el Gobierno colombiano estaba realizando una operación de desmovilización en la región de Nariño, dirigida específicamente contra el ELN. Estas acciones son vistas por el grupo insurgente como una clara violación de los principios fundamentales que deberían regir las negociaciones de paz.
Además, el ELN expresó su descontento con la instalación de una mesa de diálogo regional en Nariño, la cual consideran una violación de los acuerdos alcanzados hasta el momento. Estos acontecimientos llevaron al grupo guerrillero a declarar que los diálogos están en “crisis” y que permanecerán congelados hasta que el Gobierno se comprometa a cumplir con lo acordado previamente.