En la noche del sábado 20 de abril se reportó un nuevo grave hecho de violencia en el país con la masacre de tres hombres en el municipio de Urrao, en el occidente del departamento de Antioquia.
Del múltiple crimen se conoce preliminarmente que ocurrió en un establecimiento de entretenimiento nocturno en un sector que se conoce como La Pedrera y se desconoce, por el momento, si hubo más personas heridas en el ataque, informaron en el medio digital Minuto 30.
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Entre tanto, en redes sociales se viralizaron imágenes de las víctimas que yacen en el suelo tras el ataque armado, instantes antes de que las autoridades locales llegaran al lugar.
Posteriormente en el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) detallaron que dos de las víctimas fueron identificadas como Adenawer Beltrán Serna de 36 años de edad y Adrián de Jesús Guzmán Giraldo de 23 años. Se trabaja en establecer quién era el tercer hombre asesinado en esa masacre.
Con este nuevo hecho, van dos masacres en el país en menos de 24 horas en el territorio nacional, luego de la que se perpetró en Barranquilla (Atlántico) en la noche del viernes en el barrio Villanueva, en el centro de la ciudad, donde asesinaron a dos hombres y a un menor de 11 años de edad.
De acuerdo con los testimonios que recopilaron en Indepaz, se trató de un atentado en el que hombres armado ingresaron a la vivienda en la que se encontraban las víctimas y abrieron fuego de forma indiscriminada.
“En medio de los hechos fue asesinado un preadolescente de 11 años identificado como José Ángel Villarreal Morillo, sobre las otras dos víctimas no se conoce hasta el momento su identidad”, señalaron en Indepaz, a través de su cuenta oficial en la red social X.
El comandante de la Policía en la capital atlanticense, el general Herbert Benavidez, indicó que aunque trasladaron de emergencia a un centro asistencial, el niño falleció debido a las heridas mortales que le ocasionaron los asesinos.
“Dos personas de sexo masculino fueron ultimadas con arma de fuego. Desafortunadamente un proyectil aleatorio, durante la acción sicarial, impactó la humanidad de un menor de edad que fue trasladado a un centro asistencial, pero por la gravedad de las lesiones perdió la vida”, afirmó el alto oficial.
“Lamentamos estos hechos y nos solidarizamos con su familia. Se ha dispuesto un grupo especial de investigación, en coordinación con la Fiscalía y la Policía Judicial (...) En coordinación con la administración distrital de Barranquilla, se dispone de hasta 30 millones de pesos de recompensa para lograr información que conduzca al esclarecimiento y a dar con los responsables de ese acto que se ha presentado el día de hoy”, expresó el general Benavidez.
Urrao ha sufrido dos sangrientas masacres en su historia reciente
El municipio antioqueño es emblemático en la historia del conflicto armado en Colombia, ya que fue escenario de dos violentas masacres: una que perpetraron las extintas AUC en 1998, donde fueron asesinadas 22 personas; y otra más en 2003, en la que guerrilleros de las desparecidas Farc ultimaron a 10 personas, recogen en el medio de comunicación digital Rutas del Conflicto.
La primera fue ejecutada por 250 hombres del Bloque Suroeste Antioqueño que, vistiendo uniformes del Ejército Nacional, inicialmente asesinaron a 10 de las víctimas que se movilizaban en una chiva por un caserío de la zona rural del corregimiento de La Encarnación. Luego incendiaron el puesto de Policía, saquearon las tiendas y se robaron caballos y mulas.
Posteriormente llegaron a la vereda El Maravilloso y ultimaron a las restantes 12 víctimas, para provocar el posterior desplazamiento de 350 campesinos.
Cinco años después el Frente 34 de las Farc asesinaron a 10 personas que habían secuestrado, luego de que militares realizaran una operación de rescate. Ante la presencia de los uniformados, los guerrilleros, a sangre fría, les quitaron la vida. Entre las víctimas estaban Guillermo Gaviria Correa, que era el gobernador de Antioquia de la época; Gilberto Echeverri Mejía, exministro de Defensa y consejero de paz de la Gobernación del departamento. Los restantes ocho eran miembros de la Fuerza Pública.