La Empresa Metro de Bogotá viene tomando precauciones para proteger las columnas de la futura línea del metro de posibles intervenciones por parte de grafiteros.
Pese a la creación de espacios destinados para el arte callejero, como el ‘Distrito Grafiti’ cerca de una estación de Transmilenio en la avenida Las Américas, la preocupación surge ante la posibilidad de que las infraestructuras de la megaobra puedan convertirse en nuevos lienzos para los artistas urbanos.
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Esta iniciativa busca prevenir situaciones similares a las vividas en Medellín, donde las partes inferiores de los viaductos del metro elevado exhiben grafitis, a pesar de los esfuerzos por integrar a los grafiteros en proyectos artísticos formales.
El interés del distrito en salvaguardar las columnas del futuro metro se debe a la intención de mantener una estética urbana acorde y evitar el deterioro visual que puede conllevar el grafiti no autorizado.
En Medellín, a pesar de los esfuerzos por canalizar el arte callejero hacia espacios permitidos y convocatorias artísticas, se han observado grafitis en las estructuras del metro elevado. Esta situación ha impulsado a las autoridades bogotanas a buscar estrategias preventivas antes de que el metro de Bogotá se convierta en realidad, con el fin de preservar la imagen del proyecto y ofrecer alternativas constructivas para los artistas urbanos.
El ‘Distrito Grafiti’ en Bogotá es un ejemplo de cómo la administración busca ofrecer a los grafiteros un lugar apropiado para expresar su arte, intentando equilibrar la libertad de expresión artística con el respeto al patrimonio urbano y las propiedades públicas y privadas. La existencia de estos espacios destaca la importancia del arte callejero en la cultura urbana contemporánea, al tiempo que subraya la necesidad de gestionarlo de manera que beneficie tanto a los artistas como a la comunidad en general.
En un intento por conservar la estética urbana y evitar el vandalismo en sus infraestructuras, la empresa Metro de Bogotá anunció que las columnas de concreto de la primera línea del metro se cubrirán con una pintura especial anti-graffiti. Esta medida busca replicar estrategias utilizadas en otras ciudades importantes a nivel mundial, garantizando así la preservación del viaducto frente a las intervenciones no autorizadas.
La decisión, revelada a través de un comunicado oficial, especifica que la pintura a utilizarse tendrá el color del cemento para mantener la uniformidad con las estructuras existentes. Esta aplicación se realizará desde el nivel del suelo hasta los tres metros de altura, cubriendo así una zona crítica comúnmente afectada por graffitis. La estrategia responde a consultas ciudadanas interesadas en las acciones que tomará la entidad para mantener la limpieza visual del proyecto.
“Todas las columnas de las pilas y pórticos de la primera línea del metro de Bogotá se deberán pintar con una pintura de recubrimiento antigrafiti, desde el nivel de terreno, hasta una altura de tres metros” indicaron desde la empresa Metro de Bogotá.
Expertos y artistas urbanos han señalado que, aunque la pintura antigrafiti puede ser efectiva contra la mayoría de los aerosoles, todavía existen algunos con fórmulas específicas que pueden adherirse con mayor fuerza a este tipo de superficies, complicando su remoción. Esta situación sugiere que, si bien la medida es un paso adelante, su eficacia podría ser limitada frente a ciertos materiales más resistentes.
Con la implementación de esta técnica, Bogotá se suma a la lista de metrópolis que adoptan innovaciones tecnológicas y de diseño en su infraestructura pública para combatir el grafiti no deseado, promoviendo así una imagen de ciudad más limpia y ordenada. Sin embargo, la verdadera eficacia de esta medida será revelada con el tiempo, a medida que se observe la interacción de los artistas callejeros con las nuevas columnas tratadas.