En Colombia, una nueva propuesta legislativa denominada ‘ley de la silla’ busca modificar las condiciones de trabajo para aquellos empleados que permanecen de pie durante largas jornadas laborales. Jorge Bastidas, representante a la Cámara del Pacto Histórico, es el autor de este proyecto, el cual tiene como objetivo principal ofrecer un entorno laboral más humano y reducir las enfermedades profesionales generadas por largos períodos de pie.
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Según Bastidas, durante una entrevista con Daniel Coronel en La W, la iniciativa busca “establecer responsabilidades y prohibiciones para los empleadores” en favor de incrementar la productividad mediante la mejora de las condiciones de trabajo.
La problemática afecta a una gran cantidad de colombianos que se desempeñan en diversos sectores, incluyendo la venta al por menor, la hostelería, la estética, la salud y la cocina, entre otros. Estas personas enfrentan severas consecuencias para su salud debido a la rigidez de las jornadas que les impiden, incluso, sentarse durante el trabajo.
Las afecciones más comunes incluyen várices, así como daños musculares y articulares en caderas, rodillas y pies. Estudios médicos han destacado también el riesgo aumentado de problemas uterinos y mayor propensión a sufrir abortos espontáneos.
Desde una perspectiva médica, las recomendaciones apuntan hacia la necesidad de implementar estrategias para mitigar estos efectos adversos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) sugiere la inclusión de sillas o taburetes que permitan a los trabajadores descansar de manera periódica, la instalación de pisos más blandos para reducir el impacto sobre las piernas y la disposición de suficiente espacio para permitirles moverse y cambiar de postura.
La ‘ley de la silla’ podría significar un cambio transcendental no solo para el bienestar de los trabajadores, sino también para la economía del sistema de salud colombiano. “Unas mejores condiciones laborales incrementan la productividad”, señalaba Bastidas, aludiendo a que, aunque ya existen ciertas normativas genéricas en esta dirección, han demostrado ser ineficientes en la práctica.
Este proyecto representa un paso adelante hacia la protección de la salud y seguridad de los trabajadores, reconociendo la importancia de su bienestar en el entorno laboral.
Entre los beneficiarios directos de este proyecto se encuentran grupos ocupacionales específicos como vendedores de mostrador, personal de restaurantes en plazas de comidas, estilistas y barberos, personal de cocina, así como médicos y enfermeras involucrados en procedimientos quirúrgicos y cajeros de supermercados.
Estos empleados, que pasan la mayor parte de su jornada laboral de pie, a menudo en una misma posición, han expresado en repetidas ocasiones su preocupación por las repercusiones a largo plazo de estas condiciones en su salud.
El impacto potencial de la ‘ley de la silla’ en el ámbito de la salud laboral es significativo, ya que se espera que lleve a una disminución de los casos de enfermedades relacionadas con el trabajo de pie prolongado. Esto, a su vez, según Bastidas podría resultar en una carga menor para los presupuestos destinados a la salud, aliviando el sistema de salud colombiano y promoviendo un ambiente laboral que valore y proteja el bienestar físico de los trabajadores.
La articulación de esta propuesta legislativa es un claro indicativo de la evolución en la comprensión y tratamiento de las condiciones laborales, poniendo de relieve la importancia de adaptar el entorno de trabajo a las necesidades humanas y no solo a las exigencias productivas. La iniciativa de Bastidas, por tanto, busca ser un avance significativo en los esfuerzos por crear un marco laboral más equitativo y saludable para todos los colombianos.
Lay ley ya fue radicada por Bastidas el 11 de marzo de este año. “La legislación laboral colombiana no ha advertido una obviedad, la gente que trabaja de pie necesita sentarse, especialmente luego de dos o tres horas”, señaló el representante
Añadió que la anatomía y biología del ser humano no está diseñada para estar de pie por largas jornadas. “Podemos caminar muchas horas, pero no estar de pie sin movernos”, dijo Bastidas.