En un operativo dentro del Complejo Carcelario y Penitenciario con Alta y Media Seguridad de Ibagué en Picaleña, las autoridades descubrieron materiales de santería y brujería utilizados por reclusos para perpetrar extorsiones y estafas.
La intervención, enfocada en el patio 9 del bloque 1, destapó el uso de estos rituales con el objetivo de asegurar el éxito de sus actividades ilícitas.
La operación, liderada por el Gaula de la Policía, en colaboración con la Fiscalía General de la Nación y el grupo judicial del Inpec, permitió la incautación de doce celulares y 1.488 sim cards, elementos claves en la ejecución de dichos crímenes.
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El coronel Óscar Acosta Bahamón, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Ibagué, reveló cómo el análisis de ubicación de estas tarjetas sim llevó a identificar las celdas desde donde se efectuaban las llamadas extorsivas y estafas, impactando especialmente a comerciantes y líderes en Ibagué.
Esta acción no solo ha aportado evidencia crítica para los procesos investigativos en curso, sino que también ha perturbado significativamente las operaciones de extorsión desde la prisión.
Además de los objetos asociados a prácticas de brujería, el allanamiento de más de ochenta celdas resultó en el hallazgo de armas cortopunzantes, sustancias estupefacientes y un número considerable de accesorios. Estos artefactos, combinados con duendes, brujas, crucifijos y billetes, supuestamente utilizados en los rituales, subrayan la complejidad de las redes de crimen organizado dentro de las instalaciones penitenciarias.
Las autoridades hicieron un llamamiento a la población y a los sectores afectados a denunciar cualquier intento de extorsión a través de la línea 165 del Gaula de la Policía, reforzando así el compromiso de las fuerzas del orden con la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. El operativo demuestra la persistente amenaza que representan las actividades criminales coordinadas desde el interior de las cárceles, así como la insistencia de las autoridades en combatirlas.
Operativo en Rionegro destapa uso indebido de celdas para crimen organizado
En un reciente operativo realizado en la cárcel de Rionegro, Antioquia, autoridades descubrieron celdas con condiciones ostentosas que se asemejaban más a habitaciones de lujo que a espacios de reclusión. Según informó El Colombiano, estos espacios estaban equipados con baños privados y otras comodidades inusuales para un entorno penitenciario. Este hallazgo ha levantado interrogantes sobre la seguridad y gestión de las prisiones en la región.
Durante la inspección de las autoridades en Rionegro, se evidenció que los reclusos utilizaban estas celdas no solo para vivir en un confort inapropiado, sino también para coordinar actividades criminales. La Policía de Antioquia confirmó la confiscación de diversos objetos prohibidos dentro de estas instalaciones, incluyendo 24 dispositivos móviles y una cantidad considerable de estupefacientes, revelando una red de comunicaciones y operaciones ilícitas gestionadas desde el interior del penal.
Este operativo no solamente demostró las flagrantes violaciones a las normativas carcelarias, sino también enfatizó la necesidad de reformas urgentes para combatir la corrupción y el crimen organizado dentro de las instituciones penitenciarias.
Adicionalmente, se reportaron hallazgos previos de elementos contrarios a los permitidos en el mismo establecimiento a finales del año pasado, incluyendo licores de alta gama y hasta mascotas viviendo con algunos reclusos, según divulgó el diario H13N. Igualmente, se presentaron casos de corrupción en la cárcel La Modelo de Bogotá, donde el personal fue arrestado por presuntamente facilitar un “portafolio de servicios” ilegales a los internos, lo que pone en evidencia un problema sistémico de corrupción que abarca varias prisiones del país.
Estos incidentes subrayan críticas de larga data hacia el sistema penitenciario colombiano, exigiendo respuestas efectivas de las autoridades para asegurar que las cárceles cumplan su función rehabilitadora y no se conviertan en centros de operación criminal. Los compromisos asumidos por las autoridades tras el operativo en Rionegro señalan un paso adelante hacia la desarticulación de estas redes ilícitas y la revisión de los protocolos de seguridad y control.