Luego de que el brazo chileno de la compañía de telecomunicaciones Wom decidiera acogerse a comienzos de abril a la ley de quiebra de Estados Unidos, su filial en Colombia pidió de manera voluntaria entrar a un proceso de reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades.
Pero tal proceso en territorio nacional es distinto al que está teniendo lugar en Chile, porque la solicitud en el mercado local busca poner al día las acreencias en la operación.
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El objetivo de Wom es proteger a sus colaboradores y fortalecer la estabilidad financiera, así como cumplir con los compromisos adquiridos con el Gobierno y con los proveedores. Todo esto, mientras le garantiza la continuidad en el servicio a más de 6,4 millones de usuarios en Colombia.
En una entrevista para la emisora Blu Radio, Billy Escobar, superintendente de Industria y Sociedades, explicó que la compañía necesita una inyección de 400.000 millones de pesos para salvar su operación.
“Nosotros miramos estados financieros, miramos la contabilidad, las acreencias, pero presentar la solicitud no significa que admitamos, lo hacemos cuando tenemos un concepto legal y económico de viabilidad”, expresó el funcionario.
Agregó además que se trata de una estrategia preventiva que busca evitar la quiebra de la empresa en Colombia y permitir que consiga capital adicional para negociar sus deudas con los acreedores.
“La solicitud de reorganización empresarial es la ruta que garantizará la continuidad de la operación y es, adicionalmente, el resultado de un análisis exhaustivo de alternativas realizado con el acompañamiento del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC), la Superintendencia de Sociedades y la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC)”, dijo por su parte Wom en un comunicado.
La semana pasada estuvieron reunidos el ministro de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, Mauricio Lizcano, con Thor Bjorgolfsson, el mayor accionista de la compañía en Colombia, con el fin de encontrar soluciones y alternativas a la crisis financiera que enfrenta la empresa.
“El Gobierno quiere que la empresa continúe, la reorganización empresarial es un mecanismo muy importante para que las compañías se salven. Esperemos que este proceso permita que no muera, ya lo hicimos en el pasado con Tigo, que la ayudamos a salvar. Por supuesto, preocupa que entre en ese proceso, pero les servirá para tener un tiempo, conseguir fondos y continuar en el mercado”, expresó el jefe de cartera al final del encuentro.
Por su parte, Ramiro Lafarga, CEO de Wom Colombia, expresó que “este proceso no implica la liquidación de la compañía. Todo lo contrario, es la oportunidad para mejorar el ejercicio financiero en el corto plazo, mientras mantenemos la operación y el servicio a nuestros clientes. Nuestro principal accionista, junto con el Deutsche Bank, están evaluando alternativas para lograr la financiación requerida y asegurar su sostenibilidad”.
Si bien la compañía no ha reportado públicamente el informe del ejercicio correspondiente a 2023, sus resultados financieros dan cuenta de que cerró el año pasado con un patrimonio de $79.821 millones y un endeudamiento cercano al 35,72%.
La regulación colombiana permite que las empresas puedan solicitar acogerse a un procedimiento de reorganización empresarial, establecido en la ley 1116 de 2006, siempre que se demuestren los requisitos establecidos de procedibilidad, algo que debe certificar un revisor fiscal. Al ser un negocio en marcha, la empresa también puede continuar con su actividad mercantil.
El proceso de reorganización busca preservar a las empresas como negocios viables y brindar la protección o ventaja de que durante la negociación del acuerdo cualquier cobro ejecutivo se suspenderá. Con ello, los propietarios pueden estar tranquilos mientras se adelanta la reestructuración operacional, administrativa y de activos y pasivos.