Hezbollah tendría un centro de operaciones en una mezquita en Bogotá para expandir su influencia en América Latina

Según el semanario francés Le Point el grupo extremista musulmán podría estar operando en la capital colombiana desde un centro religios, la denuncia la hizo el exministro Juan Camilo Restrepo

Una publicación francesa afirma que Hezbolá estaría operando en Bogotá para expandir su influencia en América Latina - crédito Instituto Distrital de Turismo y AFP

La organización musulmana chií libanesa, que tiene un brazo político y otro militar, podría estar operando en Colombia, más concretamente en Bogotá.

Así lo sugirió el semanario francés Le Point, que reportó las sospechas alrededor de una mezquita en la capital colombiana que podría estar funcionando como una fachada para expandir la influencia iraní en América Latina.

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“En la capital colombiana, un lugar de culto chiíta es acusado de servir de pantalla a la influencia de Irán”, se puede leer en la publicación, en un artículo titulado “En Bogotá, esta extraña mezquita de la que las autoridades desconfían”.

Publicación de Le Point sobre "extraña mezquita" en Bogotá - crédito captura de pantalla

La mezquita a la que se refiere la publicación es la Casa Islámica Ahlul Beyt, ubicada en el barrio Nicolás de Federmán. Se trata de un centro cultural que ofrece espacios de oración, una biblioteca, y cursos de introducción al islam. Sin embargo, la publicación francesa afirma que “detrás de esta fachada, el centro también sería un vector de la influencia de Irán en América Latina”.

Casa Islámica Ahlul Beyt, ubicada en el barrio Nicolás de Federmán - crédito Google Maps

Le Point indica que la dirección de la mezquita coincide con la de una ONG nombrada Mártir Qassem Soleimani, en honor al general asesinado por el ejército de Estados Unidos. Por esa coincidencia, y la inclusión de Hezbollah dentro de la lista de organizaciones terroristas por parte de las autoridades colombianas, ha hecho que se inicie una investigación exhaustiva acerca de las redes de financiación de ese grupo dentro del país.

Qasem Soleimani, asesinado por el ejército de Estados Unidos - crédito Infobae.com

Así mismo, el medio indica que la Casa Islámica Ahlul Beyt hace parte de una red internacional de mezquitas asociadas que son apoyadas por el gobierno iraní.

El director de la Casa Islámica Ahlul Beyt se hace llamar ‘Hermano Ibrahim’, pero su verdadero nombre es Marlon de Jesús Cantillo. En su sitio web se presenta como teólogo y activista por la paz. Fue candidato a senador durante las últimas elecciones colombianas, en la lista de izquierda, la del presidente Gustavo Petro, pero sin lograr ser elegido. Originario de Barranquilla, en la costa atlántica, se convirtió al islam y abrió su mezquita tras finalizar sus estudios de teología en Qom, Irán”, se puede leer en la publicación.

El artículo habla también de unas declaraciones de Emanuele Ottolenghi, experto en las redes de Hezbolá de la Fundación para la Defensa de la Democracia, en las que afirma que la Universidad Internacional Al-Mustafa, donde estudió Marlon de Jesús Cantillo, es uno de los puntos a través de los cuales se exporta la revolución islámica chiita.

Su papel clave en la estrategia de adoctrinamiento y radicalización del régimen, así como en el entrenamiento de las milicias chiitas desplegadas por Irán en Siria, le llevó a ser sancionado por Estados Unidos en diciembre de 2020″, dijo el experto.

Así mismo, se cita un informe de la Fiscalía General de la Nación de 2022 en el que se califica a Cantillo como un apologista de los regímenes iraní y venezolano.

El supuesto implicado en esta red de influencia islámica en Colombia tuvo la oportunidad de hablar con el medio francés. No solo negó todas las acusaciones, sino que afirmó que todo empezó con una denuncia anónima.

Para Le Point, uno de los motivos de la supuesta incursión de Hezbollah en Colombia sería el dinero del narcotráfico, que en los últimos años se ha convertido en una importante fuente de financiación para la organización armada y política.

“Las redes opacas del movimiento islamista chiita dependen de una vasta diáspora levantina, estimada en entre 12 y 18 millones de personas en todo el continente latinoamericano. Poderosos clanes familiares infiltrados por el ‘partido de Dios’ le permiten tener contactos influyentes”, dice el medio francés.

Luego añade que “Las drogas pueden estar escondidas en cajas de piñas o envíos de plátanos para su envío a Europa o América del Norte. Incluso se puede convertir en carbón vegetal, ya que los químicos locales han desarrollado una técnica para ennegrecer el polvo blanco y hacerlo indetectable al olor de los perros antidrogas”.