El 17 de abril de 2014, el país lloraba la muerte de una de las figuras literarias latinoamericanas más importantes en todo el mundo. Gabriel García Márquez, el escritor colombiano que más lejos ha llevado el nombre de la Patria, dejó este mundo sin entender realmente el legado que perpetuaría a lo largo de los años.
El dueño y creador del ‘realismo mágico’, ese estilo literario que se convirtió en el referente para describir las situaciones inexplicables o poco coherentes que ocurren en la cotidianidad, falleció a los 87 años, tras una larga lucha contra el cáncer linfático que, según revelaciones de un diario mexicano el 14 de abril de 2014, se había expandido a los pulmones, ganglios y el hígado.
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La noticia de su deceso no solo conmovió al mundo literario, sino también puso fin a meses de especulaciones sobre su estado de salud, que incluyeron rumores sobre una posible batalla contra el Alzheimer y demencia senil. Y es que su propio hermano alimentó las especulaciones, después de sus declaraciones en julio de 2012, en las que mencionó que Gabo no podía escribir debido a “una demencia senil, causada por la quimioterapia recibida durante su tratamiento”.
La última aparición pública de García Márquez tuvo lugar el 6 de marzo de 2014, durante la celebración de su 87º cumpleaños. En el video publicado se le veía frágil pero consciente de su entorno, lo que desmentía parcialmente los rumores sobre su estado cognitivo. Sin embargo, su salud ya era muy delicada en ese momento, y apenas un mes después, su situación se complicó considerablemente.
El 31 de marzo, García Márquez fue ingresado en el Instituto Salvador Zubirán por un cuadro severo de desnutrición, deshidratación, y una infección tanto pulmonar como urinaria. Tras nueve días de intenso tratamiento fue dado de alta el 8 de abril, y continuó su recuperación en su residencia en Ciudad de México, donde recibió visita constante de varios cardiólogos y geriatras hasta el día de su muerte.
El legado literario de Gabriel García Márquez es indiscutible, y la noticia de su partida resonó profundamente en el ámbito cultural internacional. Sin embargo, la transparencia sobre su estado de salud siempre fue un tema delicado, manejado con suma discreción por sus familiares. Las pocas informaciones confirmadas que se hicieron públicas permitieron reconstruir los últimos días del escritor, aunque muchas preguntas sobre su lucha contra la enfermedad siguen sin respuesta.
El legado del nobel de literatura que sigue en el corazón de los latinoamericanos
Aunque hace una década abandonó este plano terrenal, el mundo literario y cultural sigue conmemorando el legado de Gabriel García Márquez, el icónico escritor colombiano cuya obra trasciende generaciones y fronteras.
De hecho, apenas el 6 de marzo de 2024, sus fanáticos pudieron deleitarse con su última gran obra En agosto nos vemos, un texto que logró redactar con sus pocas fuerzas, pero gran espíritu, antes de decir adiós para siempre, y en la que deleitó a los amantes de los libros con la historia de Ana Magdalena Bach, una mujer que viajaba en agosto de cada año a una isla del Caribe para visitar los restos de su madre, tiempo que aprovechaba para dejar salir su verdadero yo, antes de adaptar una personalidad diferente durante los 364 días del año restante.
Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982, García Márquez ha sido una figura monumental en la narrativa del siglo XX, siendo especialmente reconocido por su papel pionero en el realismo mágico, un estilo que ha marcado profundamente a autores y lectores alrededor del globo terráqueo.
Cien años de soledad, publicada en 1967, no solo catapultó a García Márquez al estrellato literario internacional, sino que también estableció un antes y un después en la literatura contemporánea. Esta obra, que narra la saga de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el ficticio pueblo de Macondo, es celebrada por su rica fusión de lo real con lo fantástico, capturando la esencia de la vida latinoamericana de una manera que nunca antes se había logrado. Su impacto ha sido tal que se tradujo a múltiples idiomas, consolidando su posición como una de las piezas más influyentes de la literatura mundial.
Pero el legado de García Márquez no se limita únicamente a su obra novelística. Antes de alcanzar fama mundial, comenzó su carrera en el periodismo, disciplina que jamás abandonó y que se refleja en obras como Relato de un náufrago y Noticia de un secuestro. Estas publicaciones no solo demostraron su compromiso con la verdad y la justicia, sino que también subrayaron su maestría narrativa fuera de la ficción.
Más allá de su aporte literario y periodístico, García Márquez dejó una marca imborrable en el ámbito político y social. Su relación con figuras políticas de la talla de Fidel Castro y su ferviente defensa de causas sociales y de paz en América Latina, resaltaron el perfil de un hombre comprometido con los desafíos de su tiempo.
Hoy en día, la influencia de García Márquez se extiende más allá de las páginas de sus libros. Su visión artística ha inspirado obras en el cine, la música y las artes visuales, demostrando la versatilidad y universalidad de su genio creativo. Tras diez años de su fallecimiento, el legado de Gabo sigue siendo un faro de creatividad e inspiración, no solo para la comunidad literaria sino para todo aquel que busque entender la complejidad y la belleza de la experiencia humana.