En una intervención quirúrgica sin precedentes en el suroccidente colombiano, el Hospital Universitario del Valle Evaristo García E.S.E, ubicado en Cali, logró un hito médico al corregir una anomalía en la columna vertebral de un feto de 26 semanas de gestación mediante una cirugía fetal inutero.
Este procedimiento, de alta complejidad, involucró la participación de más de veinte profesionales entre ginecólogos perinatólogos, anestesiólogos, neurocirujanos pediatras, neonatólogos y neurólogos pediatras, que contaron con el asesoramiento del grupo quirúrgico de la Clínica Universitaria Bolivariana, liderado por el doctor Jorge Gutiérrez.
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El equipo médico enfrentó el desafío de corregir un mielomeningocele, una forma de espina bífida detectada a través de controles ecográficos. “Los cirujanos ginecólogos perinatólogos exponen la parte del defecto abriendo el útero de la mamá, luego el defecto que tiene el niño es presentado a nosotros los neurocirujanos y hacemos la corrección sin sacar al niño del útero”, explicó el doctor Luis Fernando Santacruz Flores, especialista en Neurocirugía Pediátrica.
Este procedimiento, que duró cerca de cuatro horas, no solo fue un logro médico por su complejidad sino también por la coordinación de un equipo multidisciplinario que incluyó acompañamiento de psicología y trabajo social.
“El defecto del tubo neural se presenta de 3 a 5 por cada 1.000 embarazos”, comentó el doctor Julián Delgado Gutiérrez, especialista en Ginecología y Obstetricia y en Medicina Materno Fetal, destacando la relevancia de la detección temprana y la intervención oportuna.
La recuperación postoperatoria es una fase crítica en la que el feto y la madre son monitoreados de cerca. “En las primeras 48 horas, se hace un seguimiento y evaluación de la paciente, después de eso, será dada de alta y seguirá bajo seguimiento nuestro para saber cómo es la evolución del bebé”, informó Delgado Gutiérrez. Este seguimiento puede prolongarse hasta cinco años o más, con el objetivo de asegurar que no surja ningún daño neurológico y que el niño logre una movilización adecuada de sus extremidades y el control de esfínteres.
En este momento, la madre del infante, una joven de 26 años de escasos recursos originaria de Venezuela y residente en el barrio El Vergel, del distrito Aguablanca en Cali, se recupera favorablemente junto a su hijo en una de las salas de cuidado intensivo del HUV, donde ambos mantienen un estado de salud estable.
Qué es la espina bífida
La espina bífida es una anomalía congénita resultante de la formación inadecuada de la columna vertebral y la médula espinal. Pertenece al grupo de defectos del tubo neural, que son irregularidades en la estructura del embrión que más adelante se desarrollará en el cerebro, la médula espinal y los tejidos circundantes del bebé.
Se trata de un tipo de malformación de la columna vertebral, se manifiesta principalmente como mielomeningocele. Este defecto puede ser identificado durante las ecografías rutinarias en el embarazo, a menudo en la segunda mitad de la gestación, aunque es posible detectarlo desde el primer trimestre.
Hay distintas variantes de espina bífida: la forma oculta, el mielomeningocele y el meningocele, este último siendo bastante infrecuente. La versión oculta, denominada así por su característica de no ser fácilmente perceptible, representa la manifestación más leve y habitual. En casos de espina bífida oculta, se observa una leve separación o espacio en una o varias vértebras de la columna.
En muchas ocasiones, las personas con espina bífida oculta desconocen su condición hasta que un estudio de imagenología, realizado por otros motivos, revela la presencia de esta anomalía.
El mielomeningocele, también llamado espina bífida abierta, es la variante más severa de esta condición. Se caracteriza por una apertura en el canal medular a lo largo de diversas vértebras, situadas en la parte inferior o media de la espalda. En el momento del nacimiento, las membranas y nervios espinales se protruyen por esta abertura, formando un saco en la espalda del bebé donde quedan expuestos tanto tejidos como nervios.
Esta condición expone al neonato a un alto riesgo de infecciones que podrían ser letales, además de poder provocar parálisis y problemas en el funcionamiento de la vejiga y el intestino. Por otro lado, el meningocele, un tipo menos común de espina bífida, se distingue por un saco lleno de líquido cefalorraquídeo que se extiende fuera de una apertura en la columna vertebral. Los bebés afectados por un meningocele pueden experimentar ciertos problemas funcionales leves, incluidos trastornos en la vejiga y el intestino.