En el Atlántico es común que las empresas prestadoras de servicios reporten robo de electricidad, pero en medio de la crisis climática y el desabastecimiento de agua potable, las autoridades locales reportaron el aumento de conexiones fraudulentas en el acueducto por parte de fincas, hoteles, casas de campo y hasta urbanizaciones en todo el departamento.
Según informó la secretaria de Agua potable del Atlántico, Lady Ospina, la situación es alarmante ya que se está registrando una pérdida del 72% del volumen del agua distribuida a través del acueducto costero.
Esa situación no solo representa un desperdicio considerable de un recurso vital, sino que también evidencia una problemática de orden social y legal, donde los inescrupulosos priorizan sus intereses personales o empresariales por encima del bienestar común.
“Si la gente no toma conciencia de que este no es un agua ni para la industria ni para regar cultivos ni para alimentar animales ni para regar jardines o cambiarle el agua a la piscina, como hemos encontrado en la zona costera, no podremos avanzar. No hay un policía para poner en cada metro lineal de tubería y evitar que se siga robando agua”, dijo Ospina.
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Ospina detalló que el uso indebido del agua incluye diversas actividades, desde el funcionamiento de establecimientos comerciales, llenar piscinas privadas, abastecer caballerizas, bañar equinos y lavar carros, medidas restringidas, especialmente en momentos en los que la región enfrenta períodos de sequía aguda.
La funcionaria expresó su preocupación por la falta de conciencia respecto al correcto uso del agua, señalando la imposibilidad de tener un control policial exhaustivo sobre las extensas redes de tuberías que alimentan el sistema de acueducto de la zona. La situación se agrava aún más cuando se consideran las difíciles condiciones climáticas que aumentan la vulnerabilidad de las comunidades frente a la escasez de agua.
Al respecto, Álvaro Araújo, gerente de eficiencia hidráulica de Triple A, dijo: “Haciendas piscícolas utilizan el agua para su producción de peces, sectores como la hotelería, lavaderos de carros, moteles, y la empresa hoy cuenta con herramientas tecnológicas y recurso humano para contrarrestar este tipo de acciones por parte de usuarios fraudulentos. Va a afectar la vida, no solamente para el humano, sino también para los animales, para las plantas, realmente es fundamental”.
Según dio a conocer el gerente de la empresa de acueducto atlanticense, solo entre enero y febrero las pérdidas económicas de la empresa fueron superiores a los 55.000 millones de pesos, producto de las conexiones fraudulentas de tuberías por parte de los sectores mencionados anteriormente.
“Muchos kilómetros que son perforados, irregularidades para obtener agua, que no es lo adecuado, para uso agrícola, para llenar bodegas, para jagüeyes, para una cantidad de situaciones diferentes para las que está diseñado el acueducto costero”, dijo Ramón Hemer, gerente general de Triple A.
Según la empresa de acueducto atlanticense, con el agua que se roban de hoteles, fincas, urbanizaciones y demás, alcanza para abastecer a más de 150.000 usuarios mensualmente.
Sobre las conexiones fraudulentas de agua, Lady Ospina recordó a los empresarios y a la población en que existen vías legales y mecanismos establecidos para la obtención de permisos que permiten el acceso a fuentes alternativas de agua, adecuadas para el desarrollo de sus actividades sin comprometer el suministro para el consumo humano.
Finalmente, la secretaria de agua potable del Atlántico hizo un llamado a la responsabilidad y al compromiso comunitario e instó a aquellos ciudadanos que han establecido conexiones fraudulentas a desconectarse y regularizar su situación, enfatizando en la importancia de preservar el acceso al agua potable como un derecho fundamental para la vida y el bienestar de todas las personas en la comunidad.