En Colombia la intensidad de los sismos se mide con la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98), la cual parte de la intensidad 2, descrita como “apenas sentido” por muy pocas personas en reposo; el nivel 3 es catalogado como “sentido levemente”, en donde puede haber balanceo de algunos objetos.
Un temblor es considerado de intensidad 4 cuando es “sentido ampliamente” por muchas personas en el interior de edificaciones y por pocas en el exterior. Las ventanas, puertas y platos vibran. En el nivel 5, “sentido fuertemente”, los objetos pequeños se desplazan, hay un vaivén de puertas o ventanas y se pueden registrar leves grietas en edificios o casas.
La intensidad de tipo 6 implica un “daño leve”, en este rango algunas personas pueden llegar a perder el equilibrio; algunos objetos llegan a caerse y muchas edificaciones presentan daños leves. El nivel 7 se presenta cuando hay un “daño moderado”, es decir, los muebles pesados llegan a desplazarse y muchos edificios tienen grietas y puede haber caída de revestimiento de los muros.
Finalmente, en las intensidades por arriba de 7 acontece un “daño severo”: en este punto muchas personas tienen dificultad para mantenerse en pie; los objetos pesados se caen; y las estructuras antiguas y débiles pueden llegar a colapsar.
De acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riego de Desastres (Ungrd) un sismo es la liberación súbita de grandes cantidades de energía, que se representan a través de ondas que se desplazan por el interior de la tierra y que al llegar a la superficie puede ser percibida por las personas, animales y hasta estructuras.
Ecuador-Colombia de 1868
Dos temblores se registraron en la zona limítrofe de Ecuador y Colombia el 15 y 16 de agosto de 1868, con magnitudes de 6.3 y 6.7, siendo este último el más mortal con una duración de casi un minuto de movimiento.
El primero de ellos se registró en las localidades de El Ángel y La Concepción; mientras que el segundo terremoto dejó la ciudad ecuatoriana de Ibarra completamente devastada. Se cree que este movimiento causó alrededor de 70 mil víctimas, contabilizando muertos y heridos en ambos países.
Terremoto de Cúcuta de 1875
También llamado como el Terremoto de los Andes, este temblor se produjo el 18 de mayo de 1875 y tuvo una magnitud de entre 7.5 y 8.5 en Cúcuta, aunque también causó afectaciones en el estado venezolano vecino de Táchira.
Pese a que algunos aseguran que el número de víctimas de este terremoto llegó a 3 mil, al menos en la zona afectada de Colombia solo fueron encontrados 461 cadáveres. De este sismo también surgieron aguas termales de los sitios hoy conocidos como “Agua Hedionda”, “El Tampaco” y “Aguas Calientes”.
Sismo y tsunami de 1906
Un sismo de magnitud 8.8 azotó a la provincia de Esmeralda en Ecuador, colindante con Colombia, el 31 de enero. Este movimiento generó un tsunami que dejó mil 500 muertos. Según información del SGC, las olas alcanzaron los cinco metros de altura y dejaron bajo el agua la región colombiana de Tumaco.
Terremoto de Páez de 1994
El terremoto se originó en las estribaciones de la Cordillera Central de los Andes del Cauca, en el suroeste de Colombia, el 6 de junio de 1994. Fue de una magnitud de 6.4 y dejó alrededor de 800 personas fallecidas, principalmente los habitantes de las comunidades cercanas al río Páez. Este es considerado el segundo más mortífero en la historia del país.
Eje Cafetero de 1999
Considerado el peor terremoto en la historia reciente del país, este terremoto afectó los departamentos de Quindío y Risaralda en Colombia, dejando más de mil personas muertas.
El movimiento telúrico se originó el 25 de enero de 1999 con una magnitud de 6.2. Diversos hospitales se vieron afectados y los recursos para atender la emergencia fueron limitados. El sismo dejó cuatro mil personas con lesiones y cerca de 500 desaparecidas.
Alrededor de ocho mil fincas cafeteras fueron completa o parcialmente destruidas, también 13 mil estructuras de muchos tipos de empresas e industrias quedaron afectadas.
Los ciudadanos cuentan con una serie de líneas de emergencia integradas y especializadas para proporcionar respuestas inmediatas en situaciones de riesgo. La principal línea de emergencia es el 123, que funciona como un canal único para acceder a diversos servicios estatales de emergencia y seguridad.
El sistema de líneas de emergencia incluye además otros números dedicados a servicios específicos, como la Policía Nacional (112), la Policía de Tránsito (127), la Defensa Civil (144), Bomberos (119), la Cruz Roja (132), el Servicio de Ambulancias (125), el grupo Gaula para casos de Antisecuestros (165) y la línea de Atención a Desastres (111). Cada uno de estos números está asignado a entidades encargadas de brindar respuestas eficaces frente a diversas emergencias, desde accidentes de tráfico hasta situaciones de secuestro, pasando por desastres naturales y otros incidentes que requieren intervención inmediata.
El último movimiento telúrico reportado por el SGC se presentó en El Piñón, Magdalena, con una magnitud de 2.2 grados sin mayor profundidad. A pesar de haber sido un movimiento superficial, su baja intensidad no dejó gran consecuencia.
En Colombia, la preocupación es creciente ante la posibilidad de enfrentarse a fenómenos sísmicos, dados los antecedentes y la ubicación geográfica del país, propensa a la actividad tectónica. Expertos consultados por Infobae enfatizaron la importancia de comprender la situación sismológica del país y su impacto potencial.
Según Flover Rodríguez-Portillo, director ejecutivo de La Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (ACGGP), el territorio colombiano se caracteriza por su alta sismicidad, dada su posición en la esquina noroccidental de Sudamérica.
Esta particularidad geográfica resulta de la interacción entre la Placa Sudamericana y la Placa de Nazca, lo que origina un conjunto único de expresiones geológicas en la zona. Esta dinámica entre placas tectónicas no solo define la configuración geológica del país, sino que también incrementa el riesgo de actividad sísmica.
Según el experto, aproximadamente el 80% de la población colombiana reside en áreas susceptibles a este tipo de eventos, la mayoría en zonas de cordilleras.
En situaciones de emergencia, como los sismos, se subraya la importancia de mantener la calma y actuar con seguridad, una medida que puede marcar la diferencia en la protección de las vidas. A continuación conozca las recomendaciones que hace el SGC para protegerse durante este evento:
Las primeras horas del lunes transcurren con “normalidad” según los últimos reportes del Servicio Geológico Colombiano. En su más reciente registro informó sobre un movimiento telúrico de 2.1 grados de magnitud en Cepitá, Santander, a una profundidad de 145 kilómetros de la superficie.
El SGC registró un pequeño movimiento telúrico en las costas de Santa Marta (Magdalena), que tuvo poca profundidad, menos de 30 kilómetros.
Un sismo de menor magnitud, 2,9 grados, y de baja profundidad, menos de 30 kilómetros, se registró en el occidente del país, con epicentro en el municipio de Ansermanuevo, hacia las 12:59 de la mañana del lunes 15 de abril.
Colombia se clasifica como una nación con elevado riesgo sísmico, ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona que aglomera el 75% de los volcanes activos del planeta y es escenario de cerca del 80% de los sismos más intensos que se registran globalmente.
Además, se sitúa sobre dos zonas de subducción críticas: por una parte, la interacción entre la placa de Nazca y la Sudamericana; y por otra, el contacto de esta última con la placa del Caribe, factores que contribuyen a que los temblores sean un fenómeno regular.
Por lo tanto, las regiones de Nariño, Chocó, Caldas y Santander son identificadas como las áreas con mayor incidencia sísmica.