Documentos del Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos (National Security Archive, NSA) revelaron que durante el mandato del presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) se elaboró una lista negra, la cual implicó a altos funcionarios colombianos en actividades vinculadas con el narcotráfico.
La revelación da cuenta de una estrategia de presión que fue ejercida sobre el gobierno del entonces presidente colombiano Alfonso López Michelsen (1974-1978), la cual estaba enfocada en combatir la corrupción y el trafico de drogas en Colombia.
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La lista fue entregada al mandatario y en ella figuraban nombres de 36 funcionarios, entre los cuales se destacan:
- El ministro de Defensa, general Abraham Varón Valencia.
- Ministro de Trabajo, Óscar Montoya Montoya.
- Coronel Humberto Cardona Orozco, jefe de Indumil.
Incluso, en la lista se mencionó a Julio César Turbay, que fue presidente de Colombia entre 1978 y 1982, el cual fue vinculado indirectamente a través de su sobrino. Además, se destacan otras personalidades de la política local.
De acuerdo con los documentos, el familiar de Julio César Turbay, Aníbal Turbay Bernal, estaba vinculado a narcotraficantes que creían que “podrían elegir a los jefes de los organismos encargados de hacer cumplir la ley en Colombia si Julio César Turbay asumiera la presidencia”.
Cabe mencionar que este informe fue presentado a López Michelsen el 21 de julio de 1977 y los medios de comunicación lograron acceder a este gracias a una filtración, por lo que en 1978 se publicó un reportaje en la cadena de televisión estadounidense CBS en el que se acusó a Turbay de tener posibles nexos con el narcotráfico.
Este conjunto de archivos, que data del 21 de julio de 1977, incluye comunicaciones directas entre altos cargos de Estados Unidos y el presidente colombiano López Michelsen, en las cuales se destacan las acciones para combatir el narcotráfico.
Una de las más destacadas y que fue impulsada por Carter, de acuerdo con lo mencionado en los documentos, fue su decisión de no enviar helicópteros militares a Colombia, pese a que esta era una promesa previamente hecha por Estados Unidos que reflejó el nivel de implicación en la política antidrogas hacia Colombia.
Las anotaciones de Carter, reveladas en estos documentos, recuerdan la complejidad de las relaciones bilaterales de la época y el papel de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico en la región.
Y es que no solo son funcionarios de ministerios y judiciales, sino personal militar y de las fuerzas de seguridad nacional los que hacen parte del documento que fue entregado por Carter al presidente colombiano de ese entonces.
Incluso, llama la atención que en la lista negra fue incluido el nombre de Alfonso López Caballero, hijo del presidente López Michelsen, a quien las autoridades estadounidenses acusaron en ese momento por tener “posibles actividades relacionadas con el narcotráfico”.
Pese a estas acusaciones de alto calibre, López Caballero “tuvo una larga carrera como diplomático, formulador de políticas y ocupó altos cargos en varias administraciones presidenciales colombianas. Recientemente como embajador en Rusia de 2016 a 2022″, aseguró el reporte.
El llamado de atención internacional sacudió la administración de Alfonso López Michelsen, debido a que las autoridades estadounidenses reiteraron que los narcotraficantes y sus operaciones “se ven enormemente facilitados por la cooperación y protección de funcionarios colombianos influyentes” y que “sería muy valioso que su gobierno realizara más investigaciones”, especialmente en casos de “personajes de alto nivel”.
El mensaje más importante que Carter envió al presidente colombiano reiteró la naturaleza alarmantemente extendida de la corrupción relacionada con las drogas en los altos niveles del gobierno colombiano y la necesidad de que López actuara si quería mejorar la cooperación antinarcóticos entre Estados Unidos y Colombia.