En Colombia la intensidad de los sismos se mide con la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98), la cual parte de la intensidad 2, descrita como “apenas sentido” por muy pocas personas en reposo; el nivel 3 es catalogado como “sentido levemente”, en donde puede haber balanceo de algunos objetos.
Debido a su posición en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Colombia se identifica como una nación con alta vulnerabilidad a los sismos. Esta área es la localización de aproximadamente el 75% de los volcanes del planeta y es escenario del 80% de los sismos más intensos a nivel global.
El país está situado sobre dos zonas de subducción significativas, donde la placa tectónica de Nazca colisiona con la Sudamericana, y esta última a su vez interactúa con la placa del Caribe, generando movimientos sísmicos frecuentes.
Por lo tanto, las regiones de Nariño, Chocó, Caldas y Santander son las que mayormente experimentan esta actividad sísmica.
Los movimientos sísmicos no se pueden pronosticar con anticipación; sin embargo, esto no es excusa para no estar preparado en caso de que ocurra. Para esto la Unidad Nacional para la Gestión del Riego de Desastres – Colombia, advierte lo que usted debe hacer durante un sismo:
Sobre la 1:54 p. m. el Servicio Geológico Colombiano informó de un sismo que se presentó en el municipio de Sipí, departamento de Chocó. El movimiento de tierra tuvo una intensidad de 3.7 con una profundidad de 96 kilómetros. Por el momento, las autoridades no reportan daños en alguna estructura del lugar, así como tampoco hay afectaciones a los pobladores.
Mientras la mayoría de los colombianos dormía, en varios departamentos del país se presentaron movimientos telúricos leves. Según el reporte más reciente del SGC, en la noche y madrugada del domingo se presentaron cuatro sismos de baja intensidad en Santander y Antioquia.
Ninguno de los eventos naturales superó una magnitud de 2.4, por lo que resultó casi imperceptible para la mayoría de los habitantes de municipios como Los Santos y Bolívar, en Santander, y Dabeiba, en el departamento antioqueño.
En el plano internacional se han reportado delicadas emergencias relacionadas con sismos en los últimos meses; si bien la tierra nunca deja de moverse, algunas de estas actividades son mucho más perceptibles para la ciudadanía. En Colombia este fenómeno genera una amplia preocupación por los antecedentes, lo que insta a los expertos a mantener en constante alerta y aclarar cualquier tipo de información sobre el mismo.
El último reporte del SGC fue el de un pequeño sismo en la tarde del sábado que tuvo una magnitud de 2,9 grados y cuyo epicentro fue Ariguaní (Magdalena).
Tectónico: este tipo se desencadena por movimientos en fracturas terrestres o en los bordes de las placas tectónicas, debido a la reconfiguración de la superficie terrestre por la energía retenida a causa de procesos naturales del planeta.
Magmático: este origen está ligado a la actividad del magma dentro de la corteza terrestre, relacionado directamente con fenómenos volcánicos.
Antrópico: se refiere a terremotos provocados por actividades humanas, como la edificación de enormes presas, la minería a gran escala o la “inyección de agua y fractura de la roca” en áreas de extracción de petróleo.
El potente terremoto que sacudió a Popayán, Cauca, a las 8:12 de la mañana del 31 de marzo de 1983, impulsó la creación de la primera normativa de sismorresistencia en Colombia para las edificaciones, como se detalla en un artículo del SGC en el aniversario de este desastre, donde fallecieron 250 personas.
La magnitud de 5,6 grados a una profundidad de 15 kilómetros del sismo provocó la destrucción del 90% del centro histórico de la ciudad, y en todo el Cauca, 5.000 construcciones fueron destruidas, señalaron fuentes de la entidad.
El Servicio Geológico Colombiano citó a Fernando Díaz, ingeniero y especialista en Amenaza y Riesgo Sísmico, quien comentó que, aunque en los 80 ya se recopilaban normas internacionales para fortalecer las edificaciones colombianas contra sismos, el evento en Popayán aceleró este proceso.
“Para inicios de los años 80, la Asociación de Ingeniería Sísmica (AIS), conformada por profesores de varias universidades del país y expertos capacitados en el exterior, habían adelantado la adaptación de normas internacionales”, explicó.
Después del sismo, el gobierno de Belisario Betancur emitió un decreto de emergencia, adoptando rápidamente los estándares de edificación sismorresistente de la AIS, lo que llevó a la publicación del Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes en 1984.
“Esta norma se ha ido actualizando y hoy la conocemos como NSR-10. Por eso, en este aniversario, recordamos la importancia del cumplimiento de esta normativa, ya que es apremiante en el diseño y construcción de todas las edificaciones, pues vivimos en un país sísmicamente activo (sic)”, indicaron en otra nota en su perfil de la red social X.