En un contexto de incertidumbre en torno a la importación de gas desde Venezuela, el Gobierno del presidente Gustavo Petro expresó su disposición a colaborar con la petrolera venezolana Pdvsa y su filial en Colombia, con el objetivo de reactivar las negociaciones en materia de combustibles fósiles entre ambos países.
El superintendente de Sociedades, Billy Escobar, señaló que este proyecto podría convertirse en realidad, dado que el Gobierno de Nicolás Maduro tiene la intención de capitalizar la empresa ‘Pdvsa Gas sucursal Colombia’, lo cual sería un paso fundamental para retomar las conversaciones, cosa que no ha sido bien tomada por la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP).
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El sector de petróleo y gas indica que el negocio tiene más obstáculos que ventajas y expresan que “si en Colombia hay gas de buena calidad, a buen precio, que genera recursos para los hogares, las industrias y las regiones y que lo necesitamos para la transición energética, ¿para qué vamos a ir a buscar a otro lado lo que no se nos ha perdido aquí?”, asegura el presidente de la ACP.
El plan rescate se debe a que la filial establecida en Colombia para gestionar las transacciones de compra y venta de hidrocarburos a través del gasoducto binacional Antonio Ricaurte, había recurrido con anterioridad a la ley de insolvencia y había solicitado un proceso de reorganización. Esto significa, que la empresa recibirá una inyección para poder seguir con vida.
El superintendente Escobar mencionó en una entrevista en CM& que “en los próximos días un juez tomará decisiones con respecto al acuerdo de pago entre la empresa y sus acreedores” lo que significaría el camino para “la recuperación del comercio de gas entre ambos gobiernos a través de esta compañía”.
Pese a las declaraciones de los petroleros, el Gobierno Petro sigue en marcha para materializar el proyecto de importación de gas desde Venezuela y ayudar a salvar la empresa. Incluso afirman que se trata de “una luz de esperanza en un sector fundamental y que el país tanto necesita, como es el del gas, y por su puesto la idea es salvar esa empresa”, agregó el superintendente Escobar.
Este acuerdo llega al panorama a pocos días de que la ACP realizara un análisis sobre la posibilidad de la compra de gas al país vecino. Entre los obstáculos de la propuesta la ACP encuentra la capacidad de la empresa venezolana puesto que, “no se dispone de información precisa sobre la capacidad del gasoducto para transportar gas natural desde Venezuela hasta Colombia”.
“Si Venezuela requiriese gas para prender sus térmicas es muy posible que ellos privilegien prender sus térmicas que enviarle gas a Colombia. En materia de confiabilidad es mucho mejor tener gas colombiano, que depender de un gas en donde no sabemos si vamos a tener confiabilidad al cien por ciento”, señaló Andrés Bitar refiriéndose a que la confiabilidad no está al 100%.
Además, la asociación indica que Colombia dispone de regulaciones robustas que garantizan el cumplimiento de los estándares internacionales en este ámbito. Sin embargo, el desafío reside en la “carencia de información actualizada acerca de la calidad del gas natural proveniente de Venezuela”.
Otro factor que sería un desafío para la importación de gas desde Venezuela tiene que ver con que algunas secciones del gasoducto están inoperativas en suelo colombiano y las estaciones de compresión han sido desmanteladas. De acuerdo con el vicepresidente de Estrategia y Asuntos Regulatorios de la ACP, la restauración de estas infraestructuras deterioradas podría llevar entre 2 y 3 años. Esto significa que el suministro de gas desde Venezuela solo estaría disponible después de este lapso.
El quinto desafío surge ante la perspectiva de que Estados Unidos reinstaure sanciones petroleras contra la estatal venezolana Pdvsa. En ese escenario, Ecopetrol, al cotizar en la Bolsa de Valores de Nueva York, se encontraría imposibilitada de realizar transacciones comerciales con dicha empresa.