La senadora del Centro Democrático Paloma Valencia y el concejal de Bogotá Daniel Briceño dieron a conocer el dinero que implica para Bogotá la ejecución de paros por parte de sindicatos de docentes. De acuerdo con los funcionarios, en la ciudad hay tres sindicatos: la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), la Asociación Distrital de Educadores (ADE) y el Sindicato de Docentes Directivos de Colombia.
Las tres agremiaciones le habrían costado $44.000 millones a Bogotá por los paros que han hecho entre 20019 y 2024. “Cada vez que un maestro sindicalizado, o un directivo docente sindicalizado, sale a protestar y deja a los niños tirados en los colegios y no da clase, esto tiene un costo para la ciudad y ha sido en los últimos años de $44.000 millones”, precisó el concejal.
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Además, según la senadora, en 2023 el gasto fue de casi $11.000 millones únicamente en el otorgamiento de permisos sindicales; en 2024, la cifra ya iría en $1.700 millones. Por eso, aseguró que las personas que se unen a los sindicatos no pueden ser líderes y al mismo tiempo, trabajar. “Es decir, como nosotros somos líderes políticos, podríamos decir: ‘Tampoco podemos estar trabajando porque necesitamos es permisos’”, aseveró Valencia.
Cuestionó entonces el hecho de que a pesar de que Colombia no cuenta con los mejores niveles de formación académica, sigue “recostada” en la educación pública. Indicó que hay niños que van a los colegios, pero no son bien formados en materia de escrita, lectura y matemáticas, lo que implica que más adelante no tendrán las competencias que necesita. “¿Por qué la educación tiene que ser obligatoriamente pública para aquellos colombianos que no tienen recursos?”, preguntó.
Bono escolar para niños
Por su parte, el concejal advirtió que el dinero que se ha destinado para los grupos de maestros sindicalistas de la ciudad hubieran podido utilizarse para financiar la construcción de por lo menos dos colegios. Por eso, Paloma Valencia insistió en un proyecto que ya radicó en el Congreso de la República con el que se busca dar un bono escolar a niños que no tengan los recursos suficientes para cubrir los gastos de una educación.
“Que los niños en pobreza, en pobreza extrema, en vulnerabilidad, puedan escoger el colegio. No los pueden obligar a estar en la educación pública”, explicó la congresista.
Comparó la situación actual de Colombia en materia de formación escolar con el sistema de salud, el cual el Gobierno nacional ha querido cambiar por medio del proyecto de reforma a la salud que se hundió en la Comisión Séptima del Senado de la República.
“Como entonces uno puede escoger entre la salud privada y la pública, bien corrompida y bien mala, nos quieren obligar a todos a pasarnos a la educación pública”, criticó. De hecho, afirmó también que el presidente Gustavo Petro también estaría interesado en que la educación universitaria sea netamente pública.
Daniel Briceño aseguró que, a través del Plan Distrital de Desarrollo, se logre que los primeros 10 colegios que la administración del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, tenga que construir, se adelanten por medio de concesiones. “Entre más váucher educativos y más colegios en concesión, menos poder tienen los directivos sindicalizados que hacen parte de Fecode y de la ADE en Bogotá”, aseveró el concejal.
Valencia aseguró que, de esta manera, habría políticos que también perderían poder, ya que no tendrían influencia para permitir ciertos cupos en colegios a personas que los necesiten. Así las cosas, reiteró que es necesario que la educación sea accesible para todos los estudiantes y que, además, sea de calidad.