Andrey Avendaño, líder negociador de las disidencias de las Farc en los diálogos con el Gobierno de Gustavo Petro, ha desmentido la participación de Iván Lozada, conocido como Mordisco, en las conversaciones actuales de paz.
En una entrevista concedida a Semana, Avendaño expresó que actualmente negocian con aproximadamente el 50% del grupo armado, reconociendo así una división interna significativa dentro de la organización. Avendaño admitió que la coordinación interna enfrenta dificultades, particularmente en la interpretación del contexto político del país y la estrategia a seguir para alcanzar la paz.
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“Puedo decirle con mucha franqueza que hay un problema de coordinación interna. No puedo decirles mentiras a usted ni al pueblo colombiano. Hay un problema interno frente a las formas de ver e interpretar el momento político del país. En eso hay una gran división. No tenemos confrontación o dificultades a gran escala, hay algunas observaciones que se han venido haciendo. Cuando hablo de nosotros, me refiero a quienes nos mantenemos en el proceso, porque hay una palabra empeñada”, mencionó Avendaño en conversaciones con Semana.
La entrevista reveló que existen desafíos en la comunicación entre las distintas facciones de las Farc, especialmente con aquellos comandantes que, como Mordisco, se han distanciado de los procesos de diálogo. Avendaño critica la actitud del presidente Petro, que ha clasificado públicamente a Mordisco como narcotraficante, argumentando que esto dificulta el avance hacia la paz.
Esta falta de uniformidad en las posturas y visiones dentro de las disidencias de las Farc obstaculiza las negociaciones y socava el consenso necesario para avanzar en el proceso de paz. Avendaño, sin embargo, recalca la importancia de mantener un compromiso con las comunidades y el pueblo colombiano, enfatizando el respeto por los acuerdos previamente firmados.
“Cuando hay justificaciones, todas las cosas son válidas, cada quien quiere tener las razones. Ese es el problema de los colombianos, cada uno quiere tener la razón. Si le pregunta al presidente, él tiene la razón; si le consulta a Lozada, Mordisco, le dirá que él. ¿Qué hemos planteado nosotros? Pongamos los problemas en el centro si queremos resolverlos”, sostuvo Avendaño.
En la misma línea, Avendaño rechaza la afirmación del Gobierno sobre las acciones y planes de Mordisco, sugiriendo una polarización en las percepciones y expectativas de paz entre las diferentes facciones de las Farc y el ejecutivo colombiano. Además, se detiene en aclarar que, aunque Mordisco fue considerado en un momento un líder dentro de las disidencias, recientemente fue notificado sobre su cese como coordinador debido a las complicaciones internas y la falta de consenso sobre la dirección y metodología de las negociaciones.
“La paz, más que un proceso, es un derecho que tenemos los colombianos y se hace realidad en la medida en que el Estado empiece a cumplir la deuda social e histórica de abandono y exclusión para las comunidades marginadas del territorio. Planteamos que esta vez la paz sí puede ser real, porque estamos tratando de involucrar a todos los colombianos. No nos creemos dueños de la paz y no es que pensemos que la paz va a llegar porque hoy vamos a firmar un proceso o estamos en el diálogo”, afirmó Avendaño, quien también mencionó que no puede determinar si las disidencias dejarían las armas.
“Está demostrado que hace siete años se firmó un proceso de paz, las armas las recogieron y se las llevaron. Años después hay una cantidad, no solo las Farc, de grupos que se han armado. Esas armas tienen una razón. No voy a decirle que voy a dejar el fusil, porque no es un tema que yo pueda definir”, sostuvo en conversaciones con Semana.
Con respecto al apoyo a la campaña de Gustavo Petro y el futuro de las negociaciones de paz, Avendaño se muestra cauteloso pero optimista. Subraya la necesidad de un enfoque inclusivo que involucre a todas las partes afectadas y recalca que la paz es un derecho de todos los colombianos, más allá de las diferencias internas y los obstáculos en el camino hacia la reconciliación.