“El rock es una actitud, no sólo es un género musical. El rock es una incomodidad, es una manera de protestar, pero también es una manera de cuidar, de estar juntos, de entender las revoluciones juveniles que, desde los años 50, emergieron en diversos lugares del mundo a través de la música. El rock es una forma de existir, es una actitud ante la vida”.
Con estas palabras, el ministro de Cultura Juan David Correa hizo el anuncio del PazRock, un evento que reúne a un total de 13 agrupaciones entre colombianas y extranjeras, con el que se dará cierre a la semana de conmemoración del Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas.
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Concebido como un espacio reivindicativo de los discursos en favor de la vida y la tolerancia, pero también para dar cabida a las voces de comunidades y minorías históricamente ignoradas, tendrá lugar el próximo 12 de abril en la plaza de Bolívar de Bogotá en lo que ha resultado ser una reunión de artistas con una afinidad en sus propuestas artísticas con estos valores impulsados por el Ministerio.
“Festivales de la paz se han hecho antes, desde el folclor o el pop más mainstream”, expresó para Infobae en exclusiva Chucky García, programador del evento y durante años encargado de dicha labor en Rock Al Parque. Su punto de vista es que PazRock “es el primero en involucrar en una misma tarima, un mismo día, artistas de grandes ciudades de Colombia y el extranjero, reconocidos por su denuncia social, con los que vienen de estos territorios y han afrontado estas problemáticas”.
García manifestó que aún cuando el montaje del evento se realizó en tiempo récord (en sus palabras, les tomó dos meses organizarlo), el haber tenido relaciones con todos los artistas participantes previamente por su faceta como periodista o como programador en Rock Al Parque, resultó determinante para que el evento se pudiese montar.
Sin embargo, y pese a la diligencia con la que se organizó PazRock, la sombra del pasado causa cierta inquietud. Una de las presencias destacadas en el cartel es la de Gillman, agrupación de heavy metal venezolana liderada por su cantante Paul Gillman. Su presencia en un evento público se da siete años después de una sonada controversia con Rock Al Parque, en plena tensión de las relaciones entre Colombia y Venezuela, y mientras Chucky era el programador de dicho festival.
Cuando se anunció su presencia en el cartel del festival en 2017, Gillman –reconocido simpatizante en su día de Hugo Chavez– vio cancelada su presentación a raíz de las quejas de Julio Correal en sus redes sociales. Este denunció en su momento que “no es ético ni seguro traer a un activista y militante de Maduro, cuando Venezuela está pasando por un momento tan difícil”. Ante la presión popular liderada por Correal, Idartes anunció que Gillman ya no tocaría en el evento.
Al consultarle sobre el tema, Chucky admitió en Infobae que fue “uno de los momentos más difíciles” durante su etapa trabajando con Idartes. Explicó que la cancelación del artista en su momento se produjo “por una recomendación de la secretaría de Gobierno de Enrique Peñalosa. Nos sugirieron cancelar la presentación aludiendo a un problema de orden público”.
Además de reconocer que por parte de Idartes y suya hubo “una falta de timing” cuando agendaron a Gillman en 2017 con las revueltas sociales en el vecino país sin calcular las posibles tensiones que generaría su presencia; García aludió a la normalización de las relaciones entre Colombia y Venezuela con la llegada de Petro a la presidencia como la clave para que, esta vez si, Gillman se pudiera presentar con normalidad en suelo nacional. “Era un poco como la revancha, en el buen sentido, pero también se da en otro momento político de Venezuela”, expresó.
Así llegan las bandas a PazRock
Y hablando de artistas, algo a destacar en PazRock es el contexto tan variado que afrontan los 13 nombres del cartel. Casi tan variado como los géneros que cada uno interpreta.
Por ejemplo, la apertura del evento que correrá a cargo de Verito Asprilla, figura que fusiona los ritmos del Pacífico colombiano con ideas del trap y el hip hop, verá a la tumaqueña presentándose en la capital del país luego de mostrar su talento en los festivales suramericanos el pasado marzo, concretamente el Lollapalooza Chile y el Festival Estéreo Picnic. “Tener tantas oportunidades de visibilidad así de grandes nos hace sentir complacidos y hace ver que todo lo que hemos luchado en este tiempo ha rendido frutos. Ser el primer acto es perfecto”, expresó.
Para algunos como La Chancha Muda, el PazRock representa su primera vez en Colombia y una oportunidad de entrar en contacto con un nuevo público que, tradicionalmente, acoge con los brazos abiertos el rock argentino. “Es un país hermano, creo que ninguno había venido, y estamos tratando de organizarnos para ir al teleférico en algún momento, alguna escapadita”, expresó entusiasmado Juanchi Bisio, guitarrista de la agrupación creada en 2003 en Buenos Aires.
Su debut en suelo nacional coincide con la promoción de su cuarto álbum de estudio, Quién Autoriza?, un trabajo que el también guitarrista Federico Fassa definió como una puesta en común entre la oscuridad plasmada en La peste del cazador (2019) y el carácter más centrado en la canción de Sinfonías Libertarias (2016). Sobre la compleja situación que afronta Argentina durante el inicio de la presidencia de Javier Milei –que ha protagonizado varios cruces mediáticos con Petro en el último tiempo–, Juanchi en cierto modo vio su presencia en PazRock como una decisión política. “Venir a un festival por la paz planta también lo que queremos nosotros, como banda, como personas”, expresó.
Otra de las presencias internacionales destacadas incluye a los Kchiporros, desde Paraguay, que exploran ritmos como el ska y la cumbia en su repertorio y alternan entre sensibilidad y el irrefrenable deseo de poner a bailar al público. “Hacer bailar es un superpoder”, expresó sin rodeos Roberto Chirola Ruiz, cantante de la agrupación fundada en 2006, en entrevista con Infobae.
Pese a que el país no es un habitual a la hora de considerar los movimientos musicales en América Latina, durante los últimos años ha visto un impulso significativo con miras a lograr esa internacionalización. “Cada país tiene su momento cultural. Lo nuestro no es la excepción. Tuvimos que remar contra una industria musical bastante pequeña, incipiente e informal, sobre todo”, explicó, enumerando la complejidad de no contar en sus inicios con el apoyo de las instituciones orientadas a la cultura en su país y de no contar en su momento con mecanismos de defensa de los derechos de autor efectivos.
Pese a ello, se convirtieron en una agrupación que trascendió fronteras con el apoyo de bandas hermanas como Los Auténticos Decadentes, a los que Chirola describió como “sus mentores”. Para Kchiporros su presentación en PazRock será la primera en el país en 10 años, pues ya habían formado parte del Festival Nuestro en 2014. “Lo recuerdo bien porque fue en mi cumpleaños”, relató Chirola, que también recordó que con el álbum que promovían ese año, Siente El Movimiento, había incluida una colaboración con Puerto Candelaria, banda con la que se mostró especialmente elogioso, y hasta describió a Juancho Valencia como “un genio”.
Más habituales para el público colombiano son The Casualties, una de las agrupaciones emblemáticas del hardcore punk estadounidense. Es la cuarta vez que visitan el país (una de ellas fue en Rock Al Parque) y para ellos no cabe duda: la música es la máxima demostración posible de paz. “No importa el lenguaje que hables. La sientes, la entiendes, y eso lo puedes ver en los rostros del público”, expresó David Rodríguez, cantante de la agrupación. “La manera más elemental y fuerte de hacer una propuesta pacífica y de expresarse es a través de la música”.
Con esa conciencia compartida de lo que representa la música, más allá de géneros o ambiciones, para Chucky García el objetivo real de Paz Rock es “generar un cambio de la narrativa”, considerando que el término “paz” está “muy manoseado”. “Ya han existido otras culturas de paz en otros gobiernos. Esta vez la narrativa debe ser diferente. Para uno la paz puede ser tocar la guitarra y tener un grupo de rock. Perfecto. Para otro puede ser que haya un desarme. Para otro puede ser violencia contra un grupo”, explicó. En ese sentido, el verdadero impacto de PazRock desde el concepto de Chucky se verá luego del evento, “hasta el otro año, cuando lo hagamos en otra ciudad”.