El próximo viernes 12 de abril desde las 11 de la mañana en la plaza de Bolívar, en Bogotá, se desarrollará el festival Paz Rock: voces por el cuidado, la paz y la vida donde varios artistas nacionales e internacionales se presentarán para dar una jornada de recitales gratuitos en la capital.
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El cartel que incluye leyendas del rock latinoamericano, como Panteón Rococó o La Pestilencia, ha generado una controversia en diversos sectores por la inclusión de un artista que señalan ser como un activo seguidor del régimen de Nicolás Maduro.
Se trata de Paul Gillman, un músico con más de 30 años de trayectoria y alrededor de veinte discos publicados, que también ha sobresalido por su afinidad al chavismo y al actual régimen de Venezuela.
La inclusión de la figura del rock venezolano ha generado un gran descontento en varias organizaciones sociales y de derechos humanos, quienes le enviaron una carta al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, indicando las inconformidades que representa tener a Gillman en un evento por la paz.
La carta abierta dirigida a Minculturas hace énfasis en cómo el señor Gillman, a través de su fundación Corazón Rockero y su rol como funcionario, ha promovido campañas de desprestigio y ha participado en la exclusión de artistas y bandas críticas del mandato de Nicolás Maduro de eventos culturales financiados por el Estado.
“Un ejemplo ocurrió en el año 2002 cuando la Alcaldía de Caracas organizó un concierto gratuito con la presencia del músico argentino Andrés Calamaro. La contrapartera, la banda local Zapato 3, de la cual el señor Paul Gillman expresó a través de sus redes sociales: Zapato 3 es una banda de clara tendencia de oposición, hace tiempo que ni viven en este país. Su cantante es yerno de Teodoro Petkoff, furibundo apátrida venezolano. Sus letras no dejan ningún mensaje constructivo (…) Allí están nuestras instituciones llenando los bolsillos de estos oportunistas quienes seguramente regresarán a Miami a cagarse de la risa de nuestra revolución”.
En la misiva, además, se menciona cómo en el pasado Gillman ha cuestionado y desacreditado el trabajo de organizaciones de derechos humanos venezolanas, calificando de terroristas a los participantes de movilizaciones contra el gobierno y desestimando denuncias de violaciones de derechos humanos, todo esto bajo la concepción de que estas acciones forman parte de una campaña internacional para desestabilizar a Venezuela. La carta destaca que este tipo de comportamiento no alinea con los valores promovidos por el mencionado festival en Colombia, el cual busca celebrar el cuidado, la paz y la vida.
La respuesta del ministerio
Mediante un comunicado escrito desde la cartera dirigida por el ministro Juan David Correa resaltó que tiene un equipo de curadores analizando diversos artistas para realizar la selección de los músicos destinados para los eventos estatales, el ministro de las Culturas y Saberes fue contundente en afirmar que Gillman cumple con los requisitos de selección, además de ser enfático en que desde el Gobierno nacional no serán cómplices de la censura a artistas.
“Dentro de los grupos musicales que conforman el cartel de Rock Paz está el señor Gillman, cuya propuesta va acorde con la mencionada curaduría; adicionalmente, el Ministerio no apoya la censura a los artistas y aquí son bienvenidos todos, sin distingos políticos. Cerramos esta comunicación invitándolos a que la música sea un motivo para seguir construyendo y aportando a la paz desde la diversidad de voces, para tejer desde allí unas narrativas que nos incluyan a todas y a todos y una verdadera cultura de paz”.
Es importante recordar que, en 2017, Rock al Parque había anunciado la participación de Paul Gillman y su banda en la capital. Sin embargo, en esa ocasión, las tensiones diplomáticas entre el expresidente Iván Duque y Nicolás Maduro complicaron la llegada del cantante venezolano, quien fue finalmente excluido del cartel del festival.