A lo largo de la historia, desde otros países se ha reiterado que los colombianos son personas que se bañan “con mucha frecuencia”. Incluso, lo hacen varias veces al día, dependiendo del estado del clima de cada una de las regiones, lo que genera cuestionamientos en otras zonas del mundo.
Estas opiniones vuelven a ser relevantes en el contexto del racionamiento de agua que se llevará a cabo en la capital del país, por el que muchos de los ciudadanos han mostrado su descontento ante las declaraciones del alcalde Carlos Fernando Galán, que dio a conocer una curiosa petición: “Si usted no va a salir, no se bañe”.
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Aunque esta solicitud por parte de la Administración distrital ha generado rechazo en algunos habitantes de la ciudad, hay otros lugares en el mundo en los cuales les parece bastante curioso que los capitalinos se molesten por no bañarse a diario.
Ante esta situación, la Red Cultural del Banco de la República realizó una publicación en la cual destaca que la práctica de tomar una ducha cada día está muy arraigada solo en el país de América Latina, mientras que en otros lugares como Europa es considerada como extraña.
“Lo que para los colombianos y las colombianas de finales del siglo XIX ya era cotidiano, bañarse a diario, se antojó como una “rara costumbre” para el diplomático español José María Gutiérrez de Alba que, desconcertado, lo registró de esta manera en su diario de viaje por Colombia el 30 de noviembre de 1876”, indicó la entidad.
“Entre los colombianos, el baño es una especie de manía”
Del mismo modo, se compartió el texto en el cual el viajero dio a conocer su percepción sobre el hecho de que los colombianos toman un baño a diario, incluso, más veces a lo largo de la jornada, lo cual a él le parecía bastante curioso.
“Entre los colombianos el baño es una especie de manía, algo excusable en los climas cálidos y hasta en los templados, aunque raya en exceso; pero que no se comprende en los climas fríos de las cordilleras, donde sin embargo, existe también. (…) A veces en agua de bajísima temperatura y al aire libre, donde bajan de los páramos corrientes de viento helado”, detalló José María Gutiérrez de Alba.
Cabe mencionar que, en ese entonces, la enfermedad conocida como lepra era muy común en Nueva Granada, como se le conocía a Colombia. Sin embargo, lo que puntualmente llamó la atención del español es que se creía que esta enfermedad podría contagiarse con el agua, por lo que le parecía aún más extraña la frecuencia en los baños.
“La lepra, según varios médicos, es una perversión de humores, ocasionada por los cambios bruscos de temperatura a que dan lugar especialmente estos baños tomados sin precauciones de ningún género”, reiteró el viajero en las anotaciones de su diario.
Sin embargo y a pesar de las críticas, tanto el Banco de la República como los expertos en salud reiteran que la limpieza es indispensable para eliminar las bacterias y virus que atacan al cuerpo humano. Sin embargo, en tiempos de racionamiento del líquido vital es indispensable ahorrar agua y seguir las recomendaciones de las autoridades.
Entre ellas se encuentra el hecho de tomar un baño en máximo cinco minutos, puesto que “en una ducha de 15 minutos, utilizamos aproximadamente 200 litros de agua. De estos se desperdician unos 150 litros”, de acuerdo a la entidad.
Finalmente, se reitera que cada minuto menos que se gaste en la ducha, ahorrará un promedio de 17 litros de agua por día, lo cual es bastante en este tiempo de sequía de embalses y demás crisis ocasionadas por el fenómeno de El Niño.