Desde el 28 de marzo estalló una polémica por el caso de explotación sexual a dos niñas por parte de un ciudadano norteamericano, de 36 años, en una vivienda turística de una lujosa zona de Medellín.
La situación que ha levantado una serie de cuestionamientos alrededor de la protección infantil en la capital paisa tuvo como consecuencia el cierre definitivo de Gotham, las residencias turísticas donde Timothy Alan Livingston, señalado pederasta, habría sometido a las menores de 12 y 13 años.
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Bradley Hinkelman, un empresario canadiense reconocido por su influencia en el sector turístico de Medellín, es el dueño de Gotham y en quien se pusieron los reflectores de la prensa tras el cierre definitivo de la lujosa residencia turística. Precisamente en varios medios salió información en la que se señalaban supuestos vínculos del canadiense con descendientes de integrantes del temido Cartel de Medellín.
De acuerdo con los abogados de Hinkelman, la información que comenzó a circular desde El Colombiano y que replicaron algunos medios era que un socio del empresario canadiense era familiar de alguien que fue cercano al circulo del narcotraficante Pablo Escobar es falsa.
Jonathan Moncada, cuyo vínculo con Kiko Moncada se menciona en el artículo, no es hijo de Gerardo Kiko Moncada. De acuerdo con los representantes de Hinkelman el abogado del señor Jonathan Moncada presentó documentos indicando que su padre es Daniel Enrique Moncada y que este no fue socio de Pablo Escobar. Por lo tanto, cualquier relación sugerida entre Bradley Hinkelman y Pablo Escobar, o entre Hinkelman y Kiko Moncada, es falsa y estigmatizante.
Otro de los aspectos mencionados se refirió a la afirmación de que Bradley Hinkelman es o ha sido accionista único de Cingular Sorellanza, directa o indirectamente a través de Epic Investments. De acuerdo con la defensa del empresario canadiense él solo ha actuado como intermediario comercial y administrador de la sociedad, no como accionista. Según Juan Bazzani, representante de Hinkleman, la acción fue una transferencia de acciones a Epic Investments, y Bradley no posee la totalidad de las acciones de esta última.
Finalmente la defensa del empresario canadiense se refirió a las afirmaciones que indicaban que quienes conocieron a Hinkelman ya no desean mantener vínculos con él. De acuerdo con Bazzani es crucial aclarar que esta afirmación es una opinión subjetiva y no un hecho comprobado. Además, sería incorrecta ya que las empresas de Hinkelman continúan operando en Colombia y mantienen relaciones activas con proveedores y socios comerciales, incluyendo el sector bancario.
Quién fue Kiko Moncada y cuál era su relación con Pablo Escobar
Gerardo ‘Kiko’ Moncada fue una figura prominente en el mundo del narcotráfico colombiano durante las últimas décadas del siglo XX. Conocido por ser uno de los principales socios de Pablo Escobar, Moncada jugó un rol clave en el Cartel de Medellín, una de las organizaciones criminales más poderosas y temidas en la historia de Colombia. Su influencia se extendió por diversas facetas del narcotráfico, desde la producción y tráfico de drogas hasta operaciones de lavado de dinero.
La asociación de Moncada con Pablo Escobar y su participación en el Cartel de Medellín lo ubicaron en el centro de un vasto imperio criminal que no solo desafió al Estado colombiano sino que también provocó innumerables conflictos y una oleada de violencia en el país y más allá de sus fronteras. Sin embargo, esta alianza no duraría para siempre; las tensiones dentro del cartel se intensificaron, particularmente por desacuerdos sobre la dirección y las operaciones de la organización.
El destino de Moncada tomó un giro fatal a principios de julio de 1992, cuando fue asesinado junto con su socio Fernando Galeano en la cárcel La Catedral. Este hecho marcó uno de los episodios más infames en la despiadada historia del Cartel de Medellín, evidenciando las brutales medidas que Escobar estaba dispuesto a tomar contra sus propios aliados para mantener su dominio. El asesinato de Moncada y Galeano no solo fue una muestra de la violencia interna que carcomía al cartel, sino también un presagio del declive de Escobar y su imperio criminal.