La reconocida modelo y presentadora Carolina Cruz reveló que enfrentó un desafío empresarial que la llevó a acumular una deuda de 2.800 millones de pesos. A través de su emprendimiento en el ámbito de la belleza y la moda, la exreina aprendió lecciones sobre la gestión empresarial y la importancia de la asesoría especializada. Este duro camino hacia la recuperación financiera fue compartido en su pódcast Mi Mundo, Mis Huellas, Mi Verdad.
La presentadora del programa Día a día comenzó su carrera en el modelaje a los 14 años y rápidamente se destacó al ganar el título de Virreina Nacional en el Concurso Nacional de Belleza en 1999. Esta victoria no solo marcó el inicio de su éxito en las pasarelas internacionales, sino que también comenzó su camino en el mundo empresarial.
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En 2013, lanzó “Carolina Cruz Empresaria”, un negocio que agrupaba varias líneas de productos, desde joyería hasta perfumes y artículos de hogar. Sin embargo, la inexperiencia en la gestión empresarial de su hermano, a quien delegó la administración, y la falta de asesoramiento adecuado, llevaron a la compañía a acumular una deuda significativa.
“Empezamos con mi familia a posicionar una marca (...) cnunca nos dejamos asesorar (...) Empezamos a abrir nuevos locales, a pagar arriendos carísimos, a poner el negocio en franquicia sin saber cómo era eso. Otro error era que yo sacaba mensualmente un dinero para que las empresas dependieran de mi bolsillo”, reveló Cruz.
La decisión de abrir franquicias y pagar arrendamientos costosos sin un conocimiento profundo sobre cómo administrar correctamente un negocio, resultaron ser decisiones desastrosas. La situación se complicó aún más cuando Cruz se vio obligada a suplir las necesidades financieras de la empresa con su propio dinero, un “error garrafal” en sus palabras.
La crisis alcanzó su punto máximo cuando su hermano le informó sobre una deuda inicial de 500 millones de pesos que, con el tiempo, se disparó a 2.800 millones de pesos. “Yo decía en qué se gasta uno 2 mil millones de pesos, no sabía si ponerme a llorar, si enojarme, si salir a correr (...) yo empecé a dimensionar ese valor y me preguntaba de dónde iba a sacar yo para pagar eso porque uno no es millonario, yo no soy una mujer millonaria, nunca lo he sido (...) Mi mamá igualmente se sintió culpable porque hubo cosas que ella sí sabía y se quedó callada. Yo me culpé porque me relajé con muchas cosas”, expresó la empresaria.
La solución de esta situación llevó a la modelo a tomar control directo de su empresa, negociar con los bancos y, finalmente, liquidar la deuda en un plazo de dos años y medio, a costa de sacrificios personales y familiares. La relación con su hermano se fracturó y aunque la carga financiera ha sido saldada, las lecciones aprendidas perduran. “ Les dije: ‘No tengo ese dinero, necesito que me ayuden’ Y con mi mánager y una persona que se convirtió en un angelito me ayudó a salir de las deudas porque no quería deberle nada a nadie”, expresó.
“Entonces aprendí con un totazo terrible, ellos se fueron a vivir a Estados Unidos y cuando yo miro resulta que la deuda era de 2.800 millones de pesos (...) Logré pagar la deuda en 2 años y medio. Trabajé mucho, como nunca en la vida, perdí mucho tiempo valioso con Matías que hoy en día trato de recuperarlo y amo estar con mis hijos pero me tocó volverme a reactivar y a hacer muchas cosas que ya no estaban en mi vida”, añadió la colombiana.
*Esta nota fue realizada con la ayuda de la IA