Sorprendidas quedaron las autoridades y la alta sociedad antioqueña cuando en medio de los operativos que terminaron con la caída de Ferney de Jesús Cardona Bello, alias Soya, fue capturada María Luisa Botero, una reconocida empresaria, hija del exministro Andrés Botero, por hacer parte de la red de lavado de activos del criminal.
La captura de Soya se logró en medio de la operación Galicia, que busca afectar a las organizaciones dedicadas al narcotráfico y al lavado de activos en el Urabá antioqueño y en la costa caribe colombiana. Pero nadie se esperaba que la mujer, apodada como Lulu, fuera también capturada por estar vinculada al narcotraficante.
Lulu, de 45 años, es una diseñadora de modas muy ligada al mundo del deporte. Practicó sky náutico y motonáutica de alto rendimiento y como parte de una tradición muy arraigada en Antioquia, es aficionada a los caballos, a tal punto que en 2016 fue ganadora del X Concurso Mundial de la Mujer Vaquera en el departamento del Meta. De acuerdo con las autoridades, la mujer hacía parte de la red de lavado de activos de alias Soya, que pertenecía al Clan del Golfo.
Justamente, esta semana se conoció que en una movilización conjunta entre la Fiscalía y la Policía Nacional, 32 propiedades asociadas a alias Soya, fueron sometidas a medida de extinción de dominio por su implicación en actividades de lavado de dinero vinculadas al Clan del Golfo.
La acción legal, que contempla la suspensión del poder de disposición, el embargo, el secuestro y la toma de posesión de los bienes, se efectuó en Medellín, Envigado, Turbo, Apartadó, Santa Rosa de Osos, Bello y Abejorral (Antioquia). Los bienes, valorados inicialmente en 17.500 millones de pesos, abarcan inmuebles, establecimientos comerciales, empresas, cuentas bancarias y certificados de depósito (CDT). La administración de los activos incautados recae en la Sociedad de Activos Especiales (SAE).
La investigación revela que Cardona Bello, presunto cabecilla de la organización delictiva, habría colaborado con parientes y allegados para constituir empresas ficticias en el sector ganadero y otras áreas agrícolas, especialmente en la subregión de Urabá, con el propósito de blanquear capitales provenientes del narcotráfico. Este sistema permitiría la introducción de fondos ilícitos procedentes de la exportación de grandes cantidades de clorhidrato de cocaína hacia Europa y Estados Unidos, manteniendo una fachada de legalidad ante las autoridades.
Según se ha establecido, entre 2010 y 2023, Cardona Bello habría lavado aproximadamente 65.000 millones de pesos, beneficiando inicialmente a Otoniel, y posteriormente a figuras como Chiquito Malo y R20 dentro de la estructura criminal del Clan del Golfo.
Soya fue capturado en San Pelayo, Córdoba, luego de un meticuloso seguimiento durante tres años por parte de la Policía Nacional, la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf) y la Fiscalía General de la Nación. La dificultad de su captura residía en su cautela al evitar el uso de dispositivos electrónicos y su constante cambio de ubicaciones para esquivar la vigilancia de las autoridades, incluidos agentes de la CIA de Estados Unidos.
Cardona es señalado de estar directamente vinculado con Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, liderando envíos de droga al exterior incluso después de la extradición de dicho líder. La operación reveló la compleja red de narcotráfico dirigida por Cardona, que incluía la contaminación de contenedores en puertos de comercio clave y la operación de embarcaderos clandestinos a lo largo de Panamá, Costa Rica y República Dominicana.
Este golpe al Clan del Golfo, en especial a su estructura financiera, destaca las complejas estrategias empleadas para el blanqueo de capitales y sobresalta el papel central de operativos multisectoriales en la lucha contra el narcotráfico en Colombia.