En medio de los debates sobre la reforma pensional que se desarrollan en el Congreso de Colombia, y la cual tiene como fin principal, entre otros muchos, fortalecer Colpensiones, expertos y académicos están urgiendo a tomar medidas decisivas para afrontar los retos demográficos y de sostenibilidad que enfrenta el país.
Durante una reciente sesión convocada por la senadora Norma Hurtado, voces autorizadas, como José Ignacio López, presidente de Anif, y Óscar Becerra, profesor asociado de la Universidad de los Andes, compartieron sus perspectivas sobre la necesidad de robustecer el sistema pensional.
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Uno de los consensos más significativos entre los analizados sugiere la reducción del umbral de cotización a entre 1 y 1,5 salarios mínimos, una medida respaldada por instituciones como Anif y Fedesarrollo.
La sesión, que se consideró necesaria tras una convocatoria previa durante la Semana Santa que no logró reunir a todos los expertos invitados, proporcionó un foro para discutir el impacto social y fiscal de la reforma.
López evidenció su preocupación por la falta de atención de algunos congresistas durante las ponencias, destacando la urgencia de la situación: “La demografía del país nos muestra que en el 2051 se va a alcanzar el máximo número de habitantes, 58 millones de compatriotas,” lo que conducirá a un eventual decrecimiento en la población y sus implicaciones en el mercado laboral.
Esta visión fue complementada por Becerra, el cual resaltó lo inminente de adaptar el sistema pensional actual a la realidad de que “1 de cada 10 hombres y 3 de cada 10 mujeres que están en edad de retiro”, lo que subraya una significativa brecha de género en el acceso a pensiones dignas.
Más allá de la evidencia demográfica y las estadísticas sobre cobertura pensional, el llamado a la acción de los expertos radica en una necesidad de mirar hacia el futuro, pensando en las generaciones venideras.
“Así los senadores no me presten atención, la demografía... sin duda tendrá repercusiones en el mercado laboral,” resaltó López, haciendo hincapié en que las decisiones de hoy tendrán un impacto profundo y duradero. La reforma pensional encierra, por tanto, un desafío que trasciende lo inmediato, colocando en el centro del debate la sostenibilidad y la justicia social para las futuras generaciones de colombianos.
Afrontar estas transformaciones requiere, según los expertos, no solo de ajustes en los umbrales de cotización sino también de un replanteamiento integral del sistema, para que este pueda responder de manera efectiva a los cambios demográficos y fiscales proyectados.
La propuesta de Anif, Carf y Fedesarrollo de disminuir el umbral de cotización busca precisamente hacer más inclusivo el sistema pensional, permitiendo que un número mayor de ciudadanos pueda acceder a beneficios pensionales con aportes realistas acorde a sus ingresos.
Las sesiones en el Congreso y las recomendaciones de expertos como José Ignacio López y Óscar Becerra subrayan la importancia de dirigir el debate pensional hacia soluciones concretas y sostenibles que beneficien al conjunto de la sociedad colombiana.
Los retos demográficos y fiscales son claros: para el 2051, Colombia enfrentará un punto crítico en su composición poblacional que, sin las medidas adecuadas, podría repercutir negativamente en el mercado laboral y la calidad de vida de los ciudadanos en edad de retiro.
Estas discusiones y propuestas representan un paso crucial en la búsqueda de un consenso que permita avanzar hacia una reforma pensional justa, equitativa y sostenible. Así, la labor del Congreso y el diálogo con expertos continúa siendo fundamental para diseñar un sistema que no solo afronte los desafíos inmediatos sino que garantice la protección y bienestar de las futuras generaciones de colombianos.