En medio de las tensas relaciones entre el Gobierno nacional y la Alcaldía Mayor de Bogotá por cuenta de obras como el metro, en las últimas horas el Ministerio de Justicia y del Derecho, encabezado por Néstor Iván Osuna, ha decidido ceder un terreno perteneciente a la cárcel La Picota a la administración distrital para la edificación de una segunda cárcel distrital.
Este gesto, que formalizará la entrega de casi tres hectáreas para la construcción de la nueva sede de la Cárcel Distrital, se materializará el día de hoy en horas de la tarde en una ceremonia especial en el Ministerio de Justicia, según difundió la cartera a través de diferentes comunicados.
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“El Gobierno del Cambio cede a Bogotá una porción del predio de La Picota, en total serán 29.000 mts. para la construcción de la segunda Cárcel Distrital. ¡Un avance crucial para mejorar el sistema penitenciario!”, señaló la cartera.
El nuevo centro penitenciario, cuya capacidad aproximada será para albergar entre 2.000 y 2.500 presos, Ahora deberá enfrentar varios retos desde diferentes entidades, antes de que pueda materializarse. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha señalado que con esta cesión, se da luz verde al inicio de los estudios pertinentes, el diseño y posterior contratación de la obra.
Desde abril de 2021, la propuesta de construir una segunda cárcel distrital en Bogotá ha estado en la agenda gubernamental. Fue entonces cuando la Secretaría de Seguridad, el Ministerio de Justicia, la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) acordaron un convenio para abordar conjuntamente este proyecto.
La construcción de este centro de reclusión no solo busca enfrentar el hacinamiento endémico del sistema penitenciario, sino también mejorar las condiciones de vida de los internos y garantizar el respeto de sus derechos humanos.
Actualmente, la situación de hacinamiento en Bogotá es crítica, con 2.999 personas detenidas en unidades de reacción inmediata (URI) y estaciones de Policía, donde se registra un hacinamiento del 144%. Es más, en estos establecimientos temporales se han hallado personas condenadas, quienes deberían estar cumpliendo su sentencia en instalaciones adecuadas.
Según las cifras proporcionadas por las autoridades del Distrito, las localidades más afectadas por esta problemática incluyen a Usaquén con un 740% de hacinamiento, seguida por Kennedy con 590%, y Bosa con 503%, entre otras.
Así mismo, la nueva cárcel distrital aspira a convertirse en un modelo de cómo las autoridades pueden combinar el cumplimiento de las penas con programas de educación y capacitación laboral que preparen a los presos para su eventual retorno a la sociedad.
La iniciativa tomada por el Gobierno Nacional y la Alcaldía Mayor de Bogotá refleja un avance significativo en la estrategia para reformar el sistema penitenciario, al promover no solo condiciones detención más humanas sino también al fortalecer el tejido social a través de la prevención del delito y la reinserción efectiva.
Cárcel Distrital es la única del país que cuenta con certificación internacional
La Cárcel Distrital se ha destacado como el único centro penitenciario en el país en recibir la certificación internacional de la Asociación Americana de Correccionales (ACA), un reconocimiento que destaca su cumplimiento con los más altos estándares internacionales en la detención y tratamiento de internos.
Según se indicó desde la administración distrital, el enfoque de la institución en la humanización y resocialización se materializa a través de la implementación de programas de desarrollo humano y el apoyo constante en la construcción de proyectos de vida para los reclusos.
La metodología de rehabilitación se funda en un trato digno y en la oferta de actividades culturales, artísticas y educativas. Además, la cárcel promueve la lectura y ofrece educación flexible hasta alcanzar el nivel de bachillerato, y posibilita el acceso a la educación superior. La colaboración con la Secretaría Distrital de Cultura, en este contexto, es vital para el enriquecimiento cultural de los internos.
Pero a integración de los reclusos en la sociedad también está amparada bajo programas de formación certificados por el Sena, abarcando áreas como la panadería, artesanías y ebanistería. Los productos resultantes de estas capacitaciones son luego comercializados en ferias de emprendimiento, generando ingresos que benefician directamente a las familias de los reclusos.
De hecho, durante 2023 se invirtieron 94.000 millones de pesos para asegurar que la atención brindada en la Cárcel Distrital cumpliera con las expectativas de dignidad y respeto hacia los internos.