Canciller venezolano la emprendió contra noticiero colombiano por investigación de operaciones ilícitas: “Una basura”

Luego de que se diera a conocer una investigación de Noticias Caracol en la que quedó a la vista una posible incursión ilegal de la inteligencia militar venezolana en países como Colombia y Chile, con el propósito de perseguir a sus opositores y capturarlos, desde el régimen de Nicolás Maduro no han parado los mensajes de rechazo y ataque contra el medio nacional.

Aunque uno de los primeros en pronunciarse fue el fiscal venezolano Tarek William Saab, quien desestimó el trabajo periodístico colombiano, en las últimas horas el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela Yván Gil se despachó en insultos contra el noticiero, insinuando que se trata de una investigación financiada por la derecha colombiana para desestabilizar las relaciones con Venezuela.

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“Palangristas de Noticias Caracol haciendo lo suyo, montando un bodrio, que lo único que confirma es la conspiración en contra del pueblo de Venezuela. Un cúmulo de falsedades y un relato inverosímil”, aseguró el canciller venezolano.

De hecho, el funcionario de Maduro aseguró que dichos planes para desestabilizar al Gobierno venezolano estaría orquestado ilegalmente con algunos miembros de la oposición, con el fin de volver a aislar al país de cualquier tipo de relación diplomática.

Asimismo, Gil aseguró que el supuesto montaje del noticiero nacional sería una respuesta a los duros golpes que ha recibido la “oligarquía colombiana”, que los han dejado a un lado del poder, con la elección de Gustavo Petro como presidente de la República.

“A medida que se desmontan los planes violentos diseñados por la oligarquía colombiana, en contubernio con los apellidos de Venezuela, la reacción es más desmedida. La verdad prevalecerá, y nuevamente quedarán como lo que son: ¡una basura!”, concluyó.

Los pronunciamientos del canciller venezolano atacando a Colombia se están haciendo cada vez más reiterativos, pues apenas siete días atrás, el funcionario arremetió contra la Cancillería de Colombia y su cabeza, Luis Gilberto Murillo, después del comunicado emitido desde el ministerio en el que tocó el tema de la democracia en el vecino país.

Aunque el documento no dejó mayores indicios sobre la posición del Gobierno nacional respecto a las denuncias por el impedimento de inscribir a la candidata de oposición Corina Yoris para competir contra Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales, el diplomático venezolano tomó las palabras de la Cancillería como un ataque directo a su sistema democrático.

“Empujada por la necesidad de complacer los designios del Departamento de Estado de los EE. UU., la Cancillería colombiana da un paso en falso y comete un acto de grosera injerencia en asuntos que solo le competen a los venezolanos”, señaló el canciller.

Como se ha vuelto común de Gil, defendió con severidad el proceso democrático que se vive en Venezuela, a pesar de las innumerables críticas internacionales por cometer presuntas ilegalidades contra la oposición, especialmente después de lo ocurrido con María Corina Machado, que quedó fuera de la contienda electoral por decisión del Gobierno de Maduro.

“Emitir juicios falsos, aún cuando el Canciller contaba con información veraz de primera mano, no solo es un acto de mala fe, sino que busca minar el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales, que ha sido promovido por nuestros presidentes”, concluyó.

La tensa relación entre Colombia y Venezuela se da después de que se conociera una investigación publicada por Noticias Caracol, donde se reveló la existencia de una supuesta operación de persecución llevada a cabo por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, que se extendió más allá de sus fronteras, alcanzando a Colombia y Chile.

Esta operación incluyó la colaboración con organizaciones criminales como el ELN y el Tren de Aragua, con el fin de desmantelar lo que el gobierno considera una conspiración contra Maduro. Según indicó el medio, entre los afectados se encuentran Ányelo Heredia, Ronald Ojeda y el activista estudiantil Pablo Parada, quienes fueron señalados por la inteligencia venezolana como parte del complot.

Según fuentes del reportaje, la planificación de una operación militar denominada “Venezuela Libre” fue el centro de la supuesta conspiración, con el objetivo de tomar control del Estado Táchira, incluyendo instalaciones militares. La operación habría sido organizada por desertores militares que previamente habían participado en intentos de golpe de Estado contra el actual gobierno venezolano.

La Dirección General de Contrainteligencia Militar Venezolana, particularmente la Unidad de Asuntos Especiales liderada por el teniente coronel Alexánder Gran, alias ‘Mano Negra’, se señala como la fuerza detrás de estas acciones secretas.

Esta unidad ha sido acusada de cometer severas violaciones a los derechos humanos, incluidas torturas. En el marco de esta persecución, Ángelo Heredia fue capturado por el ELN cerca de Cúcuta y entregado a las autoridades venezolanas, mientras Ronald Ojeda fue secuestrado y asesinado en Santiago de Chile por miembros del Tren de Aragua.

Pablo Parada, al lograr escapar de un intento de secuestro, manifestó que fue perseguido en Bogotá por un grupo vinculado al gobierno venezolano. Las acciones emprendidas por el régimen de Maduro han provocado alarma internacional por la coordinación entre el Estado y organizaciones criminales, traspasando fronteras nacionales en su afán de silenciar oposiciones.