Los organismos de socorro en el departamento de Chocó confirmaron el rescate de un cuerpo sin vida de un menor indígena de 5 años en el Alto Baudó. La víctima era Tiburcio Tumazá Bailarín, quien había sido reportado como desaparecido desde el viernes 15 de marzo cuando la lancha en la que se movilizaba se volcó en el sector de Amparraidó.
Este suceso tuvo lugar en las proximidades del corregimiento Amparradó, donde una lancha rápida, que transportaba alrededor de veinte pasajeros desde la capital del Chocó, colisionó contra varios troncos arrastrados por la corriente.
Inicialmente en el accidente falleció el docente Fredy Córdoba Peñaloza, su cuerpo fue hallado en el momento del accidente, mientras que el del menor fue hallado más de dos semanas después por habitantes que se movilizaban por el río.
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El incidente se produjo cuando la embarcación impactó contra obstáculos naturales que el río había desplazado debido a una creciente. Esta situación afectó a cientos de familias de la región, que ahora se encuentran en estado de damnificación.
El coordinador de Gestión del Riesgo del Alto Baudó, José Ólmer Palacios, confirmó el hallazgo ante los micrófonos de Radio Nacional, mencionó que se encontró el cuerpo luego de que descendiera el río. “Esto significa que probablemente estaba enredado en algunos palos o raíces. Con el descenso del nivel del río, la acción de las olas de los botes provocó que el cuerpo saliera a la superficie”.
Según la información del oficial, los restos del menor de edad permanecieron en la cabecera municipal Pie de Pató hasta el domingo 31 de marzo. Este día se entregó el cuerpo a sus familiares para luego darle cristiana sepultura. Debido a la alta descomposición del cuerpo, la entrega se realizó siguiendo las medidas de bioseguridad.
Una vez reportada la emergencia, el coordinador de Gestión del Riesgo solicitó tanto a los transportadores como a los viajeros tomar medidas de precaución necesarias y evitar futuros accidentes en la zona.
“Este accidente nos preocupa profundamente desde que ocurrió. Nos deja el reto de mantenernos alerta y asegurarnos de que este tipo de transporte cuente con lo necesario para proteger la vida y la integridad de todas las personas que lo utilizan”, agregó Palacios.
Una vez se registró el volcamiento los heridos fueron atendidos en el centro médico del municipio. Luis Javier García, alcalde encargado del Alto Baudó, se refirió a lo ocurrido, lamentó el suceso y enfatizó la necesidad de una vía terrestre alternativa que podría prevenir este tipo de accidentes.
Según Salazar, la existencia de una carretera entre Salvijo y Pie de Pató hubiera facilitado un viaje más seguro y rápido, evitando así la necesidad de usar la vía fluvial.
También destacó que, desde antes de la pandemia, hay un contrato para el mejoramiento de la vía que une ambas cabeceras municipales, pero los trabajos no han avanzado por insuficiencia de recursos.
La ruta propuesta reduciría significativamente el tiempo de viaje y potencialmente evitaría tragedias como la ocurrida. Esta trágica situación resalta la importancia de contar con infraestructuras adecuadas para garantizar la seguridad y el bienestar de las comunidades en regiones remotas.
Emergencia en Chocó: desbordamiento del río Baudó dejó miles de damnificados
El 16 de marzo se confirmó desbordamiento del río Baudó y 10 de sus afluentes en el departamento del Chocó. Miles de familias se encuentran actualmente damnificadas, afrontando la devastación de sus hogares y la pérdida de sus cultivos, según detallaron las autoridades locales.
La situación se agrava con la falta de servicios básicos como agua potable y electricidad en áreas críticamente afectadas. Asimismo, la crecida de este cuerpo de agua, ha afectado aproximadamente a 5.000 familias repartidas en 155 comunidades de 43 corregimientos, desplazando a residentes y destruyendo infraestructura esencial.
El hecho de que un número significativo de los afectados sean indígenas añade una capa de complejidad a la crisis humanitaria en curso.
Las consecuencias del desastre se extienden a la infraestructura pública, siendo el suministro de agua potable y electricidad dos de los servicios más comprometidos. La única fuente de agua para muchas comunidades desapareció con la creciente, mientras que las medidas preventivas han obligado a la suspensión del suministro eléctrico en varias áreas para evitar accidentes.
Por lo que las instituciones locales, evacuaron y censaron a los afectados, buscando canalizar la asistencia necesaria para enfrentar esta calamidad.