Uno de los eventos más recordados en cuestión de inseguridad en Bogotá fue la del médico que estaba siendo atracado en el norte de la ciudad y en defensa propia, disparó contra los delincuentes y mató a tres de ellos.
Este hecho generó polémica sobre el porte de armas en Colombia porque el doctor antes de hacer uso de su derecho a la legítima defensa, sus agresores alcanzaron a intimidarlo y hasta a propinarle heridas de arma blanca, así como un golpe con otra de fuego.
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Si bien mantuvo su identidad en el anonimato, el profesional de la salud le compartió a la revista Semana un texto con detalles sobre lo ocurrido aquel 30 de enero de 2020, además del proceso jurídico que tuvo que enfrentar.
Lo primero que destaca del mismo: “Sigo pensando que, a pesar de la desventaja numérica y las pocas probabilidades de sobrevivir, el veredicto de los cielos fue a mi favor por alguna razón que desconozco”, reveló el médico.
En cuanto a los recuerdos de ese trágico episodio de su vida, el profesional de salud contó entre los detalles luego de los ataques con cuchillo, que le generaron algunas heridas y el movimiento del revólver, “parecieron en retrospectiva como si fueran en cámara lenta”.
El doctor reveló también a la revista mencionada que después de haber experimentado una situación de riesgo tan extremo esperaba recuperarse en algunos meses, “sin embargo, tuve que descubrir empíricamente en el camino que es una recuperación que toma años, en realidad”.
Además, la víctima confesó que la situación tuvo un impacto directo e indirecto en varios aspectos, como el ámbito profesional, familiar, social, personal, entre otros.
Respecto al tema jurídico, el médico explicó que se presentó de manera libre y voluntaria ante las autoridades: “Me puse a disposición de la Fiscalía, afronté la investigación y todas las etapas del proceso penal en compañía de un jurista de confianza, con quien atendimos todos los requerimientos exigidos. El desarrollo de la investigación y las pruebas recopiladas llevaron a determinar el caso como legítima defensa por parte del juez de la República que conoció el caso”.
De esta manera, el profesional de la salud enfatizó durante la entrevista con el medio mencionado que cuando los derechos que tiene un ciudadano son sometidos o conculcados por una amenaza actual o inminente, “la ley consagra el derecho a la legítima defensa, incluso en favor de un tercero. El concepto es claro en su espíritu y esencia”.
Sin embargo, en una sociedad como la nuestra en la que “estamos tan arrinconados por la criminalidad y la delincuencia, a tal punto que la gente se sorprende cuando les va mal a los bandidos y no al ciudadano”, aseguró el hombre.
Durante seis meses de su proceso jurídico penal en el que se recopiló el material probatorio, el doctor confirmó que el fiscal del caso, en compañía del Ministerio Público, solicitó la preclusión del caso por considerarlo como legítima defensa: “lo cual fue refrendado por el juez, quien ordenó la preclusión del caso a mi favor”, aseveró.
Finalmente, el médico reflexionó frente a toda la situación que vivió desde el momento que iba caminando tranquilamente hacia su casa y los actos seguidos luego de que los ladrones armados tomaran la decisión de atentar contra su vida e integridad.
“Son las decisiones que tomaron las que determinaron la situación desde un comienzo. Desde otra perspectiva, como yo lo veo, sería muy necio e ilógico de mi parte el pretender despreciar el veredicto de los cielos esa noche o despreciar la voluntad del creador, que me permite caminar unos días más; por el contrario, agradezco con humildad los senderos que deba recorrer”, concluyó para la revista Semana.