La inseguridad sigue siendo alarmante en Bogotá. No han cesado los acontecimientos de robo que aumentan la percepción de inseguridad. El viernes santo, 29 de marzo, la reconocida escritora Carolina Sanín hizo pública la violenta agresión que sufrió su madre en su propio apartamento, en el norte de Bogotá.
Según relató en un mensaje, en su perfil de X (anterior Twitter), que tres hombres irrumpieron en el hogar de su madre, que vive sola, y la ataron, la golpearon y la retuvieron durante aproximadamente una hora mientras robaban en la vivienda. Sanín expresó su indignación en redes sociales, y describió a la capital como “una ciudad de mierda llena de gente que no vale más que su propia mierda”.
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A las 8:03 p. m., la académica reportó: “Acaban de meterse tres hombres por la ventana del apartamento de mi madre, que vive sola. La ataron, la patearon y estuvieron una hora en su apartamento, robando cuanto querían. Bogotá es una ciudad de mierda llena de gente que no vale más que su propia mierda”.
Aunque Sanín no dio mayores detalles sobre las lesiones que habrían resultado de la golpiza denunciada, y las autoridades no han brindado información oficial sobre los objetos robados, la escritora sí afirmó que su madre se encontraba bien: “Afortunadamente. Con dolor y miedo”.
Por su parte, los seguidores de la escritora escribieron palabras de apoyo. Por ejemplo, el senador del Pacto Histórico Wilson Arias escribió: “Abrazo de solidaridad ante esta tan grave noticia”. En otros comentarios de solidaridad se lee: “Increíble, Carolina. Lo siento mucho! Qué angustia y qué injusto tener que soportar semejante situación tan horrible! Solidaridad y Buena Vibra para Ustedes, en medio de este dolor!”, “Salvajes, impotencia, tristeza, miedo e ira, no es más. cuál es la necesidad de maltratar y torturar a alguien. De corazón deseo que tú mamá se recupere y se encuentr bien”.
Otros casos de inseguridad en Bogotá
Y pese a que los datos oficiales parecen indicar que la situación de inseguridad –en tema de hurtos y homicidios– han disminuido en el 2024, episodios como el que vivió la progenitora de la profesora dejan ver que el problema persiste.
De hecho, este acontecimiento no fue aislado. El 24 de marzo se conoció otro caso alarmante, que se presentó en un restaurante del norte de la ciudad, donde las cámaras de seguridad captaron a un delincuente armado amenazando a una mujer para robarle el dinero que guardaba en su bolso.
Aunque la mujer intentó resistirse, por fortuna, no resultó herida. Los testigos afirmaron que el agresor huyó en una motocicleta que lo esperaba fuera del establecimiento, como describió Semana.
Además, ese mismo domingo 24, una situación tensa se vivió en un edifico ubicado en un exclusivo sector del norte de Bogotá. Tres delincuentes intentaron perpetrar un robo, pero fueron frustrados por la rápida acción de un residente y la activación de las alarmas de seguridad.
Los ladrones, finalmente, se vieron obligados a huir en una camioneta blanca, sin lograr su objetivo. La Policía Metropolitana de Bogotá reportó que los sujetos accedieron al edificio usando un token de código que no estaba asignado a ningún propietario.
La serie de robos revela una tendencia alarmante donde los delincuentes estudian minuciosamente los hábitos de sus víctimas antes de actuar, lo que aumenta la sensación de vulnerabilidad entre los residentes.
En respuesta a estos incidentes, la comunidad ha expresado su creciente preocupación por la seguridad en la capital, donde el crimen parece ocurrir a cualquier hora del día y en cualquier lugar. Esta cadena de robos, particularmente violentos y audaces, subraya la urgente necesidad de medidas más efectivas para combatir la criminalidad y proteger a los ciudadanos.