En el Bajo Cauca antioqueño, se ha registrado una alarmante renuncia de aproximadamente el 30% de los líderes comunales debido a presiones y amenazas, principalmente provenientes de grupos armados y sectores políticos. Esta situación, según informó la Fundación Sumapaz, está afectando gravemente la participación y gestión comunitaria en la región, poniendo en riesgo la seguridad y estabilidad del territorio.
Los líderes sociales, que desempeñan roles clave en las Juntas de Acción Comunal (JAC), han sido objeto de intimidaciones por no acceder a ser instrumentos de estos grupos que buscan ejercer control territorial a través de la influencia en espacios de participación ciudadana. Óscar Yesid Zapata, defensor de derechos humanos de Sumapaz, advierte sobre la gravedad de esta problemática que busca minar la autonomía de las estructuras comunitarias en el Bajo Cauca antioqueño.
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Los detalles del reporte de la Fundación Sumapaz, difundidos por Blu Radio, revelan un escenario preocupante donde la coacción apunta a transformar las dinámicas locales e imponer agendas externas, vulnerando así los derechos y libertades de los pobladores.
A pesar de estas adversidades, algunos líderes persisten en sus esfuerzos por mantenerse en sus cargos, comprometidos con el bienestar de sus comunidades.
La situación en el Bajo Cauca antioqueño marca un punto crítico en la lucha por la defensa de los derechos humanos y la integridad de las organizaciones comunitarias en Colombia. Las acciones de grupos armados y sectores políticos en contra de los líderes comunales no solo afectan la estructura social y política de la región, sino que también ponen en evidencia los desafíos a los que se enfrentan aquellos que buscan preservar la paz y promover la participación ciudadana en áreas afectadas por conflictos y disputas por el territorio.
JAC lideran propuesta de Asamblea Constituyente en Colombia de Petro
En Colombia, una propuesta del presidente Gustavo Petro para realizar una Asamblea Nacional Constituyente ha generado un amplio debate en todo el país. Desde Cali, Valle del Cauca, Petro anunció su decisión de buscar una renovación constitucional, argumentando que el actual sistema impide la implementación de reformas necesarias. Este anuncio tuvo lugar recientemente, marcando un punto de inflexión en la política colombiana.
La iniciativa, que inicialmente parecía apuntar a una sustitución total de la Constitución Política de 1991 a través del Congreso, tomó un giro hacia el apoyo a una convocatoria a las bases para liderar este cambio. El presidente Petro explicó que los problemas fundamentales que enfrenta la sociedad colombiana no han sido resueltos por los poderes establecidos desde la constituyente de 1991 y que es tiempo de que el pueblo intervenga directamente en el proceso. Esta clarificación se hizo a través de comunicados en los medios.
En la preparación de lo que se ha denominado una ‘constituyente popular’, se han llevado a cabo reuniones en las Juntas de Acción Comunal (JAC) a nivel nacional. Guillermo Cardona, presidente de la Confederación Nacional de Juntas de Acción Comunal, reveló en una entrevista con Blu Radio que se está trabajando para organizar una amplia Asamblea Constituyente Popular hacia la segunda mitad del año, tentativamente entre julio y septiembre. Cardona enfatizó la importancia de la participación ciudadana en este proceso, marcando un precedente histórico en la inclusión de las bases en la toma de decisiones políticas.
Este enfoque hacia una participación más directa del pueblo en la reforma constitucional ha generado opiniones divididas en el espectro político del país. Algunos ven en esta propuesta una oportunidad para democratizar aún más el proceso político y abordar desigualdades sistémicas, mientras que otros expresan preocupaciones sobre la estabilidad y la legalidad de dicha movilización. El presidente Petro, por su parte, ha detallado seis puntos críticos que espera abordar a través de este proceso, identificando áreas de acción que considera han sido ignoradas o mal gestionadas por las autoridades establecidas.
Las JAC han anunciado también nuevas marchas en apoyo a las reformas gubernamentales, programadas para el 9 de abril de 2024, reflejando su papel activo en el impulso de las políticas públicas y reformas necesarias para el país.