Aunque la restricción principal sobre comer carne y pollo es durante el Viernes Santo, hay algunos fieles que deciden evitar la carne durante todo el periodo de la Semana Mayor.
Esto porque es una época trascendental para la comunidad cristiana y católica, debido a que conmemora los últimos momentos en que Jesús estuvo con vida, por lo que las costumbres y tradiciones que se llevan a cabo en este periodo son sagradas.
Es así como para los devotos, se trata de un periodo en el que se debe reflexionar, asistir a misa e incluso hacer ciertos sacrificios, como evitar consumir carnes rojas y blancas.
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De acuerdo con lo que dice la tradición, la práctica de abstenerse de comer este tipo de alimentos se hace con el objetivo de demostrar una acción de penitencia y reflexión por la muerte de Cristo.
Pero también está la creencia de que esas proteínas de animales son un símbolo del cuerpo de Cristo sacrificado, por lo que por esa misma razón se recomienda a los fieles dejarla de lado.
Esto quiere decir que las carnes que se deben evitar durante Semana Santa, en especial el Viernes Santo, son las rojas, como vacuno, buey y caballo; y las blancas, es decir, el pollo, pavo, conejo y cerdo.
Adicionalmente, en la tradición católica se dice que el Viernes Santo es un día de ayuno, lo que se refiere a la práctica de comer menos de lo habitual. Lo que implica comer una sola comida completa y dos comidas ligeras que no sumen juntas la cantidad de la comida principal.
Incluso, hay personas que aseguran que este hecho se trata de cuando una creyente decide no comer un alimento y prefiere dárselo a alguien que lo necesite.
La ley de la Iglesia especifica que todos los viernes durante la Cuaresma son días de abstinencia; es decir, que no se puede comer carnes rojas ni blancas, pero el Viernes Santo es el día más importante por el significado y la conexión directa con la crucifixión de Jesucristo.
Asimismo, indica que las personas que ya han cumplido 14 años están obligadas a empezar a realizar el ayuno y la abstinencia, abarcando a todos los mayores de edad hasta que hayan cumplido 59 años.
“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen”, dice el canon 1249 de la ley evangélica.
Sin embargo, esto no es una obligación ni hace parte de las normas de la iglesia ni de la biblia, es más un acto de fe personal y una decisión independiente y, de hacerlo, solo sería obligatorio el viernes, pues el Jueves Santo y el Sábado de Gloria sí se puede comer carne como regularmente lo hacen.
Realmente lo que se busca por estos días poniendo en práctica estos rituales es que los fieles reflexionen sobre su fe, se acerquen más a Dios y recuerden el sacrificio que hizo Jesús por la humanidad.
Al abstenerse de consumir ciertos alimentos, lo que hace es que sea una forma de demostrar la autodisciplina y la renuncia a los placeres terrenales como un gesto de solidaridad con el sufrimiento de Cristo.