En Colombia, el 78% de la población se considera como católica, de acuerdo con cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), dadas a conocer en una encuesta publicada en 2021. Los creyentes practicantes suelen hacer parte de distintos ritos religiosos preparados y puestos a disposición en distintas iglesias del país.
En Semana Santa, que acumula las fechas más importantes del año para los feligreses católicos, y en otros tiempos litúrgicos, se suelen elevar oraciones a santos y advocaciones con la intención de que haya una intercesión por ellos.
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De acuerdo con el sacerdote mexicano Jesús Aguilar Valdés, las advocaciones se refieren a la Virgen María, a Cristo o a diferentes personas, como los santos, que son nombrados de distintas maneras según características de su vida o de acuerdo con los lugares en donde se les ora de manera particular.
Por ejemplo, aunque en el catolicismo hay una sola Virgen, en Colombia se encuentra la Virgen de Chiquinquirá o la Inmaculada Concepción de Popayán; y, aunque hay un solo Jesucristo, en el país se menciona al Divino Niño Jesús o al Señor de los Milagros.
Es así como varios templos y santuarios han sido nombrados y son altamente reconocidos por los colombianos y visitantes, que viajan hasta los departamentos y municipios en los que se ubican para extender sus oraciones.
En Colombia, tanto los santos, que según el papa Francisco, citado por la Arquidiócesis de Bogotá, son personas que inspiran, como las advocaciones, tienen muchos creyentes que confían en ellos y ellas. A continuación, se enlista algunos de a los que más se ora en el país.
Santa Laura Montoya
La madre Laura Montoya Upegui es la única santa de nacionalidad colombiana, beatificada el 25 de abril de 2004 por el papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en Roma. Es reconocida entre los feligreses por haber viajado por diferentes partes de Colombia, educando y ejecutando misiones, sobre todo, en pro de la población indígena del territorio nacional.
“Recorrió largos y difíciles caminos por largas jornadas y dificultadas del clima, todo a lomo de mula y todos los riesgos que corría, especialmente en las selvas”, explica la Arquidiócesis de Bogotá en su sitio web oficial.
Durante su vida religiosa escribió más de 30 libros en los que dio a conocer sus experiencias. Además, fue fundadora de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, según el portal especializado Catholic.net. Debido a su labor con los más vulnerables, ganó reconocimiento y admiración por parte de los feligreses.
La Virgen de Chiquinquirá
La Virgen de Chiquinquirá (Boyacá) también es considerada patrona de Colombia. Su historia religiosa se remonta al año 1560, cuando el español Antonio Santana, que había llegado al en el valle de Sequencipá (Boyacá), pidió que se le hiciera una imagen de la Virgen María.
La tarea fue adjudicada al pintor Alonso de Narváez: “La pintura la hizo en un lienzo de algodón de 1,26 x 1,13 centímetros, tejido por los indios, utilizando mezcla de tierra de colores y zumo de yerbas y flores”, detalló la arquidiócesis.
La imagen fue trasladada a Chiquinquirá años después por decisión de Catalina de Irlos, esposa de Antonio Santana. Desde entonces permanece allí, donde está ubicada la Basílica Santuario Mariano Nacional de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, dedicada a dicha advocación.
“En 1986, San Juan Pablo II visitó la Basílica y consagró Colombia a la Virgen María, pidiendo que conceda el don inestimable de la paz, la superación de todos los odios y rencores, la reconciliación de todos los hermanos”, precisó la Arquidiócesis de Bogotá.
El Divino Niño Jesús
En Bogotá, los creyentes encuentran la Parroquia Santuario del Divino Niño, ubicada en el barrio Veinte de Julio, donde se encuentra la imagen que representa la infancia de Jesucristo, a la que muchos creyentes, diariamente, le oran.
De acuerdo con el sitio oficial de la Obra Salesiana del Niño Jesús, la devoción a esta advocación surgió en el Monte Carmelo, en Israel, donde, según antiguos narradores, solía ir Jesús, siendo todavía un infante, con María y José. En ese lugar, se reunían para pasear y orar.
En 1.550 se popularizó aún más dicha devoción, gracias a Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Santa Teresa, de hecho, relató que, en algún momento de su vida, presenció la aparición del divino Niño y que, desde entonces, decidió llevar consigo siempre una representación suya.
De hecho, en la Novena de Aguinaldos, utilizada en la Navidad, hay una oración que hace referencia a la niñez de Jesús, revelando en ella la importancia que tiene para las personas devotas: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y tu oración será escuchada”.
El Sagrado Corazón de Jesús
La iglesia católica dedica todo el mes de junio a la advocación del Sagrado Corazón de Jesús. Específicamente, el 11 de junio, se celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Así las cosas, en 1.902 fue llevada a cabo la consagración de Colombia al Sagrado Corazón.
De acuerdo con el papa Francisco, citado por la arquidiócesis, con el concepto del corazón de Jesús se recuerda que Dios entregó su amor a la humanidad completa. “Podemos experimentar en la oración la invitación a acudir a Jesús, llevando nuestros cansancios y dificultades, para encontrar descanso y así aprender de él, que es “manso y humilde de corazón”, dijo sumo pontífice.
Existen 12 promesas del Sagrado Corazón para la humanidad, entre las que se encuentra la paz a las familias, el consuelo, la misericordia, el amparo y el refugio, sobre todo, en la muerte.