En el centro de Bogotá hay una olla de consumo y microtráfico de droga: muchos dicen que es el nuevo Bronx

En inmediaciones del barrio San Bernardo abundan los desechos, pipas, plagas, jíbaros y consumidores de droga, como sucedía en la zona del Bronx

Pese a los operativos de la Policía, el nuevo Bronx sigue en pie - crédito Francisco Castañeda / X

Cuando se destruyó la calle del Bronx de Bogotá en 2016, durante la Alcaldía de Enrique Peñalosa, quedó en descubierto los vejámenes que se cometían allí, como el desmembramiento de personas, el consumo de carne humana, las peleas por el consumo de droga y demás, todo producto del expendio de estupefacientes.

Ocho años después, en la capital del país se teme por la reaparición de un nuevo sector igual o peor que el Bronx y esta vez, a escasos metros de la Presidencia, el Congreso y demás recintos del alto Gobierno de Colombia.

Según pudo conocer la revista Semana, en el barrio San Bernardo, en el centro de Bogotá, los expendedores de droga se apoderaron de un espacio público en el que no solo trafican con sustancias alucinógena, sino que también se planean otro tipo de delitos como hurtos, homicidios y secuestros; además también es escenario de los consumidores de droga.

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Como ocurría en el Bronx, los consumidores de droga llenan de residuos las calles de San Bernardo - crédito PlanetaJuan/YouTube

El medio citado llegó hasta el lugar, donde los vecinos dieron a conocer que, irónicamente, los dueños de la olla le brindan seguridad a la comunidad, pues tienen prohibido robar en ese sector o atacar a quienes lo habitan, pero que el escenario es desolador, por la cantidad de heces fecales, basura, roedores y plagas; “Esto se convirtió en una especie de nuevo Bronx”, le dijo uno de los habitantes del sector a Semana.

San Bernardo se ha convertido en el epicentro de lo que los bogotanos llaman el nuevo Bronx, pues allí arribaron los consumidores de droga de vieja data de Bogotá que fueron expulsados de una anterior zona de tolerancia, tal y como pudo conocer el medio citado.

En las calles del barrio céntrico de Bogotá deambula César Lozano Niño, un hombre de 37 años que ha estado en el mundo de las drogas durante más de dos décadas en las que pasó por la calle del cartucho y el Bronx, y aunque intentó rehabilitarse en reiteradas oportunidades, volvió a consumir y llegó al ‘Samber’ como le dicen al barrio San Bernardo.

En Bogotá hay un nuevo Bronx - crédito PlanetaJuan/YouTube

“Yo me fumo varias ‘bichas’ de bazuco al día, o a veces un baretico de marihuana. Cuando me echo un pipazo, de una vez siento que están hablando de mí, pero es el video, no es real”, relató el hombre.

Por su parte, el youtuber Plantea Juan se internó en las calles del Samber y relató todo lo que sucede en el denominado nuevo Bronx, donde cuenta que se pueden encontrar ‘bichas’ de bazuco (dosis personales) hasta en $3.000, es decir menos de un dólar estadounidense.

“En Bogotá toda la vida ha existido una droga que se llama bazuco, que es como reciclar lo peor de casa de las drogas y meterlas en un coctel, sale una droga muy barata pero que enloquece y es bastante fuere; ese bazuco lo venden en las bichas, que es como la dosis personal, eso vale ni $3.000. Se siente la tensión, hay habitantes de calle, de lado y lado. Voy a esconder la cámara para pasar desapercibido. Aquí es normal ver a todo el mundo haciendo lo suyo, consumiendo sustancias en la calle. Las imágenes hablan por sí solas”, relató el creador de contenido.

En Bogotá las calles del barrio San Bernardo se han convertido en un nuevo Bronx - crédito PlanetaJuan/YouTube

Aunque lo que se vive en el barrio San Bernardo es solo una secuela de lo que sucedió en el Bronx, la ciudadanía teme que el problema siga escalando al punto en el que no se pueda controlar, pues ya se está convirtiendo en una nueva zona de tolerancia, como los mismos consumidores relatan.

“Aquí llevo metida toda una vida, desde que tenía 10 años de edad. Yo estuve en el Cartucho, en el Bronx, toda la vida he estado en la calle rodeada de droga. Yo llegué al Cartucho porque un hermano mío se murió y me refugié en la droga”, le dijo a Semana Adriana Venegas Espinosa, una mujer que lleva más de 30 años consumiendo drogas.